La Xunta de Galicia ha publicado una orden que establece las bases reguladoras para la concesión de indemnizaciones a los afectados por Fusarium circinatum en pinos de viveros, Tecia solanivora en plantaciones de patata y la flavescencia dorada en viñedos.

Estas plagas y enfermedades de cuarentena merecen una especial atención y exigen la aplicación de unos medios de lucha específicos cuando se produce la aparición de focos, así como establecer la concesión de indemnizaciones por la destrucción de plantas. De esta forma, podrán ser personas beneficiarias de estas las personas físicas y jurídicas y las entidades sin personalidad jurídica “cuyos productos vegetales fueran afectados por las medidas fitosanitarias adoptadas en virtud de una declaración de la presencia de la plaga, originada por el desarrollo de un programa oficial de erradicación de los organismos de cuarentena de los determinados en la correspondiente convocatoria”. Las empresas podrán ser beneficiarias siempre que tengan la consideración de pequeña y mediana empresa agraria.

Las cuantías de las indemnizaciones se establecerán en los correspondientes baremos, que se publicarán en cada convocatoria. El importe total oscilará entre un mínimo de 45 euros y un máximo de 10.000 euros por persona beneficiaria.

Los focos de F. circinatum, hongo causante del chancro resinoso del pino, se detectan en Galicia desde 2006. Representa una de las enfermedades más graves de coníferas a nivel mundial, que ha generado graves pérdidas económicas en el sector forestal. En árboles adultos, los síntomas iniciales de la enfermedad son la muerte de la punta de los brotes en la parte superior de la copa, como resultado de una infección próxima al punto de crecimiento. Las acículas situadas en el extremo de las ramas infectadas muestran un color amarillo rojizo, y finalmente caen, dejando el extremo de la rama desnudo. Las plantas de vivero pueden mostrar diversos síntomas, como caída y secado del brote terminal y decoloración de acículas, que presentan un color verde amarillento, adquiriendo posteriormente un color marrón rojizo, y, en algunos casos, presencia de esporodoquios de color salmón. En plántulas de mayor edad (más de un año) pueden aparecer también pequeñas lesiones resinosas.

En 2015, se descubrió la presencia de la polilla guatemalteca T. solanivora en plantaciones de patata en el norte de las provincias de A Coruña y Lugo. Esta plaga puede llegar a causar en algunas campañas pérdidas cercanas al 50% de la producción total. La hembra deposita unos 150-200 huevos en el suelo, principalmente en grietas y cerca de la base de la planta. De los huevos nacen pequeñas larvas o gusanos que se desplazan hasta las patatas, de las que se alimenta, produciendo galerías en su superficie. Estas larvas, que al final de su desarrollo presentan un color rosado oscuro, abandonan el tubérculo y forman una pupa o crisálida, de donde saldrá de nuevo el adulto, pasados unos días.

La flavescencia dorada, una grave enfermedad del viñedo transmitida por el cicadélido Scaphoideus titanus, fue detectada en Galicia el año pasado. El fitoplasma que la causa desorganiza el funcionamiento de las cepas y provoca su muerte. Ante la ausencia de medidas terapéuticas eficaces, la lucha contra la enfermedad se basa en la utilización de material vegetal sano, el control del vector y la destrucción de las viñas contaminadas.