El presente documento describe brevemente el modelo de certificación del sistema productivo denominado Producción Integrada adoptado en Cataluña. El organismo encargado de la inspección y certificación es el Consell Català de la Producció Integrada (CCPI), corporación de derecho público creado por la Ley 21/2001, en el que participan el sector productor y el elaborador, y representantes de la Administración y de asociaciones de consumidores. Para realizar las inspecciones y la posterior certificación este organismo se vale de entidades de control y certificación (ECC), acreditadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) en el cumplimiento de la norma 45.011. Estas ECC se encargan de auditar el 100% de los puntos de control descritos en las normas técnicas a las empresas productoras o elaboradoras inscritas en el Registro del CCPI. La verificación del cumplimiento de la norma concluye con la autorización de uso del distintivo de calidad (Producció Integrada de Catalunya).

 

El Consell Català de la Producció Integrada

La Ley catalana 21/2001, de medidas fiscales y administrativas, crea el Consell Català de la Producció Integrada, como corporación de derecho público con personalidad jurídica propia, autonomía económica y plena capacidad de obrar para al cumplimento de las funciones derivadas del régimen jurídico aplicable a la Producción Integrada.

Esta misma Ley especifica que Consell ajusta su actividad al derecho privado con carácter general, exceptuando las actuaciones derivadas de la inscripción en los registros, y las funciones de supervisión y de acreditación del cumplimento del sistema de control y el régimen sancionador.

Así pues, el Consell es el organismo encargado tanto de la inspección como de la certificación de la Producción Integrada en Cataluña, los dos mecanismos que garantizan el cumplimiento de la norma por parte de los productores. Además, el Consell también gestiona los tres registros existentes de operadores productores, elaboradores y técnicos, necesarios para llevar a cabo las tareas de supervisión.

Entre el resto de actividades asumidas por el Consell cabe destacar el fomento de la Producción Integrada.

Hay que destacar que en el Consell participan entidades del sector productor y del elaborador, representantes de la Administración y de asociaciones de consumidores, por lo que están representados todos los sectores implicados.

Actualmente, el Consell gestiona un registro de 1.800 productores, que aportan más de 28.000 hectáreas (Cuadros 1 y 2), más de 65 agrupaciones de productores, y aproximadamente 180 técnicos responsables de Producción Integrada.

El Departament d?Agricultura, Alimentació i Acció Rural (DAR), en calidad de autoridad competente, realiza una supervisión de todo el sistema para garantizar el corrector funcionamiento tanto del Consell como de las ECC.

 

 

Organismos encargados de realizar de certificación

Tanto la norma estatal de carácter básico como la Ley de Cataluña exigen a las entidades de control y certificación cumplir con los criterios generales de las normas europeas referidas a los órganos de control y certificación, con el objetivo de garantizar la objetividad, imparcialidad, eficiencia, etc., en suma, el buen hacer de estos organismos de control y certificación.

En Cataluña dicha exigencia se concreta de la siguiente manera: las ECC deben estar acreditadas por la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC) en el cumplimiento de la norma 45.011. Como hasta hace poco esta la acreditación en Producción Integrada no estaba contemplada, se ha venido exigiendo la acreditación.

EN 45.011 en el ámbito hortofrutícola, de modo que las ECC que han realizado la certificación poseían esta acreditación para Eurepgap, recientemente Globalgap.

Aunque corresponda al Consell realizar el control, la vigilancia y la certificación, estas actividades las puede encargar, de acuerdo con la norma vigente, a entidades privadas inscritas en el Registro de entidades de control y certificación de productos agroalimentarios de Cataluña, y cumplan con todas las exigencias propias de los organismos de control.

De hecho, hasta ahora esta ha sido la opción del Consell, que mediante concurso público ha elegido a las ECC encargadas de realizar las inspecciones y certificaciones.

Este modelo, que sustituye al de la contratación entre el operador y la ECC de su elección por el de contratación de las ECC por parte del Consell, marca la diferencia del modelo catalán. Este modelo ha permitido al Consell no sólo un mayor control sobre las entidades, sino también una mayor colaboración con ellas. De dicha colaboración ha surgido el actual modelo, después de un análisis conjunto entre las ECC y el Consell, de las dificultades que han ido surgiendo.

