La Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Región de Murcia ha publicado una orden por la que declara la existencia de la enfermedad causada por el virus rugoso del tomate (Tomato brown rugose fruit virus, ToBRFV) y establece las medidas fitosanitarias obligatorias para combatirla.

En septiembre de 2021 se produjo el primer foco de esta enfermedad en la región murciana, en un invernadero de Mazarrón. Previamente, en 20219, se había detectado el primer brote en la península, que afectó a varias fincas de Vícar y el Ejido (Almería).

Las medidas afectan a los productores de tomate y pimiento, empresas productoras de semillas, centros experimentales, semilleros y centros de envasado o procesado de frutos. Entre otras obligaciones, incluye el control de los accesos para evitar la propagación del organismo; la retirada y destrucción de los lotes infectados; la aplicación de medidas específicas de higiene al personal, las estructuras, las herramientas y la maquinaria del sitio de producción, así como a los materiales y a los medios de transporte; la desinfección de las herramientas, maquinaria y ropa de los operarios; la desinfección del sitio de producción con biocidas autorizados; y la eliminación de malas hierbas que pudieran servir de reservorio para el patógeno. También se recomienda la rotación de cultivos en las parcelas para mejorar la estructura y fitosanidad del suelo.

Las semillas y los vegetales destinados a plantación de tomate y pimiento son las principales vías de entrada de ToBRFV, y la principal vía de transmisión, por contacto. Este virus tiene una alta persistencia (meses) y puede permanecer fuera de las plantas en herramientas, ropa, pallets, cajas de campo, maquinaria, manos de los operarios, restos de vegetales, polinizadores, incluso en las soluciones nutritivas y el suelo. También se puede transmitir mediante semilla, aunque es muy baja su capacidad infectiva, ya que normalmente no penetra en el embrión, pero una única planta infectada por semilla es suficiente para una posterior transmisión mecánica por toda la plantación.

Los principales daños producidos por este virus son la reducción del vigor de la planta, la pérdida de producción y la depreciación del valor comercial de los frutos como consecuencia de la sintomatología producida en los mismos. ToBRFV causa grandes pérdidas económicas, ya que puede afectar a la totalidad de las plantas de una misma parcela.