La comercialización hortofrutícola es un tema de vital importancia para España, por lo que su evolución y situación de las exportaciones, así como las tendencias actuales y futuras del consumo resulta de gran trascendencia para nuestro país. No hay que olvidar que, junto a Italia, representamos el 50% de la producción hortofrutícola de la Unión Europea y que la reciente ampliación de la comunidad resultara significativo en el futuro inmediato. Por todo ello, los próximos años van a significar una corrección de nuestra posición. Sin olvidar por todo ello, que la profesionalidad, el potencial productivo, la experiencia y la fiabilidad son en estos momentos el gran activo de las empresas españolas.

A la hora de abordar el tema que nos ocupa y teniendo en cuenta la complejidad y diversidad del mismo tenemos que tener en cuenta de forma previa las siguientes consideraciones (Figura 1, Tabla 1).:

 

- España es el segundo exportador del mundo de productos hortofrutícolas después de EE UU y sus empresas multinacionales.

- Representamos, junto con Italia, el 50% de la producción europea.

- La ampliación de la comunidad a 25 socios y las perspectivas de la OMC ¿de qué forma van a incidir en esta realidad?

- Los cambios en los canales de distribución y en el comercio tradicional, ¿hasta que punto cambiaran la realidad actual?

 

A la vista de estos cuadros podemos determinar que la consolidación de la producción es una realidad en este país y nos debemos preguntar si es posible mantener nuestra estructura productiva en los próximos años a la vista de los hábitos de compra de los consumidores o se hará necesario una corrección y una adaptación. La respuesta para mi es obvia, el actual sistema debe evolucionar si no quiere que sea el propio mercado el que corrija la situación. Hoy día son los productos de cuarta gama los que están cada vez más presentes en los lineales, así como los tropicales, incluso en el canal discount. El consumo de zumos es cada vez más elevado, se observa además un sensible cambio en los hábitos de compra hacia productos "convenience" (Figura 2 y 3).

Ante este cambio de expectativas en los mercados solo existen dos tipos de estrategias:

 

1. Convivir con las imposiciones de los grandes grupos de la distribución aceptando sus condiciones de compra.

2. Concentrar la oferta en origen a través de grandes organizaciones de OPFH capaces de disponer de grandes volúmenes y de cooperar en la promoción en los puntos de venta.

 

¿Cuál es el modelo que mejor se adapta a las circunstancias actuales?

Para responder e esta pregunta entiendo que tenemos que tener en cuenta los siguientes factores:

 

1. Las exigencias del mercado global. La distribución en la actualidad en Europa, siguiendo el modelo que se inicio en Inglaterra, exige productos de calidad con todas las garantías que lo aseguren, basándose además en una reducida base de proveedores con el potencial suficiente que le garantice el abastecimiento. La figura del "categoring manager" inglesa e incluso el interproveedor de Mercadota en España no son más que dos muestras significativas de la evolución de la demanda.

 

2. La competencia de países terceros en productos tradicionales y los acuerdos preferenciales con los mismos. El caso de Marruecos en el tomate o Egipto en uvas apirenas son ejemplos a tener en cuenta. Sería necesario en este punto la mejora de la información sobre la situación de los contingentes de importación haciendo un seguimiento preciso de la situación de los mercados, el nivel de los precios de entrada y el importe de los derechos de aduana tradicionales. El seguimiento exhaustivo en productos como el tomate ha llevado a la recuperación de las cotizaciones en periodos cortos de tiempo.

 

3. Es necesario un proceso de potenciación a la vez que simplificación de las estructuras comerciales que consigan economías de escala que repercutan en la renta del agricultor. De poco sirve concentrar la oferta si las economías que se consiguen no repercutan directamente en la renta agraria.

 

Podemos pensar a partir de lo expuesto y siendo optimistas, en la próxima década la concentración de la oferta puede llegar a niveles adecuados para una negociación en buenas condiciones con la distribución. Ahora bien, entiendo que nuestra estructura productiva no puede encajar en un modelo hiperconcentrado tipo Holanda (the Greenery con más de tres mil socios controla más del 65% de la comercialización y factura más de dos mil millones de euros) pero sí creo en la existencia de grandes grupos productores capaces de responder a las exigencias de una demanda tan concentrada como la actual (Tabla 2).

 

Conclusión

A la vista del cuadro DAFO anterior la pregunta para terminar la ponencia podría ser la siguiente: ¿Seremos capaces en el futro de consolidar nuestra posición actual y seguir en el largo plazo, ser el referente principal del hortofruticultura europea?

Yo estimo, sin ser en exceso optimista que la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Los próximos años van a significar, eso sí, una corrección de nuestra posición. La ampliación de Europa a 25 y los países emergentes van a llevar sin duda alguna a una corrección de las campañas. Hay países del Este de Europa a tan solo trescientos kilómetros de los grandes mercados centroeuropeos.

Los fondos estructurales de la Unión Europea los van a dotar, sin duda, en los próximos años de estructuras modernas y competitivas. El ejemplo de la competencia turca, por ejemplo en limón, es un dato que anticipa esta tendencia. Producciones que necesitan una ingente mano de obra, como por ejemplo la judía, harán que continúe la tendencia de la disminución comunitaria a favor de terceros países como por ejemplo Marruecos. Un buen número de ejemplos podríamos detallar sin temor a equivocarnos.

La profesionalidad, el potencial productivo, la experiencia y la fiabilidad son en estos momentos el gran activo de las empresas españolas. Si bien la lucha con la distribución es la gran batalla de nuestro sector también es una realidad que a día de hoy y en el fututo hace que esta misma distribución que busca pocos proveedores y potentes tenga en la mayoría de los productos su vista puesta en los operadores españoles. Consolidar esta posición en el futuro es los que hará que pese a las correcciones que sea preciso realizar por todo lo expuesto España siga siendo el referente principal en la comercialización de las frutas y hortalizas en Europa.

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