El Centro de Tecnología Poscosecha del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias ha conseguido desarrollar recubrimientos comestibles capaces de controlar las principales enfermedades de poscosecha de cítricos, como la podredumbre ácida, sin fungicida autorizado en la UE, y mantener la calidad de la fruta durante la frigo-conservación.

La Dra Bernardita Pérez-Gago, investigadora del Centro de Tecnología Poscosecha del IVIA, participó el 14 de septiembre en la II Jornada Poscosecha de Cítricos, organizada por el portal especializado Poscosecha.com, donde presentó este trabajo que forma parte del proyecto europeo StopMedWaste, en el que participan siete universidades y centros de investigación y una empresa, y cuyo objetivo principal es la preservación de frutos cítricos y productos hortofrutícolas mediterráneos frescos con estrategias de poscosecha innovadoras que garanticen la seguridad del consumidor y la reducción del desperdicio alimentario y de la aplicación de plaguicidas químicos. En cifras, persigue la reducción del desperdicio alimentario del 30% al 15%, la reducción de los destríos de productos hortofrutícolas frescos en un 20% y la disminución de la aplicación de fungicidas químicos de poscosecha en un 20%.

Los recubrimientos comestibles forman una fina capa alrededor del alimento que pueden ser ingeridos con el mismo y ejercen de barrera para los gases y el vapor de agua, además de permitir la incorporación de ingredientes activos como antioxidantes, antimicrobianos o antifúngicos. En esta investigación, se han desarrollado recubrimientos comestibles con actividad antifúngica a partir de pectina de cítricos, a los que se le han añadido aceites esenciales y extractos de plantas. Los ensayos realizados, tanto in vitro como in vivo, ya ofrecen algunos resultados prometedores para el control de la podredumbre verde y azul, causadas por Penicillium digitatum y P. italicum respectivamente, y la podredumbre ácida, provocada por el hongo Geotrichum citri-aurantii, las enfermedades más importantes en poscosecha de cítricos en la zona mediterránea. “Para el control de la podredumbre ácida, tras la retirada definitiva en la UE de la guazatina y del propiconazol, en este momento no se dispone de ningún fungicida de síntesis efectivo para el control de la enfermedad. Nuestros resultados, que sí han demostrado eficacia en alguno de los tratamientos, son muy relevantes para el sector”, asegura Pérez-Gago, que destaca que trabajos similares desarrollados en el proyecto también muestran la efectividad de algunos recubrimientos “para fruta de hueso y granada”.

Así, entre los diferentes recubrimientos evaluados, los formulados con 0,8% de eugenol o 0,2% de geraniol mostraron una actividad curativa frente a la podredumbre verde en naranjas inoculadas artificialmente incubadas a temperatura ambiente o almacenadas a 5ºC. Asimismo, los recubrimientos comestibles con eugenol (0,2-0,8%), geraniol (0,4-0,8%), propóleo (0,5-2%) y aceite esencial de mirra (1,5%) redujeron la incidencia y severidad de la podredumbre ácida tras veinte días a 20ºC.

“Estos recubrimientos también han sido efectivos a nivel de fisiología, siendo capaces de reducir la pérdida de peso, mantener firmeza, incluso aportar brillo, otro parámetro de calidad para la industria citrícola”, subraya la investigadora del IVIA. En efecto, los recubrimientos a base de pectina de cítrico que contenían un 0,8% de eugenol redujeron la pérdida de peso y mantuvieron la calidad de las naranjas almacenadas a 20ºC y durante la frigo-conservación, además de mejorar el brillo de la fruta. Entre los diferentes recubrimientos evaluados, en caso de conseguir su registro, los investigadores sugieren que este formulado podría ser un tratamiento comercial prometedor para reducir la podredumbre verde y ácida, y mantener la calidad poscosecha de naranjas Valencia. Una alternativa segura a las ceras convencionales formuladas con fungicidas químicos.

 

La próxima y última fase del proyecto, que se hará en colaboración con la empresa DECCO, consiste en la etapa de escalado de los recubrimientos más efectivos y los ensayos a nivel industrial en las centrales citrícolas.

Las pérdidas económicas ocasionadas por las enfermedades de poscosecha de los frutos cítricos constituyen uno de los principales problemas del sector en España. Su control se realiza mayoritariamente mediante tratamientos en las centrales citrícolas con fungicidas químicos de síntesis (imazalil, tiabendazol, ortofenilfenol, pirimetanil, etc.), “pero la presión legislativa debida a la generación de residuos químicos, las limitaciones no reguladas por parte de supermercados o cadenas alimentarias y el incremento de los mercados ecológicos u orgánicos evidencian la necesidad de encontrar alternativas a este control químico convencional”, explicaba Lluís Palou, investigador del Centro de Tecnología Poscosecha del IVIA y que también participa en este proyecto europeo junto a Pérez-Gago, en el Phytoma Meets Avances en el control de enfermedades de poscosecha.