Los bioestimulantes de plantas son productos que se aplican a las plantas para mejorar la productividad y la calidad de las mismas. Suelen ser productos naturales, como extractos de algas, hidrolizados de proteínas y ácidos húmicos, que actúan sobre la fisiología de la planta, aunque también puede tratarse de inóculos microbianos. Su función no es suministrar nutrientes ni proteger la planta contra plagas y patógenos, sino modular las funciones de la planta de manera que se beneficie su nutrición, la tolerancia al estrés ambiental y la calidad de los productos.
De acuerdo con esta definición, la reciente regulación de la UE sobre productos fertilizantes ha incluido bioestimulantes como una “categoría de función del producto”, definida de la siguiente manera:
Un bioestimulante vegetal será un producto fertilizante de la UE cuya función es estimular los procesos de nutrición de la planta independientemente del contenido de nutrientes del producto con el único objetivo de mejorar una o más de las siguientes características de la planta o la rizosfera de la planta:
(a) eficiencia en el uso de nutrientes,
(b) tolerancia al estrés abiótico,
(c) rasgos de calidad, o
(d) disponibilidad de nutrientes confinados en el suelo o la rizosfera.
La introducción en el mercado de bioestimulantes de plantas dependerá de la disponibilidad de datos que justifiquen las funciones previstas del producto, que deben asignarse a una o más de las afirmaciones mencionadas en la definición reglamentaria anterior. Con el fin de hacer que el sistema sea confiable y consistente, los métodos y protocolos se publicarán como normas armonizadas de la UE, permitiendo que tanto la empresa como los organismos de evaluación (organismos “notificados”) simplifiquen el procedimiento. Una consecuencia importante, desde la perspectiva del productor, será el etiquetado de los productos como bioestimulante, con la marca CE que indica que se siguieron las reglas establecidas por la nueva regulación.