Sección: Cítricos
Abstract: Desde que en la década de los 60 la citricultura onubense inició su andadura ha pasado el suficiente tiempo como para que el cultivo se asentase en esta zona, y se pudiera realizar un estudio comparativo entre la tradicional citricultura de la zona de Levante y la que se está llevando a cabo en Huelva. En este trabajo, tras realizar una breve incursión histórica sobre la citricultura onubense, se da paso a analizar las diferencias que se pueden establecer entre ambas formas de entender la citricultura.
Son numerosas, las diferencias existentes entre ambas formas de cultivar los cítricos entre las dos zonas, en este trabajo se establecen los puntos discordantes más importantes entre ellas: Dimensiones de las explotaciones. Suelos y aguas. El manejo del agua. Climatología. Filosofía de cultivo. Variedades. Plagas y enfermedades.

Historia y fecha de las plantaciones

La citricultura onubense, en contraprestación con la levantina, la podemos catalogar de "joven", iniciándose en la década de los 60 con aproximadamente unas 2.000 hectáreas en las zonas de Lepe, Isla Cristina y Almonte.

El verdadero impulso llega, traducido en un aumento muy sensible en la superficie, en los años 80, tras la catalogación de nuevas áreas de riego, como la Zona Regable del Chanza, llegando en la actualidad a tener una superficie de 15.000 hectáreas

A pesar de esta fulgurante expansión de la citricultura onubense, la realidad nos muestra que la gran diferencia entre ambas zonas radica en la importante ventaja que mantiene la levantina, en número de hectáreas, frente a la onubense.

Esta juventud de las plantaciones onubenses, lleva unido una nueva mentalidad en el manejo del agua, dándole un papel fundamental al sistema de riego por goteo, mucho más moderno y eficiente que los usados tradicionalmente en el Levante español.

Todo ello obliga, de alguna forma, a la adopción de nuevos sistemas de cultivos, traducidos en una nueva "filosofía" del mismo, pero con un gran inconveniente para la citricultura onubense, basado en la escasa "tradición y conocimiento" del que dispone el agricultor en contrapartida con la levantina, mucho mas implicada en los métodos de cultivo, sobre todo los culturales, como las podas y los reinjertos.

 

Dimensiones de las explotaciones

Salvo casos muy concretos, es bien conocida la atomización de las superficies en el Levante, aspecto que en nada colabora o ayuda al desarrollo de la empresa citrícola.

En cambio, en Huelva las superficies existentes medias se sitúan entre las 50 y 100 hectáreas, habiendo sociedades que controlan un número incluso superior a 1.000 hectáreas.

Debido a este tamaño medio de las explotaciones onubenses, la citricultura onubense tiene como gran diferencia con la levantina, el establecimiento de unas estructuras técnicas y económicas muy bien definidas, con un alto nivel profesional, dando cabida a Ingenieros Agrónomos, Ingenieros Técnicos Agrícolas, Biólogos y Economistas, que colaboran en un control total de ellas, haciendo más rentable el cultivo en esta zona.

 

Suelos y aguas

Los suelos en la provincia de Huelva, están catalogados como "heterogéneos", encontrando suelos arenosos en Almonte y Lepe, suelos areno-gravosos en Isla Cristina y Ayamonte, pedregosos en la nueva zona de cultivo de la Sierra de Huelva, franco- arenosos en Cartaya, San Bartolomé y Gibraleón, y franco-arcillosos en Aljaraque, Huelva y Trigueros.

El único factor, o denominador común que poseen todos estos tipos de suelos, es la importante carencia de calcio, y la buena disponibilidad de magnesio, con unos pH medios comprendidos entre 6 y 7, aptos para este tipo de cultivo.

Por tanto, es un factor que condiciona la tecnificación de las explotaciones, ya que esta heterogeneidad nos lleva a unos manejos del suelo exhaustivos, a veces, rozando la "hidroponía", teniendo al suelo como un simple sustento de la planta.

Es evidente, que los suelos onubenses, generan una citricultura diferente, con sus ventajas e inconvenientes, pudiendo concluir que la lucha básica en esta zona, está encaminada al aporte de calcio al suelo, para evitar así la depresión de los árboles y la destrucción de las estructuras frágiles de los mismos.

En cambio, es bien conocida la homogeneidad de los suelos levantinos, con unos niveles elevados de calcio y unas carencias importantes de magnesio.

