“Contención es la aceptación de la derrota. La erradicación significa arrasar lo que hay y sanear, pero también dar la mano a los agricultores afectados dándoles una salida digna, una compensación justa y, desde luego, un plan de viabilidad en otro tipo de cultivos que no puedan ser afectados por la Xylella.

 

Además, los agricultores de esa zona se merecen que haya un esfuerzo hidráulico extraordinario, para garantizar que, pese a la derrota inicial, con la Xylella no pierden sino ganan”. Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores, AVA-ASAJA, ratificó su respaldo a las medidas de erradicación en la zona afectada por el brote epidémico en Alicante, en contra de la opinión de otras asociaciones que abogan por un plan de contención, aunque lanzó más de un dardo a los responsables políticos por cómo se está gestionando esta crisis. “Las cosas se han querido hacer bien, pero se han hecho mal; hay un desastre mal atendido y mal gestionado”, lamentó Aguado, que reclamó un “mayor compromiso político” para atender a los agricultores afectados, que todavía no han cobrado las indemnizaciones decretadas por la Generalitat Valenciana y están a la espera del plan de reconversión. “La Administración valenciana no ha estado a la altura. Se ha politizado el problema”.

El presidente de la asociación agraria realizó estas declaraciones durante el tradicional balance del año ante los medios de comunicación. Año que calificó de “desastroso y ruinoso” por el clima y la bajada de precios. “La desilusión es la tónica general. La falta de la modernización de la agricultura pasa factura”, señaló en referencia a las muchas hectáreas de cultivo abandonadas.

En el pormenorizado análisis que realizó, la sanidad vegetal tuvo un protagonismo destacado. Ya no sólo por la expansión de X. fastidiosa por varias comarcas alicantinas, sino también por las plagas citrícolas que se han introducido a través de importaciones foráneas, como el cotonet de les Valls (Delottococcus aberiae), que afecta a 36 municipios de Valencia y Castellón, y el trips de la orquídea (Chaetanaphothrips orchidii), detectado en prácticamente todo el territorio citrícola de la Comunidad Valenciana. AVA considera “absolutamente inaceptable” que los cítricos no hayan sido incluidos en el listado de vegetales de alto riesgo elaborado por la Comisión Europea para aumentar la vigilancia de las importaciones de terceros países.

Otra plaga declarada en 2018 es la de la avispilla del almendro (Eurytoma amygdali Enderlein) en comarcas del interior de Valencia y Alicante, donde los propietarios deben realizar los tratamientos fitosanitarios indicados por la Conselleria de Agricultura. AVA recuerda en su informe que “los productores ecológicos pueden tratar con productos químicos esta plaga, sin incumplir el contrato con la Administración, para evitar así que el problema se extienda”.

En el cultivo del arroz, los ataques de plagas y enfermedades redujeron la producción un 5%, y enfermedades fúngicas como Pyricularia oryzae ocasionaron una merma del 50% en la variedad bomba, el 80% en algunos campos. AVA denuncia que, de las tres familias de materias activas disponibles hasta hace unos años, triazoles, procloraces y estrobirulinas, la primera de ellas, la más eficaz, está prohibida desde hace dos años y ya no se conceden autorizaciones excepcionales, mientras que la segunda se prohibirá, muy probablemente, durante este año y la estrobirulina “está dando muestra de no bastarse por sí misma para combatir la Pirycularia”.

Aguado aprovechó esta convocatoria para denunciar de nuevo la laxitud de los controles fitosanitarios de la UE: “Los puertos son coladeros. Cada nueve meses tenemos una plaga nueva y por plantas que importamos”.

El presidente de AVA criticó que la gestión del IVIA es “manifiestamente mejorable” y pidió que se contraten más investigadores y más programas de investigación con un impacto mayor en la agricultura. “Hace treinta años, el IVIA era el mejor instituto agrario de España, Europa y, en cítricos, posiblemente del mundo. Desde entonces, ha llovido mucho”.