Se ha realizado una experiencia de control de la mosca de la fruta Ceratitis capitata mediante trampeo masivo en una parcela comercial de cítricos (variedad ?Marisol?) comparando con el sistema convencional de control con plaguicidas. Para ello, se ha elegido una parcela situada en Carlet (Valencia) que se dividió en dos subparcelas de 1 hectárea cada una. En la subparcela destinada al trampeo masivo se utilizaron trampas Tephri y atrayentes Tripack (putrescina, acetato amónico y trimetilamina) disponiéndose 45 mosqueros por ha. En la subparcela de tratamiento convencional se efectuaron cinco aplicaciones terrestres en pulverización total con malation.
Se observa que en la subparcela de trampeo masivo tiene lugar una reducción del nivel poblacional de hembras capturadas hasta menos de la tercera parte del nivel inicial. Por otra parte, la distribución de las capturas en el espacio es muy variable y parece encontrarse una mayor abundancia en los árboles del exterior de la parcela.
Respecto a daños en la fruta, al separar en almacén entre frutos con síntomas y frutos con presencia de larvas vivas, hemos comprobado que estas últimas representan apenas el 2,2% de las primeras. En la subparcela de trampeo masivo se ha obtenido un nivel de daño de C. capitata (8,2% de frutas con síntomas) similar al que se observa en la subparcela de tratamiento convencional (10,3% de frutas con síntomas). Estos resultados confirman que el método de trampeo masivo puede ser una alternativa válida para el control de la mosca de la fruta, aunque se requieren más estudios para mejorar su eficacia.

C. capitata ha producido importantes daños por picadas sobre mandarinas extratempranas en la Comunidad Valenciana durante las últimas campañas. Para su control se utilizan insecticidas organofosforados penetrantes con acción sobre larvas dentro del fruto picado como malation, diazinon, triclorfon, fention, etc., ensayados hace ya casi medio siglo (PLANES Y DEL RIVERO, 1955; 1963; 1964; 1968; PLANES, 1956). En las variedades extratempranas de cítricos, el fention sólo puede utilizarse en los primeros tratamientos de agosto-septiembre por su dilatado plazo de seguridad (30 días) y las aplicaciones posteriores se efectúan con malation, cuyo plazo de seguridad es más corto (7 días). Además, el fention no puede ser utilizado en frutos cuyo destino sea EE UU, Canadá o Suiza, donde no está autorizado (ALFARO et al., 1998). Según la Consellería de Agricultura de la Generalitat Valenciana (2003), los tratamientos aéreos sirven para rebajar el nivel de plaga, pero para conseguir una protección eficaz es imprescindible que el citricultor realice aplicaciones terrestres en el periodo de tiempo adecuado y por el procedimiento correcto.

El coste económico de las pulverizaciones terrestres específicas contra la mosca del mediterráneo en algunas variedades de cítricos extratempranos puede llegar a los 350?/ha. Los frutos con daños incipientes que no se separan en la recolección pasan al almacén confeccionador reflejándose, claramente los síntomas a la salida de la cámara de desverdización. Confeccionar cítricos con destrío importante por mosca de la fruta encarece el producto final en aproximadamente 0,05?/kg y detectar algún fruto picado en algunos tipos de envasado automático es motivo de reclamación del envío completo (A.A.M., Observaciones propias). Debido a la gravedad económica de esta plaga, el presupuesto total destinado por la Administración Autonómica Valenciana para su seguimiento y control en la presente campaña 2003/4 asciende a 8,4 millones de ?(LLADRÓ, 2003). La pretensión del mercado de que se produzca fruta de forma ecológica y con menores residuos de plaguicidas obliga a buscar métodos alternativos de lucha a los tratamientos fitosanitarios tradicionales. La diferenciación de frutos obtenidos con técnicas limpias, sin utilización de plaguicidas se está empleando como reclamo comercial de calidad.

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Foto 1. Hembra de C. capitata realizando la puesta.

Foto 2. Detalle de la picada de C. capitata en fruto cítrico iniciando el cambio de color.

