Representantes de Intercitrus se reunieron con el comisario de Agricultura, Phil Hogan, y una delegación del Partido Popular Europeo (PPE), a los que reclamaron medidas “extraordinarias y de urgencia” para evitar la entrada de graves plagas y enfermedades foráneas, especialmente las más peligrosas para la citricultura europea: HLB, la mancha negra y Thaumatotibia lecotreta.

 

En concreto, Intercitrus mencionó la “preocupante” situación que se está viviendo, pese a la regulación específica aplicada a las importaciones de Brasil, Argentina, Uruguay y Sudáfrica, con la mancha negra (Citrus Black Spot), patógeno que acumula una cifra récord de interceptaciones. Dada la evidencia de que este hongo es capaz de adaptarse al clima Mediterráneo, se pidió a Hogan la posibilidad de un cierre cautelar de fronteras a partir de cinco interceptaciones, como así preveía con anterioridad la normativa europea (aunque nunca llegó a aplicarse).

En cuanto a la falsa polilla (Thaumatotibioa leucotreta), los miembros de Intercitrus criticaron que la Comisión Europea haya permitido que sean los propios países exportadores los que evalúen si sus tratamientos son de eficacia equivalente al tratamiento con frío, el único eficaz reconocido internacionalmente.

Ante la mala campaña citrícola, los representantes de la interprofesional reclamaron un estudio de impacto de los acuerdos comerciales firmados con Sudáfrica y Egipto, un análisis previo para el que pronto se firmará con Mercosur, así como reciprocidad en las condiciones de las importaciones.

El encuentro también sirvió para avanzar en cuanto a la documentación requerida para que, al finalizar la próxima campaña de contraestación, se pueda elaborar un informe con datos de las cuatro últimas temporadas y analizar la posibilidad de activar la cláusula de salvaguarda del acuerdo con la Comunidad de Estados de África del Sur. Del mismo modo, se planteó la necesidad de que la CE aumente las garantías para hacer cumplir esos principios de reciprocidad que, sobre el papel, vienen recogidos en tales tratados con países no comunitarios como Sudáfrica, Egipto o Turquía, o como el que próximamente se acordará con Mercosur, que podrían conllevar nuevas concesiones arancelarias en favor del zumo de naranja de Brasil, según la interprofesional. “Las naranjas o mandarinas o el zumo procedente de países terceros deben cumplir con las mismas exigencias que se han establecido para los productos comunitarios porque sólo así se podrá extender el modelo europeo de producción y, particularmente, sus exigencias en materia de protección de la salud de los consumidores y del medioambiente”, advirtió el presidente de Intercitrus, Manuel Arrufat.