La citricultura mediterránea sufre problemas fitosanitarios de gran importancia. El más grave, desde hace varias campañas, es el cotonet de Sudáfrica, Delottococcus aberiae, una de las plagas más complejas de controlar. Además, las lluvias de los últimos meses han favorecido el desarrollo de algunas enfermedades fúngicas, como la mancha marrón o Botrytis cinerea. Los problemas actuales, sin embargo, no deben desviar la atención de la mayor amenaza: el HLB, una enfermedad incurable y devastadora de los cítricos. Sobre todo, tras la llegada a Israel del psílido asiático de los cítricos, Diaphorina citri, su vector más agresivo.