 

El manejo del agua

La disponibilidad y sostenibilidad del agua, con el aumento continuo de nuevas Comunidades de Regantes, es el motor fundamental para el incremento de la importancia de esta citricultura onubense frente a la levantina.

En sus orígenes, la onubense, los riegos estaban basados en sondeos o pozos, pero con el gran inconveniente de la cantidad y calidad de los mismos, siendo insuficientes estos recursos, y acentuando la falta progresiva de calidad de los mismos, originado unos graves problemas, principalmente en forma de acumulación de sodio, con el consiguiente deterioro de las estructuras de suelo, llegándolo a hacer casi impermeable para el paso del agua y las raíces.

En la actualidad, el agua de riego proviene de los embalses, como la presa del Chanza, Los Machos, Piedra, y por último con la terminación de la macro-presa del Andévalo, que todas juntas, dotarán, cuando ésta última esté llena, de una capacidad que ronda los 1.000 Hm3, aunque debido a los graves problemas de sequía que venimos sufriendo en los dos últimos años, nos encontramos ante una situación de restricciones, y una gran incertidumbre ante la puesta en riego de nuevas zonas de cultivo, por lo que podemos experimentar, si la situación no cambia, un freno en la expansión de la citricultura onubense.

La calidad del agua es muy buena, con un mínimo contenido en sales, ya que recordamos, proviene de la lluvia. Podemos decir, que frente a la heterogeneidad de las aguas utilizadas en el Levante español, las onubenses en casi un 90% son estándar o muy similares.

 

Climatología

La climatología en la zona de Huelva, resultar ser bastante "benigna", ya que muy raramente se dan fenómenos de lluvias tormentosas, tipo "gota fría", pedriscos, heladas tempranas, etc.

En Huelva, es muy complicado encontrar, tras un periodo de heladas, fruta dañada. Las temperaturas en verano, al estar en zonas costeras, son muy suaves, difícilmente llegando a los 35ºC, evitándose así problemas de falta de calibre en la fruta.

No existen grandes diferenciales térmicos entre las diferentes estaciones del año.

Como gran inconveniente, y principal diferencia con la citricultura levantina, es la existencia de períodos importantes con vientos de poniente, que debido a la fuerte carga salina que poseen en nuestra latitud, nos originan los problemas de "rameado" en las naranjas.

 

Filosofía de cultivo

Es quizás, el apartado mas determinante y que más diferencia crea entre ambas citriculturas. Mientras que en la onubense existe una gran tecnificación de las explotaciones con todos los nuevos sistemas de cultivo, en la citricultura levantina se define como más tradicional, formada por agricultores muy experimentados pero con menor capacidad profesional.

En el Levante se está comenzando a implantar el sistema de riego por goteo, pero con el inconveniente de las dimensiones medias de las explotaciones, que muchas veces crean problemas insalvables de manejo y diseño de los mismos.

En Huelva, el 100% de los cítricos están bajo sistemas de riego localizado, ya que está implantada la mentalidad y manejo de dicho sistema como cultura general, y promovido por la tecnificación del sistema.

Este sistema de riego localizado implica una filosofía de nutrición y manejo de los macro y micro elementos en pequeños pulsos con un importante fraccionamiento de los mismos, dedicándole al árbol todo lo que necesita en pequeñas cantidades y los momentos oportunos, llevando a manejar las concentraciones de fertilizantes adecuadas para cada estadio del cultivo.

 

Variedades

Este capítulo no desvela importantes diferencias entre ambas citriculturas.

Si bien, podríamos decir, que los "híbridos" han tenido un papel fundamental dentro de la citricultura onubense, debido al importante nivel de puesta a punto que se ha conseguido en ellos, con aumentos de producciones y calidad, debido, quizás, a las características genéticas de los mismos, y a su adaptación clima-suelo-agua. La variedad "Fortuna" ha sido el principal motor de estos híbridos, aunque actualmente, está variedad está en regresión, tomando una especial importancia "Nadorcott", variedad muy productiva con una elevada calidad.

Variedades extratrempanas, tipo "Oronules", han conseguido en Huelva una precocidad y calibres únicos en la citricultura española. En este aspecto recalcar la entrada última de la variedad "Clemenrubi", la variedad de clementina más precoz existente, y que puede llegar a ser en Huelva un motor importante de crecimiento y expansión.

