La Organización Europea y Mediterránea de Protección Vegetal (EPPO) ha emitido una alerta en la que confirma que las autoridades de Túnez han declarado oficialmente un área infectada por Phyllosticta citricarpa, hongo causante de la mancha negra, en una extensión de unas 2.000 ha en la Gobernación de Nabeul, una zona citrícola del noreste del país. La existencia de este foco demuestra que las condiciones climáticas de la cuenca mediterránea no suponen ningún impedimento para su establecimiento.

Después de que los controles fronterizos franceses interceptaran hasta siete cargamentos de cítricos procedentes de Túnez con la presencia de este hongo, en marzo y abril, las investigaciones iniciadas por las autoridades fitosanitarias tunecinas han confirmado que los lotes infectados se originaron en los municipios de Beni Khalled, Bouargoub y Menzel Bouzelfa. Se desconoce el origen de este brote, pero se sospecha que el material vegetal infectado se ha traído ilegalmente a esta área (la importación de plantas de cítricos para plantar está prohibida en Túnez) y que las inundaciones ocurridas en septiembre de 2018 en esta región facilitaron la dispersión del hongo.

Las medidas de emergencia se están elaborando en colaboración con las partes implicadas (productores, institutos técnicos, investigadores). En la zona del foco se aplicará un programa de control químico que incluye el registro de fungicidas adicionales. Además, se está desarrollando un programa de vigilancia, se recogerán y analizarán muestras utilizando métodos moleculares para delimitar el alcance de la enfermedad (hasta la fecha, se han solicitado 110 análisis), y se lanzarán actividades de sensibilización para capacitar a los profesionales en el reconocimiento de síntomas y medidas de control.

Las autoridades tunecinas están desarrollando un plan estratégico de tres años para controlar P. citricarpa, que incorpora, entre otras medidas, novedades reglamentarias respecto a los movimientos de plantas y certificación de plantas de cítricos para la siembra; mayor vigilancia en todas las áreas de cultivo de cítricos, principalmente en los lugares de producción de plantas para la siembra; mejora de las infraestructuras de los laboratorios de cuarentena; aplicación de un programa de control de la enfermedad, con métodos culturales y químicos, en un área de 10.000 ha, valorado en 1,7 millones de euros; lanzamiento de campañas de sensibilización dirigidas a los agricultores y al público en general; y el desarrollo de actividades de investigación sobre la epidemiología, biología y control de la enfermedad, dotado con un presupuesto de 30.000 euros anuales.

Para el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), asociación que representa a los principales exportadores privados españoles, el hallazgo debería forzar a la Comisión Europea a tomar medidas inmediatas y dar un “giro radical” para elevar el nivel de exigencia de la normativa vigente y que afecta a los principales países proveedores de cítricos de la UE en contraestación (durante el verano): Sudáfrica, Argentina, Brasil y Uruguay.

Además, reclama a la Comisión Europea que incluya este hongo entre las plagas prioritarias de cuarentena, en función de la severidad de su impacto económico, social y medioambiental, ya que se ha quedado fuera del listado provisional, publicado recientemente. “La súbita eliminación del CBS (mancha negra de los cítricos) de este listado, coincidiendo con las primeras sospechas ahora confirmadas de que tenemos este hongo por primera vez al otro lado del Mediterráneo, sugiere que la CE podría estar tentada de ahorrarse la cofinanciación de las necesarias medidas de erradicación y para indemnizar a los agricultores afectados por un posible foco de este hongo”, ha denunciado el presidente del CGC, Manuel Arrufat.