El ministro de Agricultura de Francia, Didier Guillaume, firmó a finales de febrero el “Contrato de Soluciones” impulsado por la Federación Nacional de Explotaciones Agrarias de Francia, FNSEA, con el fin de limitar el uso de productos fitosanitarios en las producciones agrarias. Apoyado por 42 organizaciones sectoriales agrarias, industria agroalimentaria y fabricantes de productos fitosanitarios, el Ministerio galo se compromete, entre otras cosas a “movilizar los presupuestos disponibles para acompañar a los agricultores en la transición agro-ecológica”.

 

El preámbulo del “Contrato de soluciones”, al que ha tenido acceso FEPEX (Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas) reconoce que los agricultores franceses tienen importantes dificultades “para cambiar las prácticas agrarias en materia de protección de cultivos sin que las alternativas a los productos fitosanitarios sean accesibles, económicamente viables y suficientemente eficaces”. Por este motivo, admite la necesidad de “acompañar de forma operativa a los agricultores para buscar soluciones que respondan a los principios de la producción integrada de los cultivos, haciendo una reflexión estratégica sobre los sistemas de producción”.

 El documento, de seis páginas, recoge que el Estado y las organizaciones firmantes se comprometen a los siguientes objetivos: responder a las demandas de los consumidores y de los ciudadanos en materia de alimentación sana, segura y sostenible; preservar la capacidad productiva de la agricultura de Francia y su posicionamiento en los mercados, desde los circuitos cortos hasta la exportación; promover una agricultura resiliente y competitiva; y limitar las distorsiones de la competencia que perjudican a la producción francesa.

El preámbulo incluye compromisos tanto del sector como del Estado en materia de elaboración de políticas públicas, identificación y anticipación de las alternativas a los productos fitofarmaceúticos; acompañamiento a los agricultores en la reducción de la utilización de los productos fitofarmaceúticos, comunicación a la sociedad y de gobernanza.

El Estado se compromete a “movilizar los presupuestos disponibles para acompañar a los agricultores en la transición agro-ecológica y, especialmente, en poner en marcha soluciones concretas, acordadas con los sectores” y cita tres posibles fuentes de financiación ya vigentes en Francia: el Plan de competitividad y de adaptación a las explotaciones agrícolas (PCAE), el plan Ecophyto y las medidas agroambientales y climáticas (MAEC).

El documento ha sido promovido por la FNSEA y participan 42 organizaciones de sectores como el trigo, la cebada, el maíz, la colza, remolacha, patata y frutas y hortalizas, así como empresas de semillas, fabricantes de equipos agrícolas, industria agroalimentaria y fabricantes de productos fitosanitarios.