El cultivo de la patata temprana, con ciclo entre diciembre y junio, es importante en Andalucía occidental. Como parte de los trabajos para el desarrollo del Reglamento para la Producción Integrada se han estudiado las fuentes de inóculo, la respuesta varietal y diferentes Sistemas para Soporte de Decisiones (SSD). Los que se han adaptado mejor a nuestras condiciones han sido el Beaumont y el NegFry. Para poderlos usar con confianza sería necesario concienciar a los agricultores sobre la importancia de las prácticas sanitarias previas a la siembra y capacitar a los técnicos para que pudieran hacer detecciones correctas y tempranas de la enfermedad.

INTRODUCCIÓN

El "mildiu de la patata", causado por Phytophthora infestans, provocó las terribles hambres que asolaron Europa a mediados del s. XIX. A pesar del tiempo transcurrido y de ser uno de los hongos y enfermedades más exhaustivamente estudiados desde hace 150 años, los datos del Centro Internacional de la Patata (1) nos muestran que actualmente el mildiu reduce la cosecha en un 15%, aparte de los gastos que se originan en su control.

En Andalucía se ha realizado un Convenio entre la Consejería de Agricultura y Pesca y Asociafruit para el desarrollo del Reglamento de Producción Integrada de la Patata. Uno de sus objetivos fue fijar las bases para el control integrado de esta enfermedad, estudiando la aplicación de medidas sanitarias previas a la siembra, el uso de material libre de inóculo, empleo de variedades resistentes, realización de prácticas culturales no conducentes y aplicación juiciosa de funguicidas. A esto último ayuda el empleo de los Sistemas para Soporte de las Decisiones (SSD) que pueden ser muy simples y basarse sólo en datos meteorológicos o muy complejos e integrar varias de las prácticas citadas. En las estadísticas de la Consejería de Agricultura y Pesca de Andalucía (2), figuran los datos de producción de patata reflejados en al Tabla 1. Nuestros trabajos se centraron en la patata temprana.  

El patógeno y la enfermedad

Características del patógeno

Phytophthora infestans es un hongo oomiceto con un ciclo con multiplicación asexual mediante esporangios caducos (Figura 1), formados en esporangióforos (3). Posee además un ciclo sexual por medio de oosporas de reposo (Figura 2) pero su producción solo se da cuando están presentes los tipos compatibles A1 y A2. Hasta 1980 el tipo A1 era el único existente en todo el mundo excepto Méjico, donde se encontraban juntos el A1 y el A2. A partir de los 80, el tipo A2 empezó a verse en distintos países y en el 2004 también ha sido detectado en España como fruto de los trabajos del convenio citado y realizados en el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Sevilla (4).

Desarrollo de la enfermedad

En la Figura 3 se expone el ciclo del mildiu de la patata. El inóculo primario se produce en patatas con infecciones latentes o en oosporas presentes en el suelo. Con temperaturas de 16-21ºC y humedades relativas cercanas al 100%, se producen esporangios de forma rápida y continua que son arrastrados fácilmente por la lluvia y transportados por el viento a grandes distancias. La infección se realiza en 24 horas, a los tres días ya hay síntomas visibles y a los cinco el ciclo se completa con la aparición de nuevos esporangióforos. Cuando los esporangios presentes en la parte aérea de la planta son lavados por la lluvia y caen al suelo, se produce la infección de los tubérculos. Las condiciones de temperatura y pluviometría de las comarcas de Andalucía Occidental donde se cultiva la patata temprana son favorables al desarrollo de mildiu (Tabla 2).

Síntomas Foliares: La Figura 4 muestra el aspecto de los síntomas en hojas. Existen muchas escalas para medir la enfermedad en campo, la mayoría tienen unos primeros pasos descriptivos y los siguientes numéricos. Son de interés la usada en la "web-bligth" (5), desarrollada por el Danish Institute of Agricultural Sciences y el Danish Agricultural Advisory Service, la usada en USA por el grupo de Fry (6), y la clave de James (7, Tabla 3 y Figura 5) utilizada por nosotros.