Foto 3. Síntoma del daño de C. capitata en fruto cítrico.

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Figura 1. Evolución en el tiempo del nivel medio de capturas de C. capitata por trampa y día en los 45 mosqueros Tephri y Tripack de la parcela de trampeo masivo en cítricos (variedad ?Marisol?). Representación de machos y hembras (arriba) y proporción de hembras con huevos (abajo) desde septiembre a noviembre durante el año 2001. Las flechas indican el momento de recolección.

Existen insecticidas biotécnicos naturales bastante selectivos como el Spinosad a base de Saccharopolyspora spinosa (bacteria que sintetiza una enzima tóxica para la plaga), aunque según Williams et al. (2003) puede tener efectos secundarios sobre algunos enemigos naturales (especialmente himenópteros parásitos). Al mismo tiempo, se ensaya la quimioesterilización con lufenuron y la suelta de machos estériles (NAVARRO et al., 2003) y recientemente, se vuelve a investigar el uso del control biológico (FALCÓ et al., 2003). Uno de los métodos que se ha ensayado para el control de mosca de la fruta es el trampeo masivo de sus poblaciones mediante trampas y atrayentes sintéticos de diversos tipos. En España se han realizado varios ensayos de trampeo masivo en cítricos y frutales, y en algunos casos se han obtenido resultados prometedores (GÓMEZ CLEMENTE Y PLANES, 1952; FÀBREGUES et al., 1998; ROS et al., 1999; SASTRE et al., 1999; MIRANDA et al., 2001; ALONSO et al., 2002; WONG et al., 2003 y GARCÍA et al., 2003). La evaluación de los daños que causa la mosca de la fruta en cítricos se manifiesta en estos ensayos experimentales en campo como uno de los aspectos más problemáticos y difíciles de precisar. Es necesario seguir adquiriendo experiencia sobre este método de trampeo masivo a fin de conocer mejor sus posibilidades y limitaciones, ya que es cada vez más urgente poner a punto técnicas de control de la mosca de la fruta que cumplan la legislación fitosanitaria y sean viables. Por ello, para ampliar la información sobre el uso del trampeo masivo como estrategia de control alternativa más acorde a la Protección Integrada, hemos realizado una experiencia de captura masiva con mosqueros de C. capitata en una parcela comercial de cítricos extratempranos, comparando con el sistema convencional de control con plaguicidas. Se ha intentado una evaluación precisa y pormenorizada del daño que puede causar la mosca de la fruta.

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Foto 4. Disposición de los mosqueros en la parcela de trampeo masivo en cítricos.

Material y métodos

Se eligió una parcela situada en Carlet (Valencia) de 2 ha, variedad ?Marisol?. La parcela se dividió en dos subparcelas de 1 ha, una destinada al trampeo masivo y la otra al tratamiento convencional con plaguicidas, dejando entre ambas una franja limítrofe de tres filas de árboles como margen de seguridad. La plantación constaba de unos 1.600 árboles, con un marco de 5 m x 2 m. En sus lindes estaba rodeada de nueve campos, un nectarino ?Caldesi?, un clementino ?Clemenules? , dos satsumas ?Owari?, dos satsumas ?Okitsu?, un caqui ?Rojo Brillante?, un ciruelo ?Nubiana? y un melocotón ?Crest?. En el momento del inicio del ensayo las parcelas de frutales habían tenido fruta madura, en general muy atacada por mosca de la fruta, ya que el año 2001 fue un año con poblaciones muy elevadas y muchos daños.

Para el trampeo masivo se utilizaron trampas Tephri y atrayente Tripack (putrescina, acetato amónico y trimetilamina) por ser los más eficaces para la captura de hembras, que son las que causan el daño (EPSKY et al., 1999). El día 30 de agosto se colgaron los mosqueros en la orientación sur del árbol a 1,5 m altura (Foto 4). La disposición de mosqueros fue en zigzag, colocados desde una esquina del campo, cada 3 árboles entre filas y cada 6 árboles dentro de cada fila.

