Los Premios Mildiu, creados en La Rioja en 1974 para incentivar el descubrimiento de las primeras manchas de esta enfermedad y poder precisar así el momento más oportuno para realizar los tratamientos adecuados, nunca habían tenido un ganador tan ‘madrugador’: el 3 de mayo se detectaron las primeras manchas en dos parcelas de La Rioja Baja, una en Alfaro y otra en Calahorra. El día 18, ya habían aparecido en los catorce puestos de control de La Rioja, algo inédito en las 46 ediciones anteriores. La presencia de esporas, junto a una climatología favorable, hace necesario vigilar las parcelas y mantener protegidos los viñedos para evitar las contaminaciones secundarias, que pueden originar problemas importantes.

Los factores que han propiciado la ‘tormenta perfecta’ para que se adelanten las primeras contaminaciones unas dos semanas antes de lo habitual son, según repasa José Luis Ramos, Jefe de la Sección de Protección de Cultivos del Gobierno de La Rioja, “un final del invierno y una primavera muy lluviosa, que ha originado una humedad continua del suelo y una maduración prematura de las oosporas invernantes”. Esto, junto al adelanto vegetativo que llevaba la viña, las precipitaciones superiores a los 10 mm durante varios días consecutivos, los brotes de la vid de más de 10 cm y la temperatura media superior a 10-12ºC, ha motivado esta aparición temprana.

Aunque su aparición prematura no implica directamente una mayor incidencia de la enfermedad, que va a depender más de las condiciones ambientales que haya durante el resto del ciclo vegetativo, José Luis Ramos advierte de que supone “claramente” un mayor riesgo, ya que hay esporulación por toda la región (presencia de inóculo producido por la reproducción asexual), por lo que, si se dan las condiciones favorables para las contaminaciones secundarias, el riesgo es considerable. “Si hay presencia de inóculo en el ambiente, conidias de mildiu, con que haya humectación en hoja por un tiempo superior a dos horas, es posible que se produzcan las contaminaciones secundarias si el viñedo no está protegido por tratamientos fitosanitarios. Es decir, dependemos del tiempo y de los tratamientos fitosanitarios en unas fechas muy anteriores a otros años, por lo que probablemente el viticultor tenga que realizar un mayor número de tratamientos fitosanitarios, originándole un mayor coste económico, precisamente este año, en el que hay preocupación e incertidumbre por el precio de la uva”. Por el momento, sigue lloviendo y continúan apareciendo brotes de mildiu en la región.

Este adelantamiento de las fechas no ha sido exclusivo de La Rioja: Galicia, Aragón, el País Vasco, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Andalucía también observan con preocupación la evolución de la enfermedad. En la comunidad andaluza, los primeros síntomas en Cádiz, Córdoba y Huelva aparecieron el 27 de marzo, el 1 y el 4 de abril respectivamente, anticipándose varias semanas, a veces incluso más de un mes, respecto a otros años. En Castilla-La Macha, la Consejería de Agricultura informó el 26 de mayo de la aparición de las primeras manchas producidas por el hongo en parcelas de Cenizate y Villamalea (Albacete), Alcázar de San Juan, Campo de Criptana, Granátula de Calatrava y Socuéllamos (Ciudad Real) y El Herrumblar, Iniesta, Villagarcía del Llano y Villanueva de la Jara (Cuenca).

En Cataluña, las comarcas más afectadas son el Alt y Baix Penedés, Priorat y las comarcas vitivinícolas de Girona. Unió de Pagesos ha advertido de que la situación es “especialmente grave” para los productores ecológicos, con más limitación de tratamientos. La superficie de viña ecológica ha aumentado significativamente en Cataluña los últimos años, hasta 18.632 hectáreas en 2019, un 34% de la superficie total de este cultivo.

El mildiu es una enfermedad, endémica en los viñedos del norte de España, ocasionada por el hongo Plasmopara viticola. Originaria de América del Norte, se introdujo en Europa en los últimos años del siglo XIX con los portainjertos americanos utilizados para reconstituir el viñedo europeo tan dañado por la filoxera. En España se observó por primera vez en Barcelona en 1880, y fue extendiéndose rápidamente a todo el viñedo español.

Imagen: José Luis Ramos.