En tubérculos: En las patatas se producen manchas marrones (Figura 6). Se evalúa el porcentaje de tubérculos afectados.

Control Integrado

En las recomendaciones de las Buenas Practicas Fitosanitarias (BPF) de la EPPO (8), se incluye un conjunto de actuaciones destinadas a controlar el mildiu minimizando el uso de los fungidas.

Destrucción de las fuentes de inóculo

Hay que retrasar el comienzo de la epidemia destruyendo el inóculo inicial con medidas sanitarias sobre las fuentes de inóculo porque las infecciones tempranas producen epidemias de difícil control y que se escapan a los SSD:

Restos apilados: Muy importantes en Europa, donde se realizan prácticas específicas, es una costumbre poco usual en Andalucía.

Rebrotes: o bortas en el propio campo o en el campo del vecino junto a tubérculos en el suelo que afloran con las labores. Su presencia constituye un problema grave en nuestras condiciones y requiere una campaña de extensión.

Semilla infectada: Nuestra patata temprana se cultiva con semilla certificada que en un 98% procede de Alemania, Holanda, Francia, Escocia y Reino Unido y en la cual, en nuestras prospecciones, hemos encontrado tubérculos infectados (9 y Tabla 4).

Oosporas: Dada la presencia de A1 y A2 en Andalucía (4 ), se pueden necesitar rotaciones más largas, prever infecciones más tempranas y tener que prepararse para combatir razas más agresivas y resistentes.

Cambios en la prácticas culturales

Sistema de riego: En los suelos arenosos de la Comarca de Marismas se usa el riego por aspersión de alta frecuencia más conducente al mildiu que el riego por goteo que se aplica en la Vega.

Abonado nitrogenado: El uso en Marismas de abono nitrogenado en fertirrigación, es una práctica inadecuada que se debe cambiar utilizando abonos de lenta liberación en fondo y coberteras aplicadas al suelo.

Uso de variedades resistentes Integrar resistencia poligénica general y fungicidas es fundamental, pero las variedades deben tener resistencia foliar y en los tubérculos (10). Los países bálticos presentan en la "web-blight" (5) evaluaciones de cultivares en tiempo real. Hasta la campaña 2004 no habíamos realizado en Andalucía valoraciones de este tipo (Tabla 5). Una red a nivel nacional, o divulgación de las existentes, sería de gran ayuda para conocer la estabilidad de la respuesta.

Tratamientos fungicidas El éxito en el control de esta enfermedad depende de la calidad del tratamiento.

Tipo de fungicidas: Se exponen en la Tabla 6. En los numerosos ensayo que hemos realizado para evaluar la eficacia de distintos fungicidas, las materias activas Cimoxanilo, Metalaxil, Propamocarb, Mancozeb, Ofurace y Clortalonil han mostrado una alta eficacia, incluso en condiciones de alta presión de la enfermedad, aplicados en todo caso a la dosis máxima recomendada y respetando los intervalos entre aplicaciones en función del tipo de fungicida.

Volumen de caldo: Es importante usar suficiente caldo para mojar haz y envés, algunos autores recomiendan cifras tan impensables como 1.000 l/Ha. Los volúmenes empleados por nuestros agricultores son demasiado bajos.

Dosis: La EPPO (8) se muestra partidaria de aumentar el número de tratamientos protectores bajando la dosis del producto. Nuestros ensayos y condiciones de clima mediterráneo nos indican lo contrario.

Momento de aplicación de los tratamientos

Primer tratamiento según calendarios fenológicos En su clásico texto Urquijo y col. (11) nos dan un calendario de tratamientos en tres momentos del cultivo. La EPPO (8) también describe un sistema muy usado en Europa de dar el primer tratamiento justo antes de que el cultivo se cierre entre los surcos y en caso de condiciones climáticas de riesgo, cuando se cierre dentro del surco; si hay cosechas cercanas infectadas, el tratamiento se haría cuando las plantas alcanzan 20 cm. Otro calendario común en algunos países europeos es: hasta floración un C cada 5-10 días. En crecimiento vegetativo máximo: dos tratamientos S cada 14 días. Después de la floración: C cada 10 días en condiciones desfavorables a la enfermedad y C/SL cada 5-10 días en condiciones favorables.

