INTRODUCCIÓN

En términos generales, podemos decir que el año 2006 se caracterizó por ser mucho más cálido de lo normal y con unas precipitaciones ligeramente inferiores a sus valores normales.

 

Características climatológicas

Térmicamente, siguiendo con la tendencia iniciada en la década de los ochenta, la temperatura media anual fue superior a la normal climatológica siendo en numerosas localidades la más alta de todo el registro climatológico; la anomalía de Zaragoza fue de 1.4ºC respecto del promedio climatológico de 1971-2000 y la de Daroca 1.6ºC, superando ambas el record histórico, por lo que podemos decir que 2006 ha sido el año más cálido desde que se tienen registros climatológicos. De las estaciones seleccionadas, la temperatura máxima anual se registró en Caspe el día 26 de julio con 40.5ºC mientras que la mínima anual la dio Aliaga con -21ºC el día 29 de enero.

Por meses, marzo, abril, mayo, junio, julio, septiembre, octubre y noviembre estuvieron por encima de los valores normales, siendo la temperatura media de mayo, julio, octubre y noviembre la más alta de todo el registro (en julio y para el caso de Zaragoza se superó en nada menos que ocho décimas el anterior record establecido en 1994). Febrero y diciembre fueron fríos viniendo a compensar el exceso de temperatura de los meses anteriormente citados mientras que enero y agosto estuvieron ligeramente por debajo.

Las precipitaciones totales anuales, en conjunto, fueron ligeramente inferiores a sus valores normales. Por provincias, en la de Huesca tan solo se registraron precipitaciones claramente superiores a las normales en julio y septiembre. En la provincia de Zaragoza fueron húmedos febrero, junio, julio y septiembre, normales enero y abril siendo secos o muy secos el resto de los meses. En la provincia de Teruel el comportamiento pluviométrico fue parecido al de Zaragoza con la excepción de enero y noviembre.

Índice pluviosidad provincia de:

HUESCA: 81%

TERUEL: 78%

ZARAGOZA: 94%

 

ARAGÓN: 84%

 

Frutales

Por tercer año consecutivo araña roja (Panonychus ulmi) ha requerido tratamientos en verano en manzano y en melocotonero. Lo sorprendente es que los problemas sean más acuciantes en esta última especie frutal. Carpocapsa (Cydia pomonella) en manzano sigue siendo una plaga difícil de controlar con los tratamientos habituales sin que esté claro el motivo de los fallos; su vuelo ha sido el normal en las dos primeras generaciones y más prolongado de lo habitual el de la tercera. En melocotonero, tras un primer vuelo importante de polilla oriental (Cydia molesta), la situación se normalizó y fue mosca de la fruta (Ceratitis capitata) la única plaga que necesitó tratamientos repetidos, controlándose adecuadamente. Esto mismo ha ocurrido con Frankliniella occidentalis en nectarinas; ha requerido como en años anteriores tratamientos en pleno verano y la eficacia de los mismos, como siempre, ha sido escasa; sin embargo el mercado ha soportado bien un daño más estético que real. En peral ni Carpocapsa ni Filoxera (Aphanostigma pyri) han causado pérdidas; los problemas los ha creado Sila (Cacopsylla pyri) que requirió más de 5 aplicaciones específicas en final de primavera y en verano para poder recoger la cosecha sin daños; finalizada la recolección y en ausencia de tratamientos, las poblaciones de esta plaga subieron enormemente. En ciruelo y en albaricoquero no ha habido plagas destacables; en cerezo cabe destacar mosca de la cereza (Rhagoletis cerasi) que ha estado presente en prácticamente todas las parcelas situadas a más de 700 m de altura, siendo bien controlada por los tratamientos allí donde había fruta que proteger. Finalmente, en almendro hay que destacar la presencia de gusano cabezudo (Capnodis tenebrionis) en algunas comarcas.

