Un informe de la la EFSA (la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) sostiene que los programas de exportación citrícola a la Unión Europea implementados por Sudáfrica para el control de Thaumatotibia leucotreta o la falsa polilla no son eficaces para evitar la entrada de esta plaga en el continente europeo.

La Comisión Europea encargó a la EFSA el informe tras las reiteradas interceptaciones en puertos europeos de partidas infestadas por T. leucotreta, una plaga extendida por África y presente también en Israel, endémica de Sudáfrica y de la que Europa, hasta el momento, está libre. Está calificada por la normativa comunitaria como de cuarentena y forma parte de la lista de veinte plagas prioritarias de la UE por su impacto económico, medioambiental y social.

Según este documento, el país africano, principal proveedor de cítricos no comunitario, con más de 800.000 toneladas exportadas a la UE cada año, sólo garantiza, con un 95 % de certeza, que un 92 %, un 85 % y un 97 % de los palets exportados (según el tipo de programa implementado) estarían libres de la plaga.

Uno de los puntos más críticos es la correcta implementación de los regímenes de temperatura durante el envío, factor fundamental para garantizar la mortalidad de los posibles patógenos presentes en los contenedores. Los expertos del panel convocado por la EFSA cuestionan la fiabilidad de los datos utilizados para sustentar las tasas de mortalidad de diferentes duraciones y temperaturas aplicadas en tránsito (no es un cold treatment o tratamiento en frío, sólo una conservación en frío), el número de sondas por contenedor para controlar la temperatura durante el envío, de acuerdo con los estándares internacionales, y la ausencia de verificación de los datos de las sondas del barco para confirmar la correcta implementación del régimen de temperatura durante el envío. A la luz de la información adicional aportada por Sudáfrica tras catorce interceptaciones, en doce de ellas “se hizo evidente que la temperatura establecida durante el envío no se había alcanzado”, señala el informe.

La EFSA ha identificado muchas otras debilidades en los programas implementados por Sudáfrica, como la falta de precisión y fiabilidad en el monitoreo de los huertos –que no atiende a los estándares internacionales-; insuficientes inspecciones durante el período de recolección; insuficientes tratamientos en áreas con altas temperaturas en verano; carencias en el muestreo de entregas al almacén del mismo huerto y, en consecuencia, falta de fiabilidad de la inspección; e incumplimientos a la hora de rechazar un huerto completo cuando se produzca el rechazo de un palet procedente del mismo. De Sudáfrica proceden numerosas plagas que actualmente afectan a la citricultura mediterránea, como las diferentes especies de cotonets, entre ellas Delettococcus aberiae, y el vector del HLB, Trioza erytreae, lo que evidencia la gravedad de las conclusiones del informe.

Para el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), la patronal de los exportadores citrícolas privados de España, los resultados del informe resultan “objetivamente preocupantes, inaceptables”. La presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu, asegura que “en realidad, esos porcentajes, tratándose de Sudáfrica, suponen la entrada de decenas de miles de toneladas de cítricos infestados con individuos viables, capaces de dispersarse y, por tanto, una posibilidad muy elevada de introducción y establecimiento de esta plaga en la UE. Este baile de probabilidades significa jugar con fuego, incurriendo en responsabilidades, porque no se puede obviar que el objetivo de la norma es lograr la ausencia total de plaga en los frutos”.

En opinión del CGC, la única alternativa que le queda a Bruselas para cumplir con su propia legislación y asegurar la ausencia de la plaga en la fruta importada es extender a todas las partidas no comunitarias el único método contrastado como eficaz contra esta plaga: el tratamiento de frío (cold treatment) durante el viaje en barco al puerto de destino, tal como imponen EE UU, China, India, Corea, Japón o Australia para prevenir la entrada de esta plaga y otras, como moscas de la fruta (Bactrocera zonata, B. dorsalis, Ceratitis rosa o C. cosyra).

Con este tratamiento, EE UU sólo ha registrado dos interceptaciones por T. leucotreta en envíos procedentes de Sudáfrica desde 1997. Sólo en las últimas cinco campañas (con la de 2021 en su ecuador), la UE ya ha rechazado 61 partidas de cítricos por esta plaga. Precisamente, este mismo tratamiento en frío es también el que están obligados a realizar las exportaciones de cítricos españolas para así ofrecer garantía plena de que no hay posible contaminación en los frutos por Ceratitis capitata en otros países productores.