La Asociación Española de Campos de Golf aprovechó la celebración de Iberflora para escenificar su rechazo a la propuesta de Reglamento sobre el Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios de la Comisión Europea. La AECG asegura que complicaría la gestión de cespitosas y amenazaría la existencia de los campos de golf en el sur de Europa.

El grupo de Áreas Verdes de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA) organizó en Iberflora una mesa redonda sobre el impacto que este nuevo reglamento, que todavía está en fase de negociación, tendría en los usos no agrarios. En él participaron María Gutiérrez, técnico especialista en áreas verdes de AECG; Noé Feijoo, representante de la industria de sanidad vegetal de AEPLA; José Gonzalvo, Tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Torrent; y Jordi Giné, Jefe del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat de Cataluña. Mamén Márquez, responsable del grupo de Áreas Verdes de AEPLA, ejerció de moderadora.

María Gutiérrez expuso la postura del sector, ya defendida ante el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: “Los profesionales del sector del golf estamos trabajando para poder desarrollar nuestra profesión dentro de un marco legal. Desde hace varios años todas las instituciones del sector del golf se han reunido varias veces con Sanidad Vegetal para desbloquear esta situación, pues necesitamos que Europa reconozca un mapa climático que se ajuste a la problemática de cada zona y, por otro lado, el registro único europeo para cada producto, que mantendría las materias activas que utilizamos en unos rangos de precios reales y acordes con la economía que maneja la industria, más parecida a la hortícola y frutícola”. Gutiérrez apuntó que “el objetivo principal del borrador de esta propuesta de Reglamento elaborada por la Unión Europea es la limitación del uso de productos fitosanitarios para los céspedes deportivos, tal es el caso de los campos de golf, así como la prohibición expresa de la utilización de productos fitosanitarios químicos, incluso los de origen biológico y los de bajo riesgo, en los terrenos deportivos, al considerarlos ‘zonas sensibles’, con el consiguiente perjuicio que ello ocasionaría, imposibilitando la inexistencia de los campos de golf en el sur de Europa”.

De aprobarse el reglamento, este sector “se vería gravemente afectado y se pondría en riesgo una industria que se presenta como un motor turístico para España y como primer destino mundial”. Según un estudio elaborado por el Instituto de Empresa University, en colaboración con AECG y la Real Federación Española de Golf, esta actividad atrae al año a 1.195.000 turistas extranjeros, el 98,6% de los cuales son europeos.

Existe una gran preocupación en el sector por la implantación de esta normativa, que “imposibilitaría la existencia de campos de golf en el sur de Europa, haciendo imposible la comercialización de las instalaciones, así como la celebración de pruebas profesionales en las mismas”. AECG, que representa a más de 190 campos de golf, asegura que la actual legislación sobre el uso de fitosanitarios ya es muy restrictiva en España (la que más en Europa, junto a Países Bajos) y obliga a llevar un control minucioso de los productos que se aplican, dónde se aplican y por qué, siempre bajo la supervisión de un asesor especializado.