Primer tratamiento según SSD Como en otros mildius es muy importante la detección del primer síntoma en la región y en la parcela. Los servicios de sanidad vegetal europeos han organizado en sus países, diversos sistemas para esta detección (12, 13). Con un elevado número de observadores y ratificación de las muestras en laboratorio, consiguen la seguridad en el diagnóstico y la detección con menos del 0,1% de mildiu en el campo. En el caso de los países bálticos estos datos pasan inmediatamente al Pi-Monitoring-Net de la "web-bligth", reflejándose en mapas de presencia del mildiu y posteriormente de severidad de la enfermedad según su escala de 11 puntos. En Francia entran en el sistema MILSOL - MILPV. Se considera que son correctas las predicciones que se dan hasta 10-15 días antes de la observación del primer síntoma. En nuestra experiencia en Andalucía hemos tenido muchos diagnósticos erróneos por parte de los técnicos por lo que sería conveniente organizarles sesiones prácticas de entrenamiento. La detección correcta es la base para la puesta a punto de un SSD. En el Laboratorio de Sanidad Vegetal de Sevilla se han estudiado distintos sistemas de aviso de mildiu: Hyre, Wallin, Blitecast, Smith, Beaumont, Beaumont modificado y Negfry.

Los mejores resultados, con algunas modificaciones para adaptarlos a nuestras condiciones se tuvieron con Beaumont y NegFry (Figura 7). Entre 1999-2001 en la EU.NET.ICP (European Network for development of an integrated control strategy of potato late blight), hicieron ensayos para testar, en siete países, los sistemas mas populares en Europa: NegFry (Dinamarca), Simphyt (Alemania), Plant-Plus y ProPhy (Holanda), Guntz- Divoux/Milsol (Francia) y PhytoPre+ (Suiza) (12). En las observaciones encontraron que todos los SSD detectaron el mildiu antes de que apareciera en la parcela de seguimiento y no hubo fallos peligrosos por retraso en la predicción. El NegFry dio el aviso después que los demás o sea, en cierto modo, fue el método mas arriesgado.

En la Tabla 7 ponemos un resumen de los resultados de los modelos que mejor se adaptaron a nuestras condiciones, constatando un elevado porcentaje de avisos atrasados. Uno de los motivos está en la presencia de inóculo temprano por mal uso de las medidas sanitarias. Esto es así, porque cuando estudiamos el número de días transcurridos entre nascencia y primera detección (Tabla 8) observamos que la media para los avisos atrasados es de solo 18 días, con 6 días en algunos casos, mientras que para los correctos es de 27-28 días. La utilización de sensores termohidrógrafos colocados en el cultivo permite una mayor precisión en los pronósticos de ambos sistemas, si se comparan con los obtenidos a partir de los datos horarios de las estaciones meteorológicas (Tabla 9). De estos resultados también se deduce que el sistema Beaumont se adaptó mejor a las condiciones de la comarca de La Vega y el Sistema NegFry a la Campiña de Cádiz. Sin embargo, en la comarca de las Marimas, ninguno de los sistemas alcanzó el 60% de pronósticos aceptables, por lo que seria interesante seguir estudiando la adaptación a las condiciones de la zona, que es más conducente al desarrollo de epidemias.

Tratamientos durante la campaña

Rutinarios tras el primer aviso: De acuerdo con las recomendaciones de BPF (8), es necesario aplicar fungicidas en cuanto aparezca el "riesgo de infección" y continuar tratando hasta la destrucción foliar o recolección a intervalos regulares de 7-12 días según clima, estado fitosanitario, respuesta del cultivar y tipo de fungicida. Teóricamente es posible dar protección durante 10 días y tratar con éxito infecciones establecidas en los 4 días anteriores, pero en la práctica este intervalo de 14 días se recomienda solo si el riesgo de mildiu es bajo.

