El vencejo común, un ave migratoria de larga distancia que ha aumentado considerablemente en los últimos años, es un aliado principal en el control de plagas y enfermedades transmitidas por insectos. Por este motivo, y con el fin de crear un proyecto de gestión y sensibilización ambiental con la especie, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía firmó convenios de colaboración con cinco asociaciones voluntarias de varias provincias para la cría de vencejos.

Esta especie, que se alimenta exclusivamente de estos invertebrados capturándolos con el pico al vuelo, contribuye al mantenimiento y la preservación del ecosistema natural, ya que evita que se propaguen plagas de mosquitos u otros insectos que dañan el medio ambiente. Se trata de un ave que no se encuentra catalogada de amenaza, ni vulnerable a la extinción, sino que, al contrario, se ha incrementado en los últimos tiempos.

El vencejo pasa el invierno en la mitad sur de África, y en primavera llega a España para reproducirse. Desarrolla todo su ciclo vital en vuelo y tan solo se posa en el momento de la nidificación para poner los huevos y la crianza de los polluelos durante los meses de abril a julio. Esta reproducción suele realizarse en zonas urbanas; por ejemplo, en las cornisas de edificios.

Sin embargo, a pesar de que esta especie no se encuentra en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas, el aumento de la temperatura como consecuencia del cambio climático, el empleo de plaguicidas en entornos urbanos y rurales, la pérdida de lugares de nidificación y la escasez de alimento pueden dificultar su supervivencia. De hecho, en los últimos años, los ejemplares de vencejos caídos del nido son una problemática en algunas provincias andaluzas. La mayoría son pollos que requieren de una correcta alimentación y manejo, hasta que alcanzan la edad adulta y son capaces de volar.

Precisamente, el objetivo de los convenios de colaboración suscritos entre la Consejería de Sostenibilidad y cinco asociaciones voluntarias es ofrecer alternativas a la participación de la Red de Centros de Recuperación de Especies Amenazadas (CREA) en el proceso de crianza de dichos ejemplares, que no seguirán dando servicio en esta materia, puesto que se dedican de manera prioritaria a la atención y recuperación de ejemplares de especies amenazadas.

Según los datos regionales de 2022, el balance de recuperación y liberación de los ejemplares refleja el éxito de la cría de vencejos a través de dichas colaboraciones. Así, más de la mitad de los vencejos son criados por estos colectivos (un 55,79%) y el resto (el 44,21%) son ingresados en los centros de la red.