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Ha desarrollado su trabajo de investigación dentro del ámbito del cultivo in vitro, abordando diversos aspectos tales como la micropropagación, el saneamiento, la obtención de metabolitos secundarios y finalmente la transformación genética. En los últimos años su actividad se ha centrado en la participación, como investigador responsable por parte del IRTA, en dos proyectos europeos (ERRI y EURICE) y en tres proyectos nacionales orientados a la obtención de plantas transgénicas de arroz resistentes a insectos y enfermedades fúngicas. En el ámbito de estos proyectos se abordó también la evaluación del flujo de genes hacia variedades comerciales y también hacia el arroz salvaje con el fin de obtener datos experimentales fiables que permitieran establecer una normativa de coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos de arroz.

Doctora en Biología por la Universidad de Barcelona, Dª Joaquima Meseguer es Investigadora de la Unidad de Cultivo in vitro del Departamento de Genética Vegetal del Centro de Cabrils (IRTA).

A partir del 2004 su actividad investigadora se ha centrado en realizar diversos estudios sobre el flujo de genes entre maíz Bt y convencional. Actualmente participa en el proyecto europeo SIGMEA recientemente aprobado, cuyo objetivo principal es estudiar los factores que determinarán la introducción sostenible de los cultivos transgénicos en Europa. La investigación que se está llevando a cabo en el marco de este proyecto se centra en el estudio del flujo de genes entre campos transgénicos y no transgénicos de maíz en condiciones reales de coexistencia. Este estudio solamente puede realizarse en España puesto que es el único país de la UE donde el maíz Bt se cultiva comercialmente desde 1998. Los resultados obtenidos se están utilizando para validar los modelos de simulación y elaborar una plataforma general que se aplicará en toda Europa.

Su trayectoria investigadora se ha desarrollado en el ámbito del cultivo in vitro, ¿qué aspectos son los que ha abordado en la Unidad de Cultivo in vitro del Departamento de Genética Vegetal del IRTA?

He abordado casi todos los aspectos del cultivo in vitro de plantas, desde la micropropagación, el cultivo de meristemos, rescate de embriones inmaduros, obtención de metabolitos secundarios y más recientemente la transformación genética.

¿Cuáles han sido los logros de esos trabajos que ha abordado?

Quizás de lo que estoy más orgullosa dentro del cultivo in vitro es de la labor de formación de personal y transferencia tecnológica que hemos realizado y que ha contribuido a la creación de diversos laboratorios de micropropagación de ornamentales. Desde el punto de vista científico, los avances que hemos realizado en la obtención de plantas de arroz resistentes a plagas y enfermedades, en colaboración con la Dra. Blanca San Segundo del CID-CSIC de Barcelona y otros equipos de investigación europeos han sido muy significativos. Más recientemente, las investigaciones que hemos realizado sobre el flujo de genes en arroz y maíz están aportando datos experimentales muy valiosos para poder establecer una normativa que regule la implantación de los cultivos transgénicos en nuestro país.

¿Qué características y objetivos tienen los proyectos orientados a la obtención de plantas transgénicas de arroz?

En los últimos años hemos participado en dos proyectos europeos ERRI y EURICE y en varios proyectos nacionales, todos ellos orientados a optimizar diversas estrategias para la obtención de plantas transgénicas de variedades comerciales de arroz resistentes al taladro (Chilo supressalis) y al hongo Magnaporthe grisea, comúnmente llamado Pyricularia. Así hemos obtenido diversas líneas totalmente resistentes al taladro tanto en condiciones de laboratorio como en condiciones de campo. Estas plantas tenían incorporados genes del tipo cry que codificaban para endotoxinas de B. turingiensis. En cuanto a Pyricularia, hemos obtenido diversas líneas muy tolerantes al ataque de estos hongos, mediante la utilización de genes de origen no vegetal tales como el gen de la afp de A. giganteous o el gen de la cecropina A de insectos.

Actualmente seguimos trabajando en esta línea de investigación. En el marco de estos proyectos también se han abordado cuestiones relativas a la bio-seguridad de las plantas transgénicas. Para ello, realizamos una serie de ensayos de campo para cuantificar el flujo de genes de plantas transgénicas a plantas no transgénicas y también hacia el arroz salvaje. Estos ensayos demuestran que es posible que en una misma zona de cultivo puedan coexistir cultivos transgénicos con convencionales y/o ecológicos mediante el establecimiento de medidas muy simples de control.

Últimamente su trabajo se ha centrado en diversos estudios sobre el flujo de genes entre maíz Bt y convencional, ¿cuáles han sido los resultados?

