Sección: Fitopatología
Abstract: La demanda social respecto de la calidad y seguridad alimentaria, y preservación del medio ambiente, están promoviendo cambios importantes en las formas de producción agrícola. Las pautas actuales en la evolución de la agricultura moderna indican que, a diferencia de ocasiones anteriores, el siguiente paso es hacia una agricultura que se ha de basar más en el manejo inteligente de los procesos biológicos y en la utilización de los recursos renovables, que se ha denominado Agricultura Sostenible.
Formalmente, la Agricultura Sostenible puede ser definida como: Un sistema integrado de prácticas de producción, cuya aplicación es ambiente-dependiente, que a largo plazo pueda satisfacer las necesidades de alimentos y fibras de la población mediante la utilización eficiente de insumos y tecnologías agrarias, sin comprometer la conservación de los recursos naturales, la calidad del medio ambiente y la competitividad de los productos en precios y calidades que requieren el comercio internacional.
Aunque hace más de 20 años que se viene insistiendo sobre la necesidad de poner en práctica esta nueva forma de agricultura, la realidad es que dicha práctica todavía no ha tenido lugar con la extensión y frecuencia que son deseables. Al menos, eso parece traducirse de la reciente Revisión Intermedia de la PAC, en la cual se propone la realización de ajustes para "promover una agricultura sostenible y orientada hacia el mercado", cuyo propósito es asegurar que la producción agrícola en la UE se realice con métodos respetuosos con el medio ambiente, que proporcionen los productos de calidad y salubridad que desea la sociedad.
Esta aparente inconsistencia entre la reconocida necesidad de una Agricultura Sostenible y la todavía insuficiente puesta en práctica de élla, puede ser debida, al menos en parte, a que dicha práctica plantea dificultades todavía no resueltas satisfactoriamente. De hecho, uno de los efectos más deseados de la práctica de la Agricultura Sostenible es el desarrollo de sistemas biológicos eficientes, que mantengan la capacidad de alto rendimiento con el menor uso posible de recursos no renovables y menor dependencia de insumos externos. Sin embargo, la transición entre las dos formas de agricultura referidas, i.e., la productivista y la sostenible, no es lo simple que pueda parecer, sino que requerirá nuevos y mejores conocimientos de los procesos biológicos, que reemplacen el empirismo y la rutina, y faciliten la utilización más eficiente de los insumos y tecnologías agrícolas (Mundt, 2002). Comprar Revista Phytoma 148 - ABRIL 2003