INTRODUCCIÓN

La evaluación del riesgo, y los umbrales de tolerancia, de las poblaciones de artrópodos nocivos para un cultivo, son dos de los tres pilares básicos en que radica el concepto de Protección Integrada, aunque su definición y uso correctos exigen un conocimiento previo y profundo del cultivo y de sus plagas e insectos auxiliares (R. COSCOLLA, 2004). Para evaluar el riesgo que representa un determinado artrópodo, es preciso recurrir al uso de metodologías de muestreo, que debieran ser científicamente rigurosas y basadas en el uso de técnicas estadísticas sólidas. Sin embargo, se tiende ?cada vez más? hacia métodos de muestreo prácticos, simples, y basados en conocimientos empíricos, de carácter aproximado. Simplicidad, rapidez y representatividad deben ser condiciones irrenunciables en cualquier método de muestreo, y debe suministrar información cualitativa y cuantitativa de las poblaciones evaluadas, y estar complementado con un plan de vigilancia general del cultivo.

En general, los umbrales de tolerancia económica (o umbrales económicos de tratamiento), tienen un carácter empírico, basados en la experiencia y conocimientos de los técnicos que los establecen, y suelen ser umbrales de riesgo inmediato, que fijan un nivel de población/grado ataque máximo tolerable que, al ser sobrepasado, exige una intervención de control inmediata. Es preciso resaltar que, un umbral de tolerancia, tiene dos componentes o aspectos importantes, el ecológico y el económico, y por ello, debe ser variable.

Entre los factores que ayudan a definir un umbral, se encuentran, el cultivo, la variedad, orientación productiva, zona geográfica, fenología del cultivo y de la plaga, presencia y abundancia de enemigos naturales y factores climáticos. Tal multiplicidad de factores a tener en cuenta, explican la complejidad de establecer científicamente un umbral de tolerancia, y la tendencia a fijar éstos, con carácter empírico, y atendiendo a su simplicidad, rapidez y precisión en la medida de lo posible.

Muestreo de poblaciones de artrópodos y umbrales de tratamiento en olivar

Pese a que puedan parecer técnicas de reciente implantación, el muestreo de poblaciones de artrópodos, y el establecimiento de umbrales de tratamiento, ya se utilizaban en el olivar desde hace más de 50 años, al menos para las plagas de mayor importancia económica. Baste con recordar como, en el caso del "arañuelo" (L.oleae Costa), la decisión de realizar un tratamiento contra la plaga, y la valoración de la eficacia del mismo, se basaban en la información sobre la densidad de la población adulta del insecto, obtenida mediante golpes enérgicos (3-4 veces) de ramas secundarias de olivos, elegidos al azar en transectos realizados en las parcelas en observación.

Cuando la media de las capturas de insectos, obtenidas con el sistema descrito, superaban los 5 insectos/m2, la zona en observación era objeto de tratamiento, que se realizaba en pleno invierno, cuando las temperaturas medias de las máximas diarias superaban los 15ºC, prolongándose hasta observar el inicio de oviposición del insecto. No obstante, el mayor esfuerzo colectivo para establecer metodologías de muestreo científicas, y con una sólida base estadística, se realiza por el Grupo de Trabajo del Olivo, en los primeros años de la década de los ochenta del pasado siglo XX, al menos en lo que concierne a las plagas de especial importancia económica como Bactrocera oleae, Saissetia oleae y Prays oleae. Los vigentes Reglamentos de Producción Integrada en Olivar, recogen las técnicas de muestreo, así como los umbrales económicos o criterios de intervención para las principales plagas y enfermedades del cultivo, desarrollados en los últimos años.

Para poder aplicarlos es preciso considerar previamente, la Zona Homogénea de Cultivo, que en el olivar en Producción Integrada no debe ser superior a las 200 hectáreas, y su delimitación geográfica está basada en la homogeneidad del olivar que contiene (variedad, orientación productiva, sistema de cultivo, etc.) y en la homogeneidad de los factores físicos y climáticos que definen el medio natural en que se desarrolla el cultivo. En cada Zona Homogénea, se define ?a su vez- una subzona representativa de la misma, con una superficie de unas 5 hectáreas en la que se instala una Estación de Control, dotada de los mecanismos necesarios para las mediciones de tipo climático y biológico (fundamentalmente trampas), y en la que se realizan periódicamente la toma de muestras de órganos vegetales del cultivo, con las que analizar las poblaciones de los insectos plaga (densidad, fenología, parasitismo) y de las enfermedades del mismo. Las observaciones realizadas, y la información obtenida en la Estación de Control, se extrapolan a toda la Zona Homogénea.

En general, el método de muestreo utilizado en olivar es bietápico, en el que se define una Unidad Primaria de muestreo (UP), normalmente el árbol o el grupo de 4 árboles, y las Unidades Secundarias de muestreo (US), que normalmente son brotes de 2-3 años de edad, que contienen todos los elementos a analizar, como hojas, yemas, inflorescencias o frutos, que en algunos casos, hay que considerar como Unidades Terciarias de muestreo (UT). Para cada plaga o enfermedad, se definen las US ?en su caso las UT- a tomar como elementos del muestreo y se establece el número mínimo de éstos por UP. El número de UP/Estación de Control siempre es de 20 árboles, o de 5 grupos de 4 árboles. Por lo que respecta a las poblaciones de artrópodos nocivos al olivo, la metodología de muestreo utilizada, y la estimación del riesgo y los criterios de intervención aplicados actualmente en Protección Integrada del cultivo, son los siguientes:

Otros criterios: Basados en el estudio de la dinámica productiva del olivo y su relación con los daños observados del insecto. Idéntico sistema de muestreo. Montiel, A. y Madueño, C. 2003 (*). (*) Estos criterios de intervención se han establecido para la variedad Picual, en las condiciones de Jaén. Para otras variedades y zonas, es preciso realizar previamente estudios de la dinámica productiva del olivo y de los daños del insecto.

Otros criterios: Metodología puesta a punto por Montiel A. y Madueño, C. (1995). Para olivar de almazara. El umbral de tratamiento, expresado como número de frutos atacados/árbol es función directa del coste de tratamiento (aplicación y productos, eficacia y características ambientales de la zona), e inversa de los daños ocasionados. Se establecen para generaciones precoces (verano), en las que un fruto atacado es un fruto perdido, y para las generaciones otoñales, en donde las pérdidas no son totales, pero influyen en la calidad. Las relaciones entre poblaciones larvarias y adultas, se establecen mediante un modelo de tipo logístico, ampliamente probado. Dado el carácter económico del umbral, éste es variable según evolucionan los costes de tratamiento y el valor esperado de la producción final. Como ejemplo, se indican los umbrales obtenidos para los años 2000, 2001 y 2002 en el caso de tratamientos terrestres en pulverización total.

Otros criterios: Metodología Puesta a punto por Moreno, R., Garijo, C. y otros (1982):

UP = Grupo de 4 árboles 5 UP/EC

US = brote 50 US/UP

UT = 2 entrenudos consecutivos en brotación año anterior. 1UT/US

Umbral de tratamiento: > 1 adulto vivo no parasitado en la muestra. Epoca de tratamiento:

A partir del momento en que se observa el 100% de huevos eclosionados, hasta detectar estados ninfales, e incluso adultos inmaduros. Conviene esperar hasta final del verano, dado que las altas temperaturas asociadas a bajas humedades relativas, puedan ocasionar mortalidades larvarias próximas al 100%.

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