En Andalucía se está haciendo la recolección de la aceituna, y por este lugar de Villanueva de la Reina, donde estamos, no dejan de pasar cuadrillas de aceituneros. Ahora son muy diferentes a las de antes. Entonces la gente iba a pie, cantando unas seguidillas llamadas Mononas ?Tu cogiendo aceitunas/yovareando/de ramita en ramita/te voy mirando?. Hoy en día, en cambio, van en coches todo terreno, y como no hay suficientes operarios para recoger tanto fruto, el campo se llena de gentes de razas y formas de hablar diferentes. Dicen que aquí, en Los Juncales, se produce un aceite exquisito, y precisamente este año, el Ministerio lo ha declarado el mejor de España.

Desde que el doctor Keys comprobó que en el norte de Europa y América (Suecia, Dinamarca, EE UU?) las muertes por infarto de miocardio eran tres veces mayores que las que se producían en el área mediterránea (España, Italia, Grecia?), el consumo del aceite de oliva, uno de los principales responsables de esa protección cardiovascular, no ha parado de aumentar, y consecuentemente, no solo ha aumentado su cultivo, sino que también se ha variado su fitotecnia.

Entre esos cambios está la forma de labrar el olivar, y actualmente es frecuente observar muchos campos en donde la hierba crece libremente, al no realizarse labores con objeto de no destruir la estructura del suelo y proteger a los enemigos de los parásitos del olivo ?es la opinión de los innovadores?. ?Este año, en los olivares sin labrar, las moscas se han comido las aceitunas ?Dice mi amigo Luis "el Cabrero", mientras me muestra un puñado de aceitunas con unas manchas redondeadas y de color chocolate.

Esas manchas son el síntoma de una enfermedad a la que los labradores llaman "Escudete", y está provocada por el patógeno Fusicoccum aesculi, un hongo ligado en su acción parasitaria a la Mosca de la aceituna (Bactrocera oleae). En las aceitunas enfermas, y que en el invierno caen al suelo, se forman millones de esporas que, con la lluvia y el viento, en el otoño siguiente, impregnan los frutitos jóvenes, y la Mosca, al clavar en el fruto su oviscapto para realizar la puesta, hace una herida por donde penetran fácilmente las hifas del hongo, desarrollándose en las aceitunas, a partir de entonces, la enfermedad conocida como Escudete.

Muchas de estas aceitunas, afectadas por el hongo Fusicoccum aesculi y la mosca Bactrocera oleae, quedan en el suelo sin coger, y son las encargadas de propagar ambos parásitos, y si son recogidas, y molturadas en la almazara, producen aceites de una calidad bajísima.

No hace mucho, los olivares que permanecían sin labrar, con su flora arvense bien desarrollada, se consideraba que eran consecuencia de un abandono involuntario o de un propietario calificado como mal labrador. La cosecha y calidad de los aceites obtenidos en parcelas labradas era significativamente mejor que en las no labradas. Eso se había constatado empíricamente por millones de olivareros, desde Columela en el siglo I, y así se había comprobado científicamente, por medio de la Agronomía, a partir del siglo XIX. Pero ahora, desde determinados principios ecologistas, parece ser que es mejor que los olivares permanezcan sin labrar.

En el último congreso de entomología aplicada, celebrado en España, mis amigos los profesores Vargas, Aldebis y Matas nos han contado que, en Andalucía, se demuestra científicamente que los olivares sin labrar tienen más aceitunas picadas por Mosca que los labrados. ?¿Se contradicen los principios ecologistas con la Agronomía?? Mucho antes de que el profesor Keys descubriera científicamente la bondad del aceite de oliva, mi tía Isabelita, que murió con ciento dos años, y tomaba aceite todos los días, decía: El aceite de oliva, el corazón aviva. Y mi amigo Luis el Cabrero, antes de que la ciencia descubriera la relación entre daños de Mosca en aceitunas y no laboreo, ya lo había comprobado.

¡Qué curioso! Las modas en el campo, como en todo, son cambiantes; la ciencia, según el maestro Popper, es falsable; pero los "ignorantes oficiales", como mi tía Isabelita y mi amigo Luis el Cabrero, siempre tienen razón.

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