Las autoridades fitosanitarias de Marruecos han informado recientemente de la presencia en su territorio del virus rugoso del tomate (Tomato Brown Rugose Fruit Virus, ToBRFV). El tobamovirus se detectó por primera vez en octubre de 2021, en la región de Souss-Massa, y en marzo de 2022 en la región de Dakhla, en el Sahara Occidental. Durante la temporada de producción 2022-2023, se han confirmado diez brotes en plantas de tomate cultivadas en invernaderos, cuyo origen son las semillas importadas infectadas.

Los productores marroquíes afectados estiman que la pérdida representa entre el 15% y el 20% de la producción, según AgriMaroc. Ante el impacto económico del virus, han llevado a cabo varias estrategias de gestión para hacer frente a esta situación. Algunos productores han optado por la diversificación de sus cultivos para reducir su dependencia exclusiva del tomate; comenzaron a cultivar otras verduras o frutas para compensar las pérdidas sufridas en la producción de tomate. También están recurriendo a variedades de tomate resistentes a ToBRFV, que brindan protección contra la infección y reducen las pérdidas económicas.

Además, algunos productores han reforzado las medidas de bioseguridad en sus explotaciones para reducir el riesgo de infección por ToBRFV. Esto incluye la aplicación de buenas prácticas agrícolas, higiene de herramientas y equipos, así como el establecimiento de protocolos de cuarentena para plantas infectadas. Otros han recurrido a mercados alternativos, como los mercados locales y regionales, para vender sus productos y diversificar sus canales de distribución para compensar la reducción de la demanda en los mercados tradicionales.

ToBRFV es un patógeno de cuarentena en Marruecos desde 2018 y, en caso de hallazgo, es obligatorio tomar una serie de medidas que incluyen la destrucción de las plantas infectadas, la restricción del cultivo de plantas huésped y medidas de higiene.

La importación comunitaria de tomate de Marruecos ha pasado, desde 2013, primer año después de la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación entre la UE y el país magrebí, de 365.695 toneladas a 557.225 en 2023, volumen que se incrementa a 701.541 si se incluye el Reino Unido. En el mercado británico es donde se observa más claramente la pérdida de competitividad de la producción comunitaria: en este periodo, las exportaciones españolas de tomate a Reino Unido han caído de 143.182 toneladas a 70.780.