En cuanto a enfermedades hay que destacar Moteado (Venturia inaequalis) en manzano, Monilia (Monilinia laxa) en melocotonero y Stemphylium vesicarium en peral. Moteado, que causó graves daños en 2003, no termina de causar problemas; si bien en 2006 no se observaron infecciones primarias de forma importante, las precipitaciones veraniegas sí llegaron a causar algún problema.

Con Monilia ha sido un año bastante tranquilo al no haber lluvias generalizadas en verano. Finalmente, en cuanto a S. vesicarium, en 2006 ha aparecido un nuevo foco en pera Conferencia que ha sido normalmente controlado.

 

Arroz

La superficie de arroz cultivada ha descendido un 24% respecto al año anterior, principalmente debido a la sequía que ha condicionado todo el cultivo.

Esta campaña la presencia de Mythimna unipuncta y Chilo suppressalis ha sido muy baja, sólo se ha realizado en agosto un tratamiento para Chilo dirigido a la segunda generación en zonas concretas.

En general no se han dado las condiciones favorables para el desarrollo de enfermedades, aunque se han realizado tratamientos puntuales para Pyricularia oryzae en la zona arrocera de Huesca.

En cuanto a malas hierbas, el arroz salvaje continúa siendo el principal problema del cultivo.

 

Leguminosas

La campaña de alfalfa se caracterizó por importantes ataque de apion (Apion pisi) y gusano verde (Hypera postica) antes del primer corte, debido seguramente a la puesta realizada en otoño, consecuencia de las elevadas temperaturas que tuvieron lugar en esas fechas. El control de gusano verde con productos fitosanitarios no ha sido en muchos casos eficaz por los nacimientos escalonados del insecto, siendo más efectivo para su control el adelantamiento del corte.

En cuanto a enfermedades, la climatología favoreció el desarrollo de roya (Uromyces striatus) y Stemphylium spp. en el último corte, disminuyendo la calidad del forraje.

Se observaron ataques puntuales de cuca (Colaspiderma atrum) en mayojunio, de pulgón negro (Aphis craccivora) en julio - agosto y pulgón moteado (Therioaphis trifolii) en septiembre.

En las comarcas de Jiloca, y Campo Bello de la provincia de Teruel, este año ha habido un fuerte ataque de Loxostege sticticalis ocasionado la pérdida del segundo y tercer corte de alfalfa. Esta plaga que en principio procedía de campos con elevada presencia de Salsola kali de las que también se alimentaba, también llegó a afectar campos de veza y soja.

 

Hortícolas

Las altas temperaturas registradas en el mes de mayo provocaron una parada vegetativa en los cultivos y fallos en las plantaciones realizadas en esa época.

En coliflor la "mosca de la col" Delia radicum ha producido daños importantes en algunas zonas. Pieris y Heliothis han causado daños, con una incidencia más prolongada en el tiempo que otros años, debido a las altas temperaturas del final de verano-principios de otoño. Las lluvias de septiembre provocaron daños de alternaria en las zonas afectadas.

Tanto en coliflor como en brócoli, un año más, la mosca blanca ha vuelto a ser una plaga importante, sobre todo en el momento de la recolección, cuando es muy difícil su control.

En borraja uno de los principales problemas han sido botritis y esclerotinia, debido a la falta de productos eficaces autorizados para su control. Heliothis dio también problemas considerables en este cultivo, tanto por las poblaciones elevadas como por la ineficacia de los tratamientos, al guarecerse las larvas en la base del tallo.

En calabacín la principal incidencia la han tenido diferentes virosis, destacando el virus WMV (Watermelon Mosaic Virus). El oídio también causó daños al final del verano en este cultivo.

 

Patata

Continúa descendiendo la superficie sembrada en las zonas tradicionales. La semilla certificada sigue presentando anomalías fitosanitarias (sarnas, Rhizoctonia, Erwinia), que afectan negativamente a la emergencia de plantas y a la producción final.

