La introducción e invasión por especies exóticas afecta a la conservación de los ecosistemas naturales, muchos de los cuales se encuentran en paisajes que forman mosaicos con sistemas agrícolas. Muchas malas hierbas, plagas o patógenos son específicas de los cultivos y su manejo, pero también existe un trasvase de especies entre sistemas agrícolas y sistemas naturales.

De las casi mil especies vegetales exóticas de España, un 12% invaden campos de cultivo, tema del que otros ponentes hablarán extensivamente en este congreso. Mi presentación se centrará en (1) el proceso de invasión por plantas exóticas que tiene lugar en espacios naturales y su interacción con los sistemas agrícolas, (2) la importancia de las variables climáticas sobre el grado de invasión de los espacios naturales, y (3) previsiones futuras en relación a escenarios de cambio climático. Finalmente, también hablaré de (4) la Regulación Europea sobre especies exóticas invasoras.

La mayor parte de los ecosistemas naturales invadidos son ruderales, ricos en nutrientes y con un elevado grado de perturbación (Vilà y col. 2007). Por ejemplo, los campos abandonados después de prácticas agrícolas son muy vulnerables a las invasiones. Algunas especies cortavientos que ocupaban los setos pueden colonizar estos espacios libres de competencia por especies de cultivo o plantas nativas. La invasión de los campos abandonados puede además exacerbarse por el tipo de manejo que se realice, como la ganadería extensiva que puede dispersar especies de plantas exóticas tanto por su ingestión como por zoocoria.

Es España, al menos un 15% de las especies también se establecen en ecosistemas bien conservados. La vía de entrada más importante en los ecosistemas naturales es la jardinería, es decir, plantas ornamentales que se han escapado de parques y jardines o zonas restauradas en obras públicas, mayoritariamente infraestructuras lineales.

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