Se dispusieron 45 mosqueros por ha. La terminación del estudio con recogida de mosqueros fue el día 8 de noviembre. Los muestreos de las capturas de los 45 mosqueros fueron semanales, separando machos de hembras y diferenciando hembras con o sin huevos. En la subparcela de tratamiento convencional se efectuaron cinco aplicaciones terrestres en pulverización total con el plaguicida malation (2,5 ?) cada 7-10 días, comenzando desde el 10 de septiembre y acabando el 16 de octubre. La cosecha en campo se realizó en dos pases de recolección, los días 15 de octubre y 30 de octubre.

Para evaluar los daños producidos por la mosca de la fruta, de cada subparcela se marcaban 9 árboles representativos y de estos árboles se recogieron sus frutos al azar hasta completar un pallet de 24 cajones (aproximadamente 500 kg por subparcela y pase). Los pallets se llevaron al almacén, se desverdizaron durante tres días y se volcaron en la línea de confección para separar de forma visual los frutos que tenían síntoma de picada de C. capitata, según el criterio del personal que realiza habitualmente este trabajo de selección. Después observábamos nosotros con ayuda de una lupa de 6x todos los frutos separados, abriéndolos con un cuchillo por la zona del síntoma a fin de contar los frutos con presencia de larvas vivas de C. capitata.

En campo, inmediatamente después de cada recolección o al día siguiente, se contaba el número de frutos caídos al suelo no recolectados, anotando los que mostraban síntomas externos de estar picados por la mosca de la fruta y observando éstos interiormente para determinar la presencia de larvas vivas.

Resultados y discusión

Nivel poblacional de adultos de C. capitata

El nivel de capturas que se observa en los 45 mosqueros que se dispusieron en la subparcela de trampeo masivo demuestra que durante las dos primeras semanas las trampas capturan un alto índice de población, y en particular de hembras, que son las más atraídas por el tipo de atrayente empleado (Figura 1). Desde el 6 de septiembre hasta el 20 de septiembre la población baja aproximadamente a la tercera parte del nivel inicial y a partir de ese momento la población de hembras no consigue eliminarse del todo, sino que oscila manteniéndose a niveles de 1-2 hembras por trampa y día. El nivel poblacional de machos no muestra una reducción poblacional paralela, sino que se mantiene a lo largo de todo el periodo de muestreo entre 1-2 machos por trampa y día. Estas fluctuaciones hay que analizarlas con precaución dado que no se evaluó la población en la subparcela de control químico convencional o en una subparcela testigo. Se ha examinado también la proporción de hembras con huevos con relación a la población total de hembras (Figura 1). Esta proporción de hembras grávidas fluctúa en la parcela sin una tendencia demasiado definida, desde un mínimo del 20% a un máximo del 60% y no parece verse afectada por la captura masiva que se produce en las dos primeras semanas, lo que sugiere que la atracción del mosquero utilizado se ejerce por igual sobre hembras grávidas y hembras no grávidas.

Al representar la distribución de las capturas totales de adultos de C. capitata en los 45 mosqueros sobre la superficie de la parcela (Figura 2) podemos comprobar en primer lugar la gran irregularidad espacial de dichas capturas, pues éstas se concentran en focos en la parte exterior de la parcela. Más concretamente, en la parte izquierda superior existía una parcela de caqui con frutos picados por la mosca de la fruta, y en la parte izquierda inferior existía otra parcela de clementina de Nules que no poseía fruta madura, pero estaba iniciando el cambio de color de sus frutos a principios de septiembre. Por otro lado, las capturas en los mosqueros situados en el centro de la parcela son significativamente menores que en los mosqueros situados en la periferia.