En algunas comarcas productoras (Jiloca y Campo Bello) se produjo una gran alarma entre los agricultores por la presencia masiva de polilla de la alfalfa sobre los campos de patata, a los que no afectaron (julio-agosto).

Las tormentas del mes de julio provocaron algunos focos de alternaria. La patata Agria sigue dando una excelente calidad para la industria del frito

 

Vid

La incidencia general de plagas y enfermedades en la campaña 2006, ha sido media-alta.

La polilla del racimo (Lobesia botrana) ha tenido un comportamiento regular, con vuelos en las tres generaciones por encima de la media.

La evolución de los focos detectados en años anteriores de la araña amarilla (Eotetranychus carpini) y mosquito verde (Empoasca spp) está aumentando, teniendo que realizar tratamientos específicos para su control.

El oídio (Uncinula necator) ha estado presente durante toda la campaña, causando daños en las parcelas con protección insuficiente.

Tras las tormentas del mes de julio, aparecieron los primeros focos de mildiu (Plasmopara vitícola), que fueron controlados sin producir daños importantes.

También aparecieron en determinadas zonas ataques de podredumbre blanca (Coniella diplodiella), que produjeron la pérdida total de la cosecha en las parcelas afectadas.

A pesar de la presencia de oidio y polilla, la podredumbre gris (Botrytis cinerea) no ha causado daños en el cultivo.

 

Olivo

La cosecha, en general, ha sido baja, debido principalmente a las heladas que se registraron el invierno en amplias zonas del Bajo Aragón. En algunas zonas la cosecha ha sido prácticamente nula.

La mosca del olivo ha tenido una incidencia algo inferior a un año medio. Las temperaturas anormalmente altas en el inicio de la Campaña, frenaron la plaga al principio, pero favorecieron su desarrollo en otoño. La picada final fue del 9,08%.

El prays, con capturas muy superiores al año anterior, provocó una caída de fruto próxima al 8%.

El barrenillo (Phoetribus scarabeoides), se mantiene en niveles bajos, no así el Hylesinus oleiperda, que si bien aparece en zonas muy concretas, está en expansión.

Las altas temperaturas y la baja pluviometría, mantienen la cochinilla y el repilo en niveles muy bajos.

 

Cereales de invierno

Esta campaña no ha habido incidencias fitosanitarias que destacar, excepto los ataques de céfidos en la provincia de Teruel y en la Comarca de Daroca de Zaragoza, principalmente ocasionados por Trachelus tabidus en cebadas, ocasionando pérdidas de hasta un 40 % de producción.

El inicio de la campaña 2006-2007 se ha caracterizado por elevadas temperaturas y aceptable pluviometría que ha provocado una rápida nascencia y desarrollo del cereal de las siembras tempranas y ha permitido la proliferación de pulgones (Rhopalosiphum padi), Zabrus tenebroides y Mayetiola destructor.

En cuanto a malas hierbas siguen siendo las especies de hoja estrecha las más importantes, destacando Lolium rigidum de la que hay algunas poblaciones resistentes a los herbicidas-fops y Avena spp., así como Bromus spp., difícil de controlar.

Las especies de hoja ancha que más control requirieron fueron las de los géneros Sinapis, Diplotaxis, Papaver con poblaciones resistentes a herbicidas hormonales y, en las zonas húmedas, Galium.

 

Maíz

Se ha caracterizado por ser una campaña con muy pocas incidencias fitosanitarias.

Los daños por taladros (Sesamia nonagroides y Ostrinia nubilalis) han sido muy bajos, principalmente por la elevada siembra de maíz transgénico.

Del mismo modo la presencia de Mythimna unipuncta ha sido anecdótica siempre apareciendo en parcelas con importante presencia de malas hierbas.

En lo referente a malas hierbas destacar una mayor presencia de Abutilon theophrasti y Datura stramonium.