Según SSD tras el primer aviso: En el programa descrito de validaciones (12), los sistemas basados en calendarios semanales aplicaron entre 8 y 16 tratamientos, mientras que el uso de SSD redujo las aplicaciones entre 8 y 62%, siendo el NegFry el que menos tratamientos recomendó. No hubo diferencias entre los diversos SSD en severidad ni en producción En la campaña 2004 hicimos en Andalucía, dos ensayos comparando estrategias como las descritas. En la Tabla 10 se muestran los resultados del ensayo realizado en La Vega. En el realizado en Marismas, bajo alta presión de la enfermedad por prácticas culturales inadecuadas, la eficacia fue baja, pero se mantuvo el ahorro de tratamientos.

Tratamientos al final de la campaña El tratamiento final se ha realizado en todos los ensayos con Fluazinam como el fungicida adecuado para la protección del mildiu de tubérculos. Aunque se recomienda la destrucción el follaje cuando se alcanza una severidad entre 20 y 25%, no hemos realizado experiencias que corroboren esta práctica en nuestras condiciones.

Agradecimientos A J. Hansen y R Maquinez por su información y ayuda en el uso del NegFry. A los agricultores y técnicos que nos han facilitado datos y parcelas.

 

BIBLIOGRAFÍA

(1) URL: http://www.cipotato.org/potato/pests_disease/lateblight (Consulta: 16 septiembre, 2004)

(2) URL: http://www.cap.junta-andalucia.es/agriculturaypesca (Consulta 4 octubre, 2004)

(3) ERWIN D C Y RIBEIRO O K 1996. Phytophthora infestans, en Phytophtora Diseases Worldwide. APS Press. Pg 72-95.

(4) ANDUJAR E et al. Detección en España del Tipo A2 de Phytophthora infestans. XII Congreso de la Sociedad Española de Fitopatología. Pg 136. Sep 2004. Lloret de Mar (Gerona).

(5) URL: http://www.web-blight.net. An international information and decision support system for potato late blight. Danish Institute of Agricultural Sciences y Danish Agricultural Advisory Service. (Consulta 4 octubre, 2004)

(6) MAYTON H. et al. 2001 The roles of three fungicides in the epidemiology of potato late blight. Plant Dis. 85: 1006-1012.

(7) JAMES C. 1971. A manual of assessment keys for plant diseases. Pub Nº 1458. APS. MN. USA.

(8) ANONYMOUS 2001. Guidelines on good protection practice: potato. EPPO Bulletin 31: 183-199.

(9) ANDUJAR E et al. 2004. Problemática fitosanitaria de la patata temprana en Andalucía occidental: I Hongos. XII Congreso de la Sociedad Española de Fitopatología. Pag 103. Sep 2004. Lloret de Mar (Gerona).

(10) FORBES G A Y JARVIS M C.1997. Host resistence for management of potato late blight. En Zehnder G W et al. Eds. Advances in potato pest biology and management. APS Press.

(11) URQUIJO et al. 1971. Patología vegetal agrícola. Enfermedades de las plantas. Ed. Mundi-Prensa. 755 pp.

(12) HANSEN J G et al. 2002. Results of validation trials of Phytophthora DSSs in Europe. 2001. pp 231-242 in: Westersijk C E and H T A M Schepers (eds), Proceedings of the 6th workshop of an European Network for development of an Integrated Control Strategy of potato late bliht. Edimburg, Scotland, 26-30 September 2001.

(13) DUBOIS L Y DUVAUCHELLE S. 2004. Mildiuo présent (si!), insects aussi. PHYTOMA , La Défense des Vegétéaux. Nº 567: 30-33.

Comprar Revista Phytoma 164 - DICIEMBRE 2004