El número medio de machos por trampa y día en los mosqueros fue de 1,00 en los árboles del interior y 1,28 para los árboles del exterior, y el número medio de hembras por trampa y día fue de 1,45 en los árboles del centro de la parcela y 2,55 en los situados en el exterior de la parcela (con diferencias significativas entre interior y exterior en ambos casos según test ?t?, a nivel de probabilidad 95%). Si la distribución en el espacio es muy irregular para cada fecha de muestreo, se mantienen en cambio de forma aproximada las zonas de mayores capturas en la parcela si comparamos los muestreos semanales realizados. Por otra parte, el 18 de octubre se produce un ligero incremento de las capturas, debido posiblemente a que el primer pase de recolección se realizó tres días antes (15 de octubre). La atracción que ejerce la propia fruta madura es muy importante y la atracción del mosquero es mayor cuando se recolecta la fruta, porque no compite con ella (Figura 2).

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Figura 2. Distribución espacial de las capturas (*) de C. capitata con Tephri y Tripack en el periodo de septiembre a noviembre. Los ejes de abscisas y ordenadas están expresados en metros. Ensayo de trampeo masivo en cítricos (variedad ?Marisol?) durante el año 2001.

Daños en cosecha

Dentro de la evaluación de daños provocados por la mosca de la fruta en la cosecha de las dos subparcelas (trampeo masivo y tratamiento convencional), se diferenció en cada pase de recolección (15 y 30 de octubre) los frutos recolectados (llevados al almacén) y los no recolectados (caídos en campo) analizando en cada caso las picadas de C. capitata.

Valoración de fruta picada en almacén

En el primer pase de recolección realizado el 15 de octubre se recogió aproximadamente el 72% de la fruta, mientras que en el segundo pase realizado el 30 de octubre se acabó de recoger el restante 28% de la fruta total. En total en las dos subparcelas de tratamiento convencional y trampeo masivo se observaron más de 23.000 frutos en almacén, de los cuales aproximadamente el 12,6% presentaba síntomas de ataque por la mosca de la fruta. De estos frutos con síntoma, solamente el 2,2% mostraron en su interior larvas vivas al ser abiertos todos ellos para comprobar dicha presencia. Esto no implica que hubiera un error al identificar en almacén los frutos como atacados por C. capitata, sino más bien quiere decir que en muchos casos el insecto no acabó de desarrollarse en el fruto, bien porque ya había completado su evolución y pudo salir al exterior en forma de larva desarrollada para pupar, bien por haber muerto durante su desarrollo. También podría darse el caso de que las larvas no se pudieran encontrar debido a la misma podredumbre y descomposición del fruto que enmascaraba su presencia. Estos tres factores suponemos que explican el bajísimo porcentaje de frutos con larvas vivas hallados de entre los frutos que mostraban síntomas de daños por mosca de la fruta. Por lo tanto, creemos que la presencia de larvas vivas en el interior del fruto va a ser un suceso minoritario cuando se analiza la presencia de C. capitata en cargamentos de fruta de exportación y va a ser mucho más fácil identificar dicha presencia por los síntomas externos del fruto. Posiblemente, la mayoría de los daños que se atribuye a la mosca de la fruta en los almacenes es causado directa o indirectamente por este insecto, aunque no se encuentre en la fruta con síntomas el agente causal de dichos síntomas. El porcentaje de fruta picada con síntomas de mosca de la fruta ha sido muy diferente en las dos recolecciones.

En el primer pase fue de alrededor del 6% y en el segundo pase tres veces más elevado, del orden del 18%. Dada la notable diferencia según el momento de la recolección, los resultados se han tratado de forma separada a la hora de comparar entre las picadas del tratamiento convencional y el trampeo masivo. En relación con la comparación del daño por mosca de la fruta entre el tratamiento convencional y el trampeo masivo, hemos observado muy pocas diferencias en las dos subparcelas (Tabla 1). En el primer pase el tratamiento convencional muestra un 6,5% de fruta con síntoma y el trampeo masivo un 5,3%, mientras que en el segundo pase, estos porcentajes son del 20,2% y 15,7% respectivamente. El porcentaje de frutos con síntomas en los cuales se puede distinguir la presencia de larvas vivas sigue una pauta paralela, con pocas diferencias entre los dos tratamientos (2,4% en el tratamiento convencional y 2,0% en el trampeo masivo). Aunque el porcentaje de fruta con síntoma pueda parecer elevado, especialmente en el segundo pase, hay que tener en cuenta que la importancia de este segundo pase es menor en la ponderación de la cosecha global de la parcela, por lo cual el porcentaje medio de fruta picada de la parcela (en las dos subparcelas y en los dos pases de recolección) es de un 10,3% en el tratamiento convencional y de un 8,2% en el trampeo masivo. Estas diferencias son relativamente pequeñas y en cualquier caso ponen de manifiesto que en este ensayo, el trampeo masivo funciona al menos al mismo nivel de control de la plaga que el tratamiento convencional con plaguicidas.

