Un estudio promovido por FRAC-España (grupo de trabajo para la prevención de resistencia a fungicidas) ha confirmado el desarrollo de resistencias de Monilinia fructicola, una de las especies causantes de la podredumbre parda en fruta de hueso, en huertos de melocotón y nectarina del Valle del Ebro. Los resultados de este trabajo, elaborado por investigadores del INIA y el IRTA, se han publicado recientemente en la revista Phytoma.

El control de la podredumbre parda en España depende fundamentalmente de la aplicación de fungicidas, para lo que se requiere un diseño racional de uso y un buen conocimiento de la resistencia a los fungicidas en las poblaciones del patógeno en campo. En 2021 se realizó, en el Valle del Ebro, un seguimiento de la población de M. fructicola. Los aislados se obtuvieron a partir de fruta de hueso (melocotón, nectarina y paraguayo) con síntomas visibles de podredumbre. Toda la fruta se recogió tanto en el campo antes de la cosecha, como en centrales, ubicadas en tres importantes áreas de producción de fruta de hueso: Bajo Cinca (Huesca), Bajo Segriá y Alto Segriá (Lleida).

De esta forma, se obtuvieron 77 aislados monospóricos, de los que se estudió su sensibilidad a cinco fungicidas: ciprodinil, fenpirazamina, fludioxonil, fluopiram y piraclostrobin. Para cada fungicida y aislado se comprobó el efecto de la dosis efectiva 50 (DE50) (concentración a la cual se inhibe el 50% del crecimiento en medio de cultivo). El estudio reveló que el 75% de la población de M. fructicola en el Valle del Ebro mostró ser sensible o muy sensible a todos los fungicidas, mientras que el 25% mostró tolerancia o resistencia a fluopiram, piraclostrobin, y solo un aislado a ciprodinil. “Las estrategias efectivas de manejo de la podredumbre parda, tanto antes como después de la cosecha, dependerán del uso de mezclas y alternancia de fungicidas con diferentes modos de acción, siempre que sean necesarias aplicaciones repetidas de fungicidas durante la temporada de crecimiento. Estas estrategias están diseñadas para prevenir o ralentizar el desarrollo de resistencia y mantener la eficacia de los fungicidas en el control de la enfermedad”, advierten los autores de este estudio en el artículo publicado en Phytoma.

Este trabajo podría ayudar a racionalizar el uso de fungicidas en el Valle del Ebro mediante el diseño de nuevas estrategias de control de la podredumbre parda para prevenir la aparición de resistencias. Para completar la caracterización de la población del patógeno en cuanto a su sensibilidad a fungicidas, se está llevando a cabo estudio sobre Monilinia laxa, la segunda especie en importancia causante de la podredumbre parda en fruta de hueso en esta zona.