La Conselleria de Agricultura de la Comunidad Valenciana ha confirmado, según revelan los análisis genéticos llevados a cabo, la resistencia de la mancha foliar del caqui (Mycosphaerella nawae) al grupo de fungicidas QoI (estrobilurinas). Un estudio técnico de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) revela que la presión de plagas y enfermedades está provocando un descenso progresivo del rendimiento productivo de este cultivo.

En la pasada campaña se detectaron fallos de control en algunas parcelas de la comarca valenciana de la Ribera Alta. Los estudios realizados hasta la fecha indican que estos fallos de control podrían deberse al desarrollo de resistencia del hongo P. nawae a estrobilurinas. Por esta razón, el Servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura ha planteado algunas recomendaciones para la estrategia de control, como evitar el empleo de este grupo de fungicidas en el  área delimitada (3 km alrededor de las parcelas en las que se han constatado esta posible resistencia), o como máximo emplearla una sola vez por campaña, mezclada con otro fungicida de diferente grupo. En el resto de áreas se debe procurar emplear las estrobilurinas una sola vez por campaña, y realizar el resto de tratamientos con fungicidas de otros grupos. Es importante también que se elimine la hojarasca que pueda haber en el interior o entornos de las parcelas para reducir inóculo, especialmente en el área delimitada por la posible resistencia.

El estudio técnico de AVA-ASAJA estima que el coste medio de producir un kilo de caqui se eleva a 0,27 euros. Actualmente, los gastos totales alcanzan los 676 euros por hanegada, mientras que la producción comercial real, descontando los destríos, se sitúa en torno a 2.500 kilos por hanegada. La introducción de nuevas plagas y enfermedades que están afectando al caqui (sobre todo cotonets, moscas blancas y trips), la aparición de resistencias y la ausencia de materias activas autorizadas que resulten verdaderamente eficaces para combatirlas ha incrementado más de un 20% los destríos en las últimas cuatro campañas, llegando a niveles de hasta el 80% de frutas desperdiciadas en algunas parcelas de La Ribera durante la pasada temporada, según este estudio.

En España, la mancha foliar se detectó por primera vez en 2008 en La Ribera Alta. Aunque el hongo no infecta directamente a los frutos, éstos sufren una maduración y abscisión anticipada inducida por las lesiones de las hojas y la defoliación. La caída de frutos es mucho más intensa en las parcelas donde los síntomas foliares aparecen con mayor intensidad y de forma temprana. Los daños económicos de la enfermedad vienen determinados principalmente por la caída anticipada de los frutos. Durante los primeros años de la enfermedad, era frecuente observar parcelas de caqui donde prácticamente todos los frutos habían caído al suelo a mediados de octubre.

No es la única noticia preocupante en relación a la sanidad del caqui: en su última actualización, la EFSA ha incluido esta especie como hospedadora de la bacteria Xylella fastidiosa.

Imagen: IVIA.