El Servicio de Sanidad Vegetal de Andalucía ha observado un incremento de las poblaciones de del algodoncillo del olivo (Euphyllura olivina) respecto a anteriores campañas en numerosas comarcas olivareras. Las causas no se conocen con certeza, aunque los técnicos apuntan a la sequía, la baja humedad relativa y las temperaturas inusuales para esta época del año.

El psílido ataca a las inflorescencias y posteriormente a los frutos cuajados, lo que afecta a la fertilidad y ocasiona una significativa caída de botones florales y descenso del número de frutos cuajados. También ocasiona daños indirectos provocados por la melaza azucarada que excretan los individuos, que favorece los ataques de hongos, principalmente negrilla, que restan capacidad fotosintética al árbol y ensucian las hojas y los frutos.

El algodoncillo del olivo puede controlarse fácilmente con sus enemigos naturales, como los depredadores Chrysoperla carnea y Anthocoris nemoralis y los parasitoides Alloxysta eleaphila y Psyllaephagus euphyllura. Como la época de aplicación de tratamientos fitosanitarios coincide con un momento crucial del ciclo biológico de los enemigos naturales, se recomienda utilizar materias activas respetuosas con los mismos y evitar piretroides y otros insecticidas químicos perjudiciales para la fauna auxiliar.

Ante el importante aumento de las poblaciones de E. olivina en Andalucía, el Servicio de Sanidad Vegetal autonómico elaboró el año pasado una guía con información de esta plaga secundaria y recomendaciones de gestión. Entre las medidas culturales para reducir los niveles de ataque de esta plaga, recomienda la realización de podas en verano y en otoño-invierno porque facilitan la ventilación del árbol, así como la eliminación de varetas y chupones para impedir que el insecto se refugie en el cultivo ante condiciones meteorológicas desfavorables. Del mismo modo, aconseja realizar una fertilización racional y no abusar de los abonos nitrogenados, ya que favorecen la proliferación de brotes tiernos, donde es fácil que se instale el psílido.

Sanidad Vegetal también ha constatado que en explotaciones de olivar en las que se dispone de cubiertas vegetales, la incidencia de E. olivina es menor que en olivares sin cubierta vegetal, al refugiarse el insecto en las mismas y no en el árbol. Estas cubiertas vegetales facilitan, además, la instalación de los enemigos naturales del algodoncillo, que lo mantienen en niveles poblacionales en los que no provoca daños en el cultivo.