El silenciamiento génico inducido por spray (SIGS) es una tecnología innovadora y respetuosa con el medio ambiente, en la que la aplicación tópica de ARN de doble cadena (dsRNA) sobre material vegetal dirigido a genes del patógeno permite el control de enfermedades mediante el mecanismo de ARN de interferencia. Sin embargo, la efectiva aplicación de SIGS está limitada debido a la inestabilidad del dsRNA, que puede degradarse rápidamente cuando se expone a diversas condiciones ambientales. Inspirados por el mecanismo natural de transferencia de ARN inter-reino a través de vesículas extracelulares, aquí describimos el uso de vesículas artificiales (AVs) para la encapsulación y entrega del dsRNA al patógeno fúngico Botrytis cinerea, causante de la podredumbre gris. Las AVs se sintetizaron utilizando tres formulaciones diferentes de lípidos catiónicos. Las tres formulaciones permitieron la entrega de dsRNA y la captación por parte de B. cinerea. Además, la encapsulación de dsRNA en AVs proporcionó una fuerte protección contra la degradación por nucleasas y aumentó su adherencia al material vegetal, previniendo su arrastre por lavado. Esta mayor estabilidad del dsRNA condujo a una protección prolongada contra B. cinerea tanto en material vegetal como en productos postcosecha. Específicamente, las AVs extendieron la duración de la protección conferida por el dsRNA a 10 días en frutos de tomates y uvas, y a 21 días en hojas de vid. Los resultados de este trabajo demuestran cómo las AVs pueden utilizarse como innovadores nanotransportadores para superar la inestabilidad del dsRNA en la tecnología SIGS para la protección de cultivos.

La investigación y el desarrollo de nuevos métodos de control de enfermedades de plantas es clave para asegurar la producción agrícola mundial. En el caso de las enfermedades fúngicas, se ha estimado que causan pérdidas de rendimiento en los cultivos de hasta el 20% y pérdidas postcosecha de hasta el 10% (Fisher y col., 2018), además de ser una fuente de micotoxinas en los alimentos, por lo que son una amenaza para la seguridad alimentaria. Además, está previsto que su incidencia aumente debido a la globalización y al calentamiento global, que favorece la propagación y el desarrollo de hongos fitopatógenos. Hasta la fecha, los métodos de control de enfermedades fúngicas dependen en gran medida de fungicidas químicos, cuyo uso repetido puede llevar al desarrollo de resistencias. Por ello, la comunidad científica se está volcando en desarrollar métodos alternativos para el control de los hongos fitopatógenos.

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