Aleurocanthus spiniferus, una especie de mosca blanca que afecta a un centenar de plantas, entre ellas los cítricos, ha aparecido por primera vez en Francia, en un vivero y en varios espacios públicos y jardines privados del sur del país.

Esta plaga de cuarentena detectada en junio en territorio francés, procedente del sudeste asiático, se ha localizado por el momento en catorce municipios -y otros cinco más en espera de confirmación- de la región francesa de Occitania. Tras un primer informe de un ciudadano a través de una aplicación de ciencia ciudadana, en junio de 2023 se confirmó oficialmente la presencia de la plaga en el departamento de Gard. Se realizaron más estudios y se detectó el insecto en cuatro municipios del mismo departamento, y en Lunel, en el departamento de Hérault. A. spiniferus se ha registrado en diversas especies de plantas, como distintas variedades de cítricos, vid, níspero, hiedra, rosal, granado y peral de flor. En todos los casos, solo se infestaron unas pocas hojas.

Las autoridades fitosanitarias francesas están implementando medidas fitosanitarias, como intensificar las prospecciones en un radio de 10 km alrededor de cada detección. En el vivero se ha procedido a destruir todas las plantas infestadas y se han aplicado tratamientos insecticidas, además de restringir los movimientos de plantas. En los jardines privados y lugares públicos, se están destruyendo las partes infestadas de las plantas. 

La mosca blanca espinosa de los cítricos es una plaga muy polífaga que afecta a 102 especies vegetales pertenecientes a 38 familias diferentes, sobre todo a las variedades de cítricos, pero también a viña, caqui y peral, además de ornamentales como el rosal. Está considerada como una de las especies de aleiródidos más destructivas de los cítricos en Asia tropical y la séptima plaga en importancia en cítricos en Japón, Australia y Hawai. En 2008 fue localizada por primera vez en Europa, en la provincia italiana de Lecce. Aunque en el momento de la detección se tomaron medidas fitosanitarias, la plaga no pudo ser erradicada y se dispersó por el país.

Las moscas blancas ocasionan dos tipos de daños: directos e indirectos. Los daños directos están asociados a la alimentación del insecto y son la extracción de savia, la inducción de alteraciones fisiológicas y morfológicas en los vegetales y la secreción de melaza que provoca un daño indirecto, ya que favorece el desarrollo del hongo de la negrilla.

La Unió Llauradora ha pedido a la Conselleria de Agricultura valenciana y al ministerio que actúen para evitar que la plaga entre en la península y, en caso de que lo haga y afecte a los cultivos, pedirá “una responsabilidad patrimonial porque supondría nuevamente un sobrecoste para los productores que no pueden asumir y sobre la cual no tienen responsabilidad”.

“Se pone en evidencia que los controles fitosanitarios en frontera son ineficientes, como venimos denunciando desde hace tiempo y no tenemos herramientas suficientemente eficientes -ni fitosanitarias ni de lucha biológica- para hacer frente a la amenaza de una nueva plaga” , denuncia Carles Peris, secretario general de La Unió, que insiste en la necesidad de implantar las inspecciones en origen “para que cuando alguien quiera exportar a la UE se establezcan automáticamente controles rigurosos y eficaces y que cumplan la misma normativa que se les exige a los productores valencianos”.