Como es sabido, la legislación europea obliga a todos los países miembros a establecer una normativa basada en datos experimentales fiables que regule la coexistencia entre cultivos transgénicos y no transgénicos. Por otra parte, la misma legislación establece que todo producto que contenga un porcentaje superior al 0.9% de transgénico debe etiquetarse como tal.

Dado que el maíz es una planta que se poliniza por el viento, la polinización cruzada entre campos vecinos de variedades comerciales tiene siempre lugar en una cierta proporción y el maíz transgénico no tiene por que ser una excepción.

Para poder asegurar la coexistencia entre maíz transgénico y no transgénico era necesario realizar ensayos de campo para cuantificar la tasa de polinización cruzada que puede producirse y evaluar el efecto de diversas medidas de contención para minimizarla. Los resultados obtenidos en estos ensayos demuestran que la coexistencia es posible ya que el establecimiento de zonas tampón de unos cuantos surcos o distancias de separación entre campos del orden de 20-25 m son suficientes para obtener en los campos de maíz un contenido de OGM inferior al 0.9% en la producción global.

¿Realmente existe un riesgo para el medio ambiente o la salud con este tipo de cultivos como dicen algunos sectores?

Para que una planta transgénica pueda ser cultivada a escala comercial, tiene que superar toda una serie de pruebas analíticas que demuestren que es equivalente a las no transgénicas. Por otra parte, ya existen en la literatura científica de calidad numerosos trabajos en los que se demuestra esta equivalencia entre ambos tipos de plantas. Por tanto, creo que en el estado actual del conocimiento, el riesgo para el medio ambiente y la salud humana de cultivar plantas transgénicas es igual al que pueden tener las no transgénicas de la misma especie.

¿Cuáles son los objetivos del proyecto europeo SIGMEA en el que usted participa?

El objetivo general del proyecto SIGMEA es diseñar una plataforma global que pueda utilizarse para la introducción de cultivos transgénicos en toda Europa. Dicha plataforma será diseñada no solamente teniendo en cuenta datos agronómicos sino también datos sociológicos, ambientales, jurídicos, etc.

Teniendo en cuenta que España es el único país de la Unión Europea donde se cultiva una superficie significativa de maíz transgénico (maiz Bt) desde el año 1998, nuestro trabajo en el proyecto SIGMEA se centra en estudiar que está pasando en condiciones reales de coexistencia.

Para ello se escogieron dos zonas donde se cultiva maiz Bt y convencional, en campos que tienen una superficie media de unas 2 Ha. Mediante la colaboración de los agricultores se identificaron las variedades, y fechas de siembra y floración. A partir de estos datos se eligieron varios campos de maíz convencional para analizarlos y determinar la proporción de maíz Bt producida por la polinización cruzada con campos de maíz Bt vecinos y sobre todo, las causas que determinan esta proporción.

Los resultados que tenemos hasta el momento demuestran que la distancia entre campos y la coincidencia de la floración son los factores más importantes que determinan el contenido de Bt transgénico. Cuando hay una coincidencia de floración muy elevada, una distancia de seguridad de 20 m es suficiente para que el maíz cosechado en el campo convencional no supere el umbral del 0.9% citado anteriormente.

Por último, ¿cuál es en su opinión la información que se da sobre los transgénicos en los medios de comunicación no especializados?. ¿Qué habría que hacer para que esta información que llega al público fuera la correcta?

En cuanto a los medios de comunicación, hay de todo, como en todas partes. En determinados periódicos hay unas secciones especialmente dedicadas a los avances de la ciencia que en general son bastante objetivos. Pero en el resto de los medios de comunicación creo que prima el sensacionalismo por encima de la información objetiva. Muy a menudo se leen noticias en las que se sigue la moda de que lo natural es bueno y por definición todo lo no natural es malo... Parece ser que lo natural o ecológico "vende". Frecuentemente se cae en el sensacionalismo y cuando aparecen otras noticias que no son tan sensacionalistas o que desmienten la primera, simple y sencillamente no se publican.

Como ejemplo citaré que hace ya bastante tiempo aparecieron unas noticias alarmantes respecto a que el maíz transgénico dañaba seriamente las poblaciones de mariposas Monarca en Estados Unidos. Esta noticia se publicó en casi todos los periódicos. Posteriormente diversos equipos de investigación de prestigio realizaron toda una serie de investigaciones demostrando que las poblaciones de mariposa Monarca no eran afectadas por el maíz Bt. Pues bien, que yo sepa, esta noticia no se publicó en ningún sitio. Yo les pediría a los medios de comunicación que se informarán más, que fueran más objetivos y que se pudiera distinguir claramenteentre la noticia y la opinión del informador.

 

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