La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha escogido un original formato para alertar sobre el impacto de la principal amenaza de la agricultura: acaba de editar X la Fastidiosa, la temible asesina de plantas, un cómic de cuatro páginas que pretende concienciar sobre los riesgos que este patógeno representa para la salud de las plantas. Por el impacto de la Xylella en la agricultura y la originalidad de esta propuesta, la revista Phytoma lo incluirá en su número 350, con el que la publicación conmemora su 35 aniversario.

En sus páginas, los lectores descubrirán la importancia de la ciencia en el desarrollo de las estrategias para hacer frente a una bacteria para la que actualmente no existe cura. También pone el foco en la importancia de la cooperación a todos los niveles, también por parte de la ciudadanía.

Hablamos con tres de los impulsores de este proyecto: María Tejero, experta de Comunicación en EFSA; Miguel Ángel Miranda, profesor de la Universidad de las Islas Baleares y experto que colabora con EFSA; y la ilustradora Miriam Rivera.

¿Por qué habéis elegido el formato de cómic para informar sobre la Xylella?

María Tejero. En EFSA hemos querido probar este formato para acercar el tema de la Xylella y de la salud de las plantas a un público más amplio, particularmente jóvenes. Con X la Fastidiosa, la temible asesina de plantas, buscamos explicar de manera atractiva y accesible los riesgos que plantea la bacteria, el papel fundamental que tiene la ciencia y la necesidad de cooperar a todos los niveles ante el reto que supone. La sanidad vegetal es un tema fundamental para EFSA, pero es relativamente poco conocido entre los ciudadanos. De hecho, este julio lanzamos una campaña a nivel europeo para concienciar sobre su importancia. Además, el 20 de agosto organizamos la IV Conferencia Europea sobre Xylella fastidiosa durante el XII Congreso Internacional de Patología Vegetal que se celebra en Lyon.

La idea del cómic parte de Miguel Ángel Miranda, que además de profesor de la Universidad de las Islas Baleares y experto que colabora con EFSA, es un amante del género. Tras una investigación científica sobre los vectores de Xylella que llevó a cabo con el apoyo de EFSA, propuso a Ewelina Czwienczek y Giuseppe Stancanelli, del equipo de Sanidad Vegetal de EFSA, plasmar las conclusiones en modo comic. En ese punto me involucraron a mí, que trabajo como experta de Comunicación en EFSA, y tras analizar el potencial del proyecto, apostamos por él.

¿Cómo habéis podido sintetizar en solo cuatro páginas la información sobre la bacteria, los vectores que la transmiten y el impacto que tiene?

Miguel Ángel Miranda. Ha sido realmente un reto, porque mi idea inicial era solo una página sobre el proyecto de vectores en Baleares, imagínate qué grata sorpresa cuando se plantea hacer cuatro páginas incluyendo el origen de la bacteria, su llegada a Europa, el proyecto de Baleares y la contribución de la ciencia para hacer frente el problema. Ha sido un proceso de más de un año en el que hemos trabajado en identificar aquellos aspectos científicos y de gestión que son claves para el tema de Xylella y en el que fuimos trabajando a modo de storyboard para que la narrativa fluyese y el lenguaje fuese riguroso pero sencillo al mismo tiempo. Todo eso combinado además con la selección de personajes, los protagonistas de la historia aparte de la Xylella, en los que podemos reconocer entre otros a Newton Pierce, el primer investigador que describió los síntomas producidos por Xylella en el s. XIX, o nuestros colegas italianos que se enfrentaron por primera vez al problema de Xylella en Europa. El proceso por tanto no es sencillo para un científico, porque un cómic para el gran público es un registro totalmente diferente al de una publicación científica especializada, pero la rigurosidad en los mensajes es muy similar a la de las publicaciones y sintetizar la información más relevante sobre Xylella en cuatro páginas solo se puede conseguir haciendo un esfuerzo colectivo por seleccionar lo esencial. De hecho, a nivel de concepto de síntesis sería similar al proceso que hoy en día las publicaciones científicas piden a los autores cuando incluyen un resumen gráfico (Graphical Abstract), en el que con pocas imágenes y poco texto explican lo esencial del trabajo científico publicado. Esto es un ejemplo de cómo la combinación de imagen y palabra, algo esencial que comparte con el cómic, permite comunicar contenidos científicos de una manera más sencilla en comparación con otros medios.

La combinación de imagen y palabra permite comunicar contenidos científicos de una manera más sencilla en comparación con otros medios

María Tejero. En el proceso, cada experto ha contribuido con su conocimiento. Simplificándolo mucho: Giuseppe, Ewelina y Miguel Ángel se encargaron de elegir el contenido científico y mantener la precisión, que después he traducido a una narrativa, un guion, que hemos revisado y mejorado a cuatro. Finalmente, Miriam se ha encargado de poner imágenes a las palabras. Hemos trabajado en varias versiones, hecho cambios, revisado a fondo los detalles, consultado expertos, traductores... Lo importante era asegurarnos de que la narrativa del cómic fuera interesante, pero también relevante desde un punto de vista científico.

¿Está prevista su distribución en papel o solo en formato digital?

María Tejero. El cómic está disponible en versión digital en nuestra página web, en nuestras redes sociales y también saldrá publicado en el número especial de Phytoma. Próximamente, también podrá encontrarse en la Oficina de Publicaciones de la Comisión Europea y en la web de la Organización Europea y Mediterránea para la Protección Vegetal (EPPO).

¿Qué ventajas ofrece este formato para la comunicación científica?

Miriam Rivera. El cómic es una herramienta estupenda para comunicar, por ejemplo, las líneas principales de tu centro de investigación o universidad, la última innovación de tu empresa, el último tratamiento desarrollado por tu hospital, el último artículo científico de tu equipo de laboratorio o un proyecto europeo en el que trabaje tu entidad. O, como en este caso, divulgar acerca de una problemática relacionada con la salud de las plantas y sus efectos sobre la agricultura. Unas ilustraciones atractivas llaman la atención, te hacen parar de hacer scroll por la pantalla o detenerte en la página del periódico que estés leyendo. Además, derriban la barrera del "Uff, ciencia. Seguro que es un tema difícil, ni me voy a molestar en intentar leerlo". Esto, combinado con el storytelling, el humor, las emociones y las metáforas visuales, ayuda a entender fácilmente el contenido, a establecer una conexión con el lector y a que el mensaje científico se recuerde. Por otra parte, es un formato muy agradecido: puedes distribuirlo en redes sociales, en tu web, en newsletters, en notas de prensa para aparecer en los medios de comunicación, en folletos, en pósters o en cualquier formato físico en cualquier tipo de evento. Esto se traduce en múltiples beneficios: un aumento de reconocimiento y autoridad en tu campo, más colaboraciones, invitaciones a charlas y medios y posibilidades de financiación. En mi ebook y mi newsletter hablo de todo ello con anécdotas divertidas, reflexiones personales y estudios de casos.

¿Ha sido complicado convertir en viñetas un tema complejo como el de la Xylella y su impacto en las plantas y la agricultura?

Miriam Rivera. Hay una parte previa al dibujo que, aunque no se vea, es absolutamente esencial: documentarse. La información debe basarse en la evidencia científica y debe transmitirse de manera entretenida sin renunciar al rigor. Hay temas que pueden resultar más complicados que otros, claro está. Pero para eso trabajo de la mano de científicos y expertos, en este caso de la EFSA, que puedan revisar el cómic durante todo el proceso, pasando por el guion y los bocetos. Cuando realizo un cómic científico nunca trabajo sola.