Mesa redonda

La utilización de feromonas sexuales en agricultura, representa una herramienta de extraordinario interés en el seguimiento y control de plagas. Su empleo no plantea las controversias medioambientales y de higiene y seguridad laboral de los plaguicidas. La seguridad alimentaria tampoco parece estar cuestionada con estas estrategias.

Sin embargo, su uso está todavía muy restringido, incluso en las agriculturas más desarrolladas, limitándose a la lucha de plagas muy singulares, aunque en algunos casos, de gran importancia.

Varios son los problemas que dificultan la puesta a punto de esta tecnología para los técnicos de campo, entre los que podemos citar los siguientes:

- La calidad de las feromonas comercializadas y su idoneidad sobre la posible variabilidad de las especies presentes en diversas zonas geográficas. Los resultados de los ensayos entre diferentescebos comerciales, para una misma especie, indican que hay diferencias muyimportantes en los niveles de captura, incluso en la tendencia de las gráficasobtenidas. Algunos de ellos no llegan a capturar o se capturan especiesdiferentes a la señalada.

Hay cebos que capturan bien cuando los niveles poblacionales son bajos y apenas capturan cuando hay altas poblaciones. Una posible explicación a este hecho, podría ser el que la capacidad de atracción de la feromona natural, emitida por las hembras presentes, es muy superior a la de los cebos comerciales, de tal forma que estos solo atraen a los machos cuando hay muy pocas hembras, lo que indicaría una deficiencia en la composición de la feromona comercializada.

- La adecuación de los tipos de trampas, la forma y tamaño de los orificios o su color determinan también la capacidad de captura para cada especie. Otros aspectos relacionados con la capacidad de atracción,la determinan las características de los difusores o las condiciones ambientales.En algunos casos, la localización de las trampas, en relación a suorientación o a la altura del cultivo, repercute sobre los niveles de capturasobtenidos, siendo factores poco conocidos para la muchas especies.

- La presencia simultánea de varias plagas, como es habitual entre las especies de lepidópteros en hortalizas, dificulta también la aplicación de estas estrategias. Tiene poca utilidad, salvo singularidades, controlar muy bien una especie, con la ayuda de feromonas sexuales, y recurrir a tratamientos químicos para el resto, con productos que habitualmente controlarían también la primera.

- La necesidad de realizar planteamientos en grandes superficies o a nivel de zonas. Muchas de las plagas en las que se puede interferircon la ayuda de feromonas sexuales, tienen una capacidad de desplazamientomuy grande, de forma activa o ayudadas por los vientos dominantes. Porello, aunque las feromonas estén actuando bien en la parcela de cultivo, impidiendolos apareamientos, las hembras pueden llegar fecundadas desdeotras zonas, perpetuando el problema.Esta capacidad de desplazamiento, dificulta enormemente los ensayos paraverificar la eficacia de estos sistemas y, por lo tanto, sus posibilidades de desarrolloe implementación en campo, especialmente entre los pequeños y medianosproductores, que requerirían actuaciones mancomunadas.

Como conclusión final, se podría decir que el uso de feromonas va a jugar un papel cada vez más importante en el manejo de plagas, entre las agriculturas más exigentes respecto a parámetros de calidad ambiental y seguridad alimentaria.

Sin embargo, requiere un fuerte esfuerzo por parte de las empresas productoras, las administraciones públicas y los productores, para que puedan implantarse con éxito.

Comprar Revista Phytoma 183 - NOVIEMBRE 2006