Las Agrupaciones de Defensa Vegetal (ADV) de Cataluña, que el año pasado celebraron su 40 aniversario, han contribuido a la transformación de la gestión de la sanidad vegetal gracias al contacto directo con los productores y la coordinación con el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural del Gobierno autonómico. “Las Agrupaciones de Defensa Vegetal son nuestros ojos en el territorio y los médicos de las plantas. Representan una capacidad de acción y un tejido técnico muy potente que es un referente en otras zonas de Europa”, manifestó Elisenda Guillaumes, directora general de Agricultura y Ganadería de la Generalitat de Cataluña, durante la conmemoración de los cuarenta años de las ADV, en la localidad de Tárrega.

Actualmente, existen 123 ADV que representan una superficie asesorada de 249.227 ha y 22.786 explotaciones agrarias, el 45,6% del total de Cataluña. Hay cultivos como el arroz, prácticamente gestionados totalmente con ADV, y otros como la fruta y el viñedo, en unos porcentajes que superan el 70%. “La implantación de las ADV son un modelo referente en Europa y un éxito de trabajo colectivo compartido. Y su expansión como modelo de trabajo sigue una tendencia claramente positiva tanto la superficie asesorada, las personas asesoras, como el número de socios de las ADV que se van incrementando paulatinamente con los años”, expuso la directora general, que destacó el papel de estas agrupaciones de productores que se unen para disponer de asesores en materia de sanidad vegetal y constituyen una red de asesoramiento técnico, además de desarrollar programas de actuación en coordinación con los técnicos del Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural del Gobierno autonómico.

Así, su contribución ha sido decisiva en la implantación de técnicas alternativas sostenibles, como la confusión sexual con feromonas, la captura masiva y el control biológico, que ha permitido eliminar los tratamientos aéreos con productos insecticidas sobre los cultivos de arroz y olivo de Cataluña. En concreto, estos métodos alternativos han evitado totalmente las aplicaciones aéreas de insecticidas desde 2015 mediante la implementación de técnicas de confusión sexual contra Chilo suppressalis en el Delta del Ebro (20.000 ha) y en el Empordà (1.000 ha), y las trampas de captura masiva contra la mosca del olivo (Bactrocera oleae) a 36.500 ha afectadas del Baix Ebre, Montsià y Ribera d'Ebre. “Desde hace años estamos apostando hacia modelos de gestión más sostenibles. Y aquí las ADV hacen un trabajo clave e imprescindible, tanto en la prevención y control de plagas, enfermedades y malas hierbas, como en la implantación de los principios de la Gestión Integrada de Plagas y de métodos alternativos a la lucha química, como la confusión sexual con feromonas, la captura masiva y la lucha biológica”, desgranó Guillaumes.

En 2023, el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural concedió ayudas por valor de 2 millones de euros a las ADV y prevé aumentarlas hasta los 2,6 millones este año. La subvención incluirá las actuaciones de asesoramiento en Gestión integrada de plagas, la colaboración con las redes de seguimiento de plagas, enfermedades y malas hierbas y la realización de ensayos, así como el apoyo a los agricultores para cumplimentar el Cuaderno Digital de Explotación. El Departamento de Acción Climática también ha puesto en marcha el Plan de acción para reducir progresivamente el uso de fitosanitarios mediante la prevención, la formación y el asesoramiento técnico en gestión integrada de plagas.