El pleno del Comité de Gestión de Cítricos (CGC) -la asociación que aglutina a empresas privadas, grupos empresariales y OPs con intereses repartidos por buena parte de España- ratificó recientemente las líneas maestras que impulsará cuando asuma la presidencia de Intercitrus, a partir del próximo 27 de julio. Su doble objetivo es vigilar el tratamiento de frío a las importaciones de naranjas y avanzar en materia reciprocidad con los países extracomunitarios.

La presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu, asumirá la presidencia por segunda vez, aunque en esta ocasión por la rama de la producción, en representación de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas, integradas en el propio CGC. Los dos grandes objetivos de consenso que se perseguirán serán seguir trabajando en materia de sanidad vegetal para asegurar, entre otras metas fundamentales, el cumplimiento “estricto” del tratamiento de frío para las importaciones de naranjas procedentes de países terceros con presencia de la falsa polilla Thaumatotibia leucotreta y avanzar en materia de reciprocidad para “garantizar que toda la oferta citrícola que acceda al mercado europeo cumpla con las mismas condiciones de producción, exigencias medioambientales, fitosanitarias, laborales y sociales que se aplican a los citricultores europeos”, avanzó Sanfeliu.

El cambio en la presidencia en la interprofesional se producirá justo cuando acaba de arrancar la campaña de naranjas del hemisferio sur, con lo que aún no se dispone de información para acreditar si, efectivamente, los países afectados por T. leucotreta están realizando sus envíos con el tratamiento de frío aprobado por la Comisión Europea en junio del año pasado. Como denunció con reiteración el CGC, durante la campaña pasada determinados países –como Sudáfrica- no cumplieron y exportaron sus naranjas sin ajustarse a lo publicado en el Diario Oficial de la UE. Con la intención de que esta situación no se repita, una vez pasada la primera temporada de transición y ya con requisitos del cold treatment más rigurosos, Sanfeliu quiere promover medidas para garantizar una mayor transparencia en cuanto a la verificación del régimen de temperaturas (del preecooling en origen y del propio tratamiento en frío en tránsito). Junto a ello, dado que la mandarina y el pomelo también son hospedadores de este patógeno, la interprofesional promoverá acciones para ampliar este requisito a las importaciones europeas de estas dos especies procedentes de países con presencia de esta plaga considerada prioritaria en la UE.

Pese al tiempo transcurrido para poder adaptarse y la opinión científica favorable de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), y pese a que Sudáfrica exporta a decenas de países con un tratamiento de frío más exigente que el de la UE, el CGC critica que la Citrus Growers Association (la asociación de productores de cítricos de Sudáfrica) “no ha cejado en su campaña contra la medida y sigue presionando aún hoy para revertirla, lo que alimenta las suspicacias sobre su cumplimiento”.

Durante los últimos meses, además, desde el CGC se viene trabajando en la concreción de una estrategia para avanzar a través de Intercitrus en otras medidas en materia de reciprocidad. Concretamente, y con independencia de la defensa de la inclusión de cláusulas espejo en todos los tratados comerciales que pueda ratificar o revisar la Comisión con países terceros, se quiere incidir en “acabar con la doble vara de medir” que –en palabras de Sanfeliu- la UE aplica en su política de fitosanitarios, en referencia a lo que viene ocurriendo con las importaciones de cítricos de Turquía y Egipto.

El CGC quiere acabar con la doble vara de medir que la UE aplica en su política de fitosanitarios

Coincidiendo con la presidencia de España del Consejo de Europa, el CGC prevé un “semestre especialmente intenso” en cuanto al debate de todo lo concerniente a la agenda medioambiental 2030. “Las exigencias del Pacto Verde, de la estrategia De la Granja a la Mesa y su reglamento sobre el uso sostenible de fitosanitarios o la última propuesta de Bruselas sobre la gestión sostenible del suelo deben de estar condicionadas, de un lado, a los correspondientes informes de impacto y a las alternativas que nos queden a los agricultores europeos para ser competitivos, y por lo mismo, a que esas mismas condiciones se apliquen con idéntico rigor y sin excepciones a todos los cítricos que se comercialicen en la UE, tanto a los europeos como a los de origen foráneo”, sostiene Sanfeliu.