Este modelo no permite, aunque así lo prevea la norma estatal, que el operador escoja la ECC que auditará su explotación. El operador está obligado a darse de alta en Registro del Consell y hacerse cargo de las obligaciones económicas que ello conlleva, es decir, el pago de las tasas. Con estas tasas de carácter finalistas el Consell contrata a las ECC para que realicen las tareas de supervisión y certificación. Este sistema garantiza al cien por cien la independencia del organismo de certificación.

 

 

El control de la Producción Integrada en Cataluña

El control de la producción integrada en Cataluña se lleva a cabo conjuntamente por las ECC y el Consell.

El Consell, órgano gestor del Registro, se encarga de realizar el primer control administrativo antes de trasladar la información a las ECC, y también se encarga de hacer cumplir la norma mediante la aplicación del régimen sancionador.

La aplicación del régimen sancionador resultó positiva cuando la certificación no era obligatoria, pero actualmente los incumplimientos detectados son pocos, teniendo en cuenta el control y la inspección previos a la certificación.

Aun así es una herramienta necesaria y útil.

Las ECC no sólo llevan a cabo la certificación sino también una primera inspección que puede coincidir en el tiempo con la certificación.

Estas inspecciones paralelas a la certificación persiguen dos objetivos. El primero es establecer unas exigencias mínimas para evitar que se inicie una certificación si no se está en un nivel de cumplimiento mínimo; y el segundo es completar la certificación, o, dicho de otra manera, incrementar el nivel de inspección cuando la opción elegida es la certificación agrupada.

Al margen de la inspección inicial y de la certificación, las ECC toman muestras a un 30% de los productores inscritos en el Registro de productores. Este control también persigue completar o mejorar el grado de inspección propio de la certificación.

Estas inspecciones paralelas complementan las deficiencias observadas en porcentaje de control propio de la certificación, deficiencias que vienen dadas por la incorrecta implantación del sistema de gestión de calidad y un autocontrol insuficiente. Con estas inspecciones el Consell pretende que la aplicación del sistema de gestión de calidad y el autocontrol mejore con el tiempo.

 

 

El modelo catalán de certificación

La certificación de Producción Integrada es un procedimiento mediante el cual un organismo independiente verifica y controla el cumplimiento de todas las especificaciones establecidas en las normas técnicas de Producción Integrada de Cataluña.

El Programa de Certificación de Producción Integrada en Cataluña se lleva a cabo de forma conjunta entre el Consell y las ECC contratadas para realizar las inspecciones y auditorias de certificación.

Tal como se ha comentado anteriormente, las entidades contratadas deben estar acreditadas según la norma EN 45011, lo que representa una garantía de transparencia y de declaración técnicamente fiable.

De la colaboración entre las ECC y el Consell ha surgido el modelo actual, que presenta una estructura casi exacta al de las certificaciones más reconocidas en el ámbito hortofrutícola. En este aspecto, el Consell no ha buscado la diferenciación sino la funcionalidad, además de ofrecer a las cadenas de distribución un modelo similar al que están exigiendo.

Ahora bien, aunque la estructura del protocolo descrito evoque los actuales protocolos de calidad, lo cual es lógico puesto que la Producción Integrada es también un protocolo de calidad, lo que marca la diferencia entre ambos son las peculiaridades de la norma técnica de Producción Integrada que se recogen en los listados de verificación (checklist).

Para poder certificar el cumplimiento de la norma es necesario que las normas técnicas, elaboradas por los comités de certificación, se redacten de modo que pueda acreditarse el cumplimiento de todos los aspectos, y ésta no es tarea fácil, pues las normas de producción integrada en Cataluña tienen su origen en el año 1995, con lo que algunos aspectos de las normas se han tenido que recoger de manera diferente y han evolucionado para poder ser certificadas.

El modelo catalán de certificación se caracteriza también por su armonía y transparencia. Desde el principio las ECC contratadas han sido varias, lo que ha favorecido el trabajo conjunto y que las ECC actúen de modo exacto y con criterios idénticos, todos ellos debatidos previamente y conjuntamente.

La certificación de Producción Integrada se puede solicitar de manera individual o agrupada, y el alcance puede ser a nivel de campo o de manipulación.

Sólo podrán solicitar la certificación, ya sea de manera individual o agrupada, los operadores que hayan superado la inspección con un resultado favorable.

El Consell, junto con las ECC, elabora y hace públicos los "Puntos de control y el criterio de cumplimiento para la certificación de cada uno de los cultivos con norma técnica de Producción Integrada en Catalunya". Este documento establece el marco para un correcto desarrollo y aplicación de las buenas práctica agrícolas según el modelo de Producción Integrada, y representa la base para la realización del control y certificación.

