La finca experimental de Cadreita acogió el 5 de septiembre la tradicional Jornada de Balance de Cultivos Hortícolas de Verano, que INTIA organiza anualmente antes de que finalice el periodo estival. El medio centenar de participantes pudieron conocer in situ doce ensayos de experimentación que analizan un total de 75 variedades y variantes de tratamiento en tomate, calabaza, pimiento y berenjena, y tuvieron la oportunidad de comprobar también las experiencias llevadas a cabo sobre fertilización y control de plagas y enfermedades.

La campaña de hortícolas de verano en Navarra ha estado muy condicionada por la falta de precipitaciones, con un nivel inicial de agua embalsada inferior a la media habitual, y por los daños ocasionados por las tormentas de pedrisco, que han favorecido la aparición de bacterias, con especial incidencia de la alternaría en el tomate de industria, y la presencia de plagas como el pulgón o Helicoverpa armigera. En este sentido, Carmen Goñi, técnica de la Estación de Avisos de INTIA, presentó la labor desarrollada para el control de la principal plaga del tomate desde esta herramienta que cuenta con el apoyo de LIFE NAdapta, la estrategia de adaptación al Cambio Climático del Gobierno de Navarra. “Una plaga que sigue presente, con variaciones de población y presión en función de las zonas, y con un adelanto en el inicio del vuelo y retraso en su final, lo que se convierte en una mayor ventana de tiempo y, a su vez, en más oportunidades para ocasionar daños, de ahí la importancia de los sistemas de seguimiento y de los datos históricos y actuales para poder predecir este tipo de situaciones adversas”, explicó Goñi.

Los asistentes observaron en campo los distintos ensayos de variedades en tomate, calabaza tipo cacahuete, pimiento, un ensayo de manejo en pimiento o una experiencia de control de bacteriosis en pimiento de piquillo. Entre los ensayos presentados en la jornada cabe destacar el de control de chinches (Lygus spp. y Nezara viridula) en berenjena, con un total de cuatro variantes analizadas. Estas especies afectan a los botones florales, destruyen la estructura y hacen que se caiga la flor. Con esta experiencia se ha querido analizar el efecto de las chinches en el rendimiento del cultivo, testar diferentes estrategias con productos fitosanitarios y comprobar el impacto que ha tenido la alfalfa como cultivo trampa.

En la apertura de la jornada, Natalia Bellostas, directora gerente de INTIA, destacó la importancia de la experimentación y la investigación aplicada en el ámbito agrícola, donde la agroindustria tiene un peso importante, “más en estos tiempos de incertidumbre por la nueva PAC y el desafío medioambiental actual, por lo que tenemos que ser más resilientes y saber adaptarnos a los cambios que vienen”.