La reciente interceptación de la falsa polilla (Thaumatotibia leucotreta) en granadas procedentes de Marruecos se produjo en el Puerto de Almería, según ha desvelado la Interprofesional Española de la Naranja y la Mandarina, Intercitrus, que exige un replanteamiento de la relación comercial con este país, primer proveedor no comunitario de frutas y hortalizas de España y el quinto mayor de la UE.

Gracias al control fitosanitario en el Puerto de Almería, pudo ser identificado el patógeno en una fruta que procedía de un país que, como Marruecos, no tiene declarada tal plaga. “De haber ingresado y descargado la partida afectada en algún almacén de Almería se hubiera puesto en riesgo no sólo las producciones de mandarinas, naranjas o pomelos próximas, sino a todos los frutales que, además de la propia granada, también son hospedantes de esta enfermedad, como es el caso del aguacate, la vid, el melocotón, la nectarina o el mango; algunas hortalizas, como pimiento o berenjena; otros cultivos continentales como el algodón o el maíz e incluso de flor ornamental, como las rosas”, advierte Intercitrus, que exige a las autoridades europeas que envíe inspectores para confirmar el alcance de la posible presencia de T. leucotreta en el país magrebí. “Esta interceptación debe poner en alerta a todo el sector hortofrutícola español y europeo y en caso de ratificarse la sospecha, la Comisión debería replantarse su política contra esta plaga de cuarentena cuyo combate está regulado como prioritario al ser una de las veinte de mayor impacto económico, ambiental y social”, reclama la presidenta de Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu.

Marruecos es hoy el primer proveedor no comunitario de frutas y hortalizas de España, con 339.476 toneladas importadas de enero a septiembre de este año y el quinto con mayor tonelaje exportado en este mismo periodo al conjunto de la UE (con 1,04 millones de t., por detrás de Costa Rica, Ecuador, Egipto y Sudáfrica). Y el crecimiento de Marruecos como proveedor hortofrutícola de España es exponencial: en los últimos diez años ha multiplicado por más de tres sus exportaciones (de 155.000 t en 2012 a 565.000 t en 2022). En cítricos –que se considera una de las principales vías de entrada de esta plaga, aunque no la única- su evolución ha sido más irregular pero durante los últimos años ha rivalizado con Sudáfrica por el liderazgo europeo como suministrador no comunitario de mandarinas, con Israel a corta distancia: de enero a noviembre de este año Marruecos exportó a la UE 79.869 t de pequeños cítricos.

Si T.leucotreta se declarase en Marruecos, “la UE se encontraría con que los tres primeros proveedores no europeos de clementinas y mandarinas padecen todos esta plaga, con lo que se tendría que ver obligada –como llevamos reclamando desde el principio- a imponer el tratamiento de frío también a las mandarinas procedentes de estos tres países (Marruecos, Sudáfrica e Israel), no solo a la naranja originaria de zonas afectadas por esta plaga, como actualmente”, insiste Sanfeliu. A este respecto, la presidenta de la interprofesional reitera que, hasta el momento y por segunda campaña consecutiva, “los envíos de naranjas de Sudáfrica a la UE siguen sin cumplir de manera mayoritaria con el cold treatment que la CE aprobó en mayo de 2022”.

Intercitrus exige a la UE que envíe inspectores para confirmar el alcance de la posible presencia de T. leucotreta en Marruecos

En caso de introducirse en España esta plaga polífaga, capaz de atacar a hasta setenta especies vegetales pertenecientes a cincuenta familias distintas, sería muy difícil, casi imposible, erradicarla. Así lo advierte el Plan de Contingencia redactado por el propio ministerio en 2020: “Los insecticidas no-sistémicos (los que no penetran en la planta) no son accesibles a las larvas porque estas permanecen la mayor parte de su vida en el interior de los frutos y además la plaga ha desarrollado resistencia a insecticidas sistémicos (los que sí lo hacen) y no-sistémicos usados comúnmente”. La menor disponibilidad de sustancias activas permitidas por la UE y las consecuencias de una regulación fitosanitaria europea “que, en breve, podría hacerse si cabe más restrictiva, complicarían hasta el extremo la lucha contra este insecto”, advierte Intercitrus, que agradece a los técnicos del ministerio en el Puerto de Almería “la diligencia mostrada en la confirmación de esta plaga, más aún sabiendo que procedía de un país donde no está declarada”.

Precisamente, el Plan de Contingencia reconoce la extrema dificultad de su identificación en frontera: “Como la larva de T. leucotreta se alimenta internamente, la mayoría de los hospedantes presenta síntomas externos difíciles de detectar e identificar. Además, al realizar inspecciones de fruta recolectada en el momento de importación, las infestaciones recientes no se detectarán, ya que una vez que la larva ha entrado en la fruta, los síntomas tardan unos días en hacerse visibles y las condiciones de transporte tampoco son favorables para el desarrollo de la plaga”.