El documento se estructura en tablas, en la que se encuentran enumerados los puntos de control a verificar. Estos puntos de control están agrupados en diferentes apartados que tratan temáticas concretas del proceso de producción y elaboración. El documento incluye no sólo los puntos de control sino también los criterios de cumplimiento, que establecen la pauta para interpretar correctamente el punto de control y poder implantarlo sin dificultad.

Existen dos grandes bloques con puntos de control y criterios de cumplimiento.

De un lado, el que hace referencia a todos los aspectos recogidos en la norma técnica; y, de otro, el bloque que enumera los puntos de control y criterios de cumplimiento del sistema de gestión de calidad de las agrupaciones.

A cada punto de control se le asigna un nivel de importancia, que puede ser Muy importante o Importante. Aunque los puntos de control a inspeccionar sean el 100%, para superar de manera favorable la certificación se debe superar el 100% de los puntos catalogados como muy importantes y un 90% de los importantes.

Finalmente, el documento de puntos de control contiene unos anejos como guía de interpretación de algunos aspectos recogidos en las normas técnicas y en los mismos puntos de control, con la finalidad de establecer una guía para la correcta implantación de estos factores.

La elaboración de este documento base de la certificación entre el Consell y las ECC, además de ser una herramienta para facilitar la certificación, facilita que las ECC trabajen de la manera más similar posible y con los mismos criterios.

Posteriormente a la realización de las auditorias de certificación de acuerdo con el documento de trabajo explicado, se comprobará la ejecución de las acciones correctoras por parte de los operadores para la resolución de las no conformidades.

Esta comprobación puede requerir la realización de visitas extraordinarias a los operadores auditados.

Finalmente, se concede a los operadores que superen las auditorías de certificación un certificado de conformidad del cumplimiento de la normativa de Producción Integrada en Cataluña.

El Consell también recibe de las entidades de control y certificación un informe anual del resultado de las auditorias, y puede consultar toda la información concluyente de las inspecciones y auditorias a través de un programa informático específico.

De este modelo expuesto se puede deducir otra diferenciación del modelo catalán. Una explotación puede estar inspeccionada y certificada por una o más ECC, pues el Consell contrata más de una ECC, y a estas se les asigna la superficie a certificar en base al cultivo. Por tanto una misma explotación podría poseer dos certificaciones, uno para cada uno de los cultivos o grupos de cultivo.

Esta certificación de calidad es, a su vez, una certificación de origen, pues todos los productos son producidos y manipulados en Cataluña.

Esta certificación, a diferencia de otras, tiene una forma visible en que el producto muestra que ha sido certificado, que es mediante el uso de la etiqueta de calidad de Producción Integrada en Cataluña (la mariquita). Esta certificación, por tanto, permite diferenciar el producto en el mercado e indicar que durante el proceso productivo se ha respetado el medio ambiente y la salud del consumidor.

 

 

Certificación de alimentos como herramienta de acceso a los mercados

La certificación, como se ha dicho, es una confirmación formal e independiente otorgada al productor o elaborador, que manifiesta que su producto cumple con las especificaciones preestablecidas en las normas técnicas de producción integrada.

Los sellos de calidad son una respuesta a la demanda de los consumidores acerca del origen del producto alimenticio y su forma de producción. Pero, además, permiten potencialidades mucho mayores, como la capacidad de satisfacer todo tipo de orientación en el consumo y la de adaptarse a las nuevas exigencias del mercado.

Uno de los beneficios de la certificación es la posibilidad de diferenciar el producto en el mercado con el sello resultado de la certificación. Por tanto, la certificación, al margen de los beneficios obtenidos directamente por el cumplimiento del protocolo, es también una herramienta de comercialización y marketing.

Con la etiqueta trasladamos al consumidor un compromiso del productor con el medio ambiente y su seguridad, con la finalidad de establecer una relación de confianza con el consumidor para fidelizarlo como cliente.

Ahora bien, para que todos estos beneficios vinculados con la comercialización sean posibles, es necesario que el consumidor reconozca la etiqueta como marca de calidad y lo asocie con los objetivos de la Producción Integrada.

Por tanto, hablamos de unos beneficios potenciales.

En Cataluña, de acuerdo con la norma vigente, el distintivo de la Producción Integrada debe ir siempre acompañado de la marca comercial del producto, y, si es en envase, también se debe acompañar del logotipo o código de la entidad de control y certificación con el objetivo de dar mayor garantía al consumidor.

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