La renta agraria se ha fijado este año en 31.931 millones de euros, lo que supone un incremento del 11,1% con respecto a 2022, según la primera estimación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de este ejercicio.

La producción de la rama agraria -que engloba la agricultura y la ganadería- registra un valor récord de 65.081 millones de euros, un 3,3% más que el año anterior. El aumento del valor de la producción y de la renta agraria se fundamenta principalmente en la subida de los precios y en el descenso de los costes tras los máximos registrados en 2022.

El ministerio subraya que ese aumento global refleja un comportamiento muy diferencial que responde a la gran variedad de producciones españolas, entre las que se constatan este año las que han sido más golpeadas por la sequía. En términos generales, el factor precio y la reducción de los insumos ha compensado los descensos de volúmenes, que han sido muy acusados en algunos sectores como los cereales.

La renta agraria, en términos corrientes por unidad de trabajo anual (UTA), ha aumentado un 16,9%, hasta alcanzar los 39.535 euros. La producción vegetal ha descendido un 3,4% en valor, hasta los 35.741 millones de euros, debido a la disminución de las cantidades producidas (-11,7%), en un año marcado por una primavera inusualmente seca y cálida en todo el país. El recorte de volúmenes no se vio compensado por el aumento de los precios percibidos por los agricultores (9,4%).

Los cereales sufren un importante descenso de un 50% en valor, fruto tanto de la sequía, que hizo reducirse su cosecha (-34,7 %), como del descenso de los precios (-23,7%), tras un 2022 en los que éstos fueron extraordinariamente altos. Asimismo, ha sido notable el descenso del aceite de oliva (-29,4 % en valor en la campaña 2022-2023), debido a su escasa cosecha (-58,6 %), que sí se ha visto compensada en gran medida con un significativo incremento de precios (70,7%). También se ha reducido el valor de la producción de vino y mosto (-20%), fundamentalmente por la corta vendimia registrada.

En este ejercicio ha destacado el comportamiento positivo del grupo de las frutas, cuyo valor ha subido un 16,9%, y hortalizas, que crecen un 8,8%.

Los consumos intermedios -entre los que se encuentran el gasto en semillas, energía, piensos, fertilizantes o fitosanitarios- registran un descenso en valor (-4,6% respecto a la cifra récord de 2022) y se sitúa en 32.155 millones de euros, combinado con un descenso de precios (-5,3%), ya que la cantidad utilizada ha aumentado un 0,7%. Este comportamiento viene determinado principalmente por los piensos (-2%), la energía y lubricantes (-32,2%) y los fertilizantes (-13,6%).