En naranjas, y aprovechando las condiciones climáticas de la zona, destacan variedades tipo "Navelate", posteriormente superada por "Lanelate", aunque la tendencia actual es la implantación de variedades un poco más tardías, tipo "Navel Powel" y "Barn Field".

 

Plagas y enfermedades

Tampoco existen importantes diferencias entre ambos tipos de citricultura.

Los "diaspinos" y más en concreto, el "Piojo Rojo de California", es la plaga más importante existente en la actualidad, ya que la sostenibilidad de la agricultura y las exigencias de los mercados internacionales nos llevan a una progresiva reducción de materias activas para su control, disponiendo en la actualidad, de un pequeño abanico de ellas, con los consiguientes problemas de resistencia a estos productos, y por lo tanto falta de eficacia en el control de la misma.

Otra plaga importante, y con el mismo recorte en materias activas que la anterior, es Ceratitis capitata o "Mosca mediterránea de la fruta", muy importante en las variedades tempranas y extratempranas de la zona de Huelva. En su control, empieza a implicarse el Gobierno andaluz, con el aporte de trampas masivas, parcialmente subvencionadas, lo que indica la importancia que esta plaga posee para la citricultura onubense.

También, está la aparición en la citricultura onubense del llamado "Ácaro de Texas", tipo de araña, que aunque fácil de controlar, puede llegar a provocar grandes infestaciones, dada su agresividad.

Otra que comienza, y que debido a la época en la que se presenta, nos puede causar importantes daños, es la "Chinche verde" o "Colis", muy voraz con la primera brotación con flor que poseen los cítricos.

Una mas y, que cada vez, está resultando mas complicado su control, son los "Pulgones", tanto "negro" como el "verde", con poblaciones exponenciales que pueden llegar a hacer mucho daño a plantones y nuevos reinjertos.

Otras plagas están en clara regresión, como el "Cotonet", controlada auxiliarmente con Cryptolaemus,

"Caparretas" con una incidencia muy escasa, algunos tipos de araña, como Panonychus y Tetranychus, con menor relevancia, y sin apenas problemas.

Plaga como el "minador", solamente importante en plantones y reinjertos, aunque la tendencia es a una menor presión de la misma con el paso del tiempo.

Dentro del capítulo de enfermedades, la fundamental, y causante del decaimiento de la variedad "Fortuna" dentro de la citricultura onubense, es la aparición del hongo Alternaria alternata, acentuado en zonas húmedas con una escasa aireación al arboleda.

Junto a la "Alternaria", la variedad "Fortuna", se ha visto fuertemente afectada por la Phytophthora o llamada "Muerte súbita" por colapsamiento del árbol.

Otras enfermedades, como es el "aguado de la fruta" son fácilmente controlables dentro de nuestra citricultura.

En este último apartado, debemos recalcar, como el paso más importante para la citricultura onubense, la implantación de sistemas de calidad, tipo "EUREP-GAP" o "NATURSENSE", que tienen como objeto la racionalización de la producción, teniendo en cuenta el cultivo de los cítricos, el cuidado del medio ambiente, y la seguridad del personal dedicado.

Todo ello unido, a la importante tecnificación de la maquinaria a emplear en la lucha contra las plagas, nos conduce a una racionalización en los tratamientos y un delicado control de los residuos en fruta, haciendo este tipo de agricultura totalmente sostenible con el medio ambiente y con los mercados que la reclaman.


- Alarma social por actuaciones irresponsables de algunas organizaciones no gubernamentales y de la propia distribución, planteando exigencias incumplibles para los productores, y perniciosas para los consumidores.

- Retraimiento del consumo de frutas y hortalizas, que son precisamente los productos que los responsables de sanidad y consumo pretenden fomentar con campañas como la de "cinco al día"

- Retraso en el registro y autorización de productos fitosanitarios basados en nuevas moléculas más efectivas y más respetuosas con el medio ambiente.

Ante ésta situación y para finalizar quisiera reiterar desde este foro la urgente necesidad de que se arbitren las medidas previamente señaladas con el objeto de que como señala el propio Reglamento 396/2005, en aras de la libre circulación de mercancías, de la equidad de las condiciones de competencia entre Estados miembros, así como de un nivel elevado de protección de los consumidores, es conveniente fijar a escala comunitaria los LMRs en productos de origen vegetal, teniendo en cuenta las buenas prácticas agrícolas.

 

Nota: Ponencia presentada en el Primer Congreso de Fruta de Hueso y de Pepita celebrado el día 19 de mayo en Lleida.

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