La Región de Murcia está implicando a los productores en el control del mal seco de los cítricos, una enfermedad que ya ha afectado a parcelas de limoneros y cuyo agente causal, el hongo Plenodomus tracheiphilus, se propaga fácilmente. El Servicio de Sanidad Vegetal acaba de editar un folleto divulgativo para facilitar el conocimiento e identificación de los síntomas de la enfermedad por parte de técnicos, agricultores y trabajadores del sector, así como la relación de actuaciones recomendadas para su prevención y erradicación.

En España, el mal seco se detectó por primera vez hace ocho años en Málaga sobre limonero, la especie más sensible a esta enfermedad. En la Región de Murcia, se identificó el primer caso de la enfermedad en junio de 2020, sobre limoneros de Abanilla. En este primer foco, se encontraron numerosos ejemplares infectados en dos explotaciones vecinas. Más tarde, se encontraron nuevos casos en la misma zona, en Blanca y La Matanza. Debido a la gravedad y riesgo de expansión, la Consejería de Agricultura publicó la Orden 9 de marzo de 2021, donde se declaraba la existencia de la enfermedad y se dictaban medidas fitosanitarias obligatorias para combatirla.

Este hongo destruye los vasos conductores de savia de la planta, lo que provoca deshidratación severa y una seca rápida de las ramas afectadas. Estos síntomas empiezan en las hojas, que acaban cayendo y dejan el peciolo adherido, y continúan por brotes y frutos. La infección se inicia en las ramas tiernas, que se quedan sin hojas, pero verdes. En pocos días van secándose y dejando una coloración marrón pálida. Estas secas van progresando rápidamente hacia las ramas principales y afectan a todo el árbol hasta su muerte, en un plazo de uno a tres años. Internamente, las ramas muestran una coloración anaranjada o asalmonada; más tarde, produce anillos de color pardo-negruzco en el leño, que no deben confundirse con los síntomas de la gomosis.

La mejor medida de control es la eliminación inmediata y completa de los árboles afectados en cuanto se detecten, así como los más cercanos a estos, incluidas las raíces, y la quema de estos restos vegetales. Por la capacidad del hongo de mantenerse durante bastante tiempo activo en los restos vegetales y partículas orgánicas del suelo, se aconseja establecer un periodo de seguridad de dos años antes de volver a plantar cítricos.