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Tabla 1. Valoración de daños por C. capitata en cítricos (variedad ?Marisol?) en 2001. Comparación de tratamiento convencional y trampeo masivo.

Valoración de fruta picada en campo

Todos los frutos caídos no recolectados se observaron inmediatamente después de la recolección, abriéndose para determinar la presencia de larvas vivas en su interior. En total se recogieron 357 frutos caídos en los 9 árboles del tratamiento convencional y 392 frutos en la subparcela del trampeo masivo (Tabla 1). Los frutos caídos podrían encontrase en el suelo debido al ataque de C. capitata o debido a otras causas. En principio encontramos 17 de estos frutos con larvas en la subparcela de tratamiento convencional (lo que representa un 4,8%) y 38 en la subparcela de trampeo masivo (lo que representa un 9,7%). Este porcentaje relativamente elevado de frutos con larvas en relación con lo que se encuentra en almacén podría explicarse por el hecho de que la observación se hizo inmediatamente después de la recolección, cuando todavía la mayoría de larvas estaban desarrollándose en el interior del fruto, mientras que en el almacén la observación se realizó varios días después por tener que acabar el proceso del desverdizado, lo que implica posiblemente que muchas larvas hubieran completado su desarrollo y salido al exterior, no encontrándose dentro del fruto. Los resultados de la observación de frutos caídos son poco importantes en comparación con los frutos del almacén, pero reafirman lo observado en la fruta de almacén en el sentido de que el trampeo masivo disminuye el ataque de C. capitata hasta niveles similares a los observados con el tratamiento convencional con plaguicidas.

Conclusiones

El trampeo masivo de C. capitata realizado en una parcela de cítricos produce en las dos primeras semanas una reducción del nivel de población de hembras hasta menos de la tercera parte del nivel original, mientras que parece mantenerse el nivel de machos. La distribución en el espacio de las capturas es muy variable y parece existir mayor nivel poblacional en los árboles del exterior de la parcela. Respecto a daños en la fruta, al separar en almacén entre frutos con síntomas y frutos con presencia de larvas vivas, hemos comprobado que estas últimas representan apenas el 2,2% de las primeras. En la subparcela de trampeo masivo se ha obtenido un nivel de daño de C. capitata (8,2% de frutas con síntomas) similar al que se observa en la subparcela de tratamiento convencional (10,3% de frutas con síntomas). Esto confirma que el método de trampeo masivo puede ser una alternativa válida en el control de la plaga, aunque se requieren más estudios a fin de mejorar las eficacias obtenidas. Al igual que ocurre con otras técnicas de lucha integrada, el control con trampeo masivo no conseguirá una protección adecuada si el nivel poblacional de la plaga a combatir no es moderado. El trampeo masivo es compatible con otras técnicas de lucha como la suelta de machos estériles, la quimioesterilización, el control biológico, las aplicaciones selectivas o localizadas de plaguicidas autorizados y los métodos culturales, pudiendo sumarse las eficacias parciales hasta reducir los daños a niveles tolerables.

Agradecimientos: Agradecemos a Vicente Monzó, Presidente de la Cooperativa Agrícola de Carlet, la confianza en cedernos la parcela bajo riesgo de que se produjeran daños al utilizar una nueva técnica de control sin plaguicidas y también a los ingenieros técnicos del Departamento de producción, en especial a Verónica García, que colaboró en los conteos de campo y almacén.

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