El Servicio de Sanidad Vegetal de la Región de Murcia ha constatado un incremento en las capturas de la polilla del limonero (Prays citri) en varias zonas de producción citrícola, y aconseja vigilar la presencia de la plaga con monitoreos con trampas y control visual de daños.

Los monitoreos de la red de estaciones de seguimiento han detectado un incremento importante en las capturas de adultos en trampas cebadas con feromona sexual. Según zonas, este aumento es más o menos acusado. De este modo, la Comarca del río Mula es la que está experimentando un mayor aumento de su vuelo, en torno a 3-12 CTD (capturas por trampa y día); en el Valle del Guadalentín, el aumento es más contenido (1-3 CTD), y en la Vega del Segura, los niveles medios se encuentran entre 2-3 CTD, en aquellas explotaciones donde se ha aplicado algún tratamiento fitosanitario para su contención, aunque en fincas con un peor control se han llegado a detectar niveles mucho más altos, de hasta 20-30 CTD, en zonas de la Matanza, cerca de Orihuela.

Además de estas cifras, los controles visuales en las fincas confirman este aumento de capturas y muestran presencia de daños en los distintos estados florales. Sanidad Vegetal recuerda que, en aquellas plantaciones donde la floración se encuentra más atrasada o que aún no ha finalizado, puede que sea necesario realizar alguna intervención, aunque tomando todas las precauciones posibles para no perjudicar a las abejas: utilizar Bacillus thuringiensis, no tratar al medio día, avisar previamente a los apicultores de la zona, etc. “No obstante, no puede darse una receta para todos los productores dado que la necesidad de intervenir depende de varios factores, entre ellos de la abundancia de floración y cuajado; si estas son elevadas, unas pequeñas perdidas por este lepidóptero no afectarán apenas a la cosecha”, señala Sanidad Vegetal.

En las últimas campañas se utilizan difusores de confusión sexual

Este lepidóptero daña las flores, aunque también puede perjudicar los brotes y pequeños frutos. Los daños más graves se observan en época de floración, y son producidos exclusivamente por las orugas. Todas las variedades de cítricos son sensibles a sus ataques, pero las especies y variedades con una floración más escalonada son las que más daños sufren.

Esta plaga no puede ser controlada adecuadamente con los tratamientos convencionales existentes en las zonas con altas densidades (los insecticidas más efectivos, clorpirifos y metil-clorpirifos, están prohibidos en la UE desde 2020). En las últimas campañas se utilizan, como sistema de control biotecnológico, difusores de confusión sexual (en la Región de Murcia, están autorizados hasta el 31 de mayo).

Los técnicos advierten de que el riesgo de daños está empezando a incrementarse rápidamente y será mucho mayor en aquellas fincas donde se he producido una floración más tardía o irregular como consecuencia del tipo de variedad, manejo y presencia de otras plagas, entre otros factores. En ocasiones, las orugas de P. citri pueden llegar a producir daños en fruta joven y, más excepcionalmente, en fruta en desarrollo o madura, por lo que Sanidad Vegetal recomienda que se realice un esfuerzo en el seguimiento de la presencia de daños por esta especie en limonero y lima. Normalmente, la oruga suele dañar varias flores cercanas, a las que une con hilos de seda, formando como nidos dentro de los cuales hay pétalos secos y abundantes excrementos.