Hay espectáculos biológicos de una extraordinaria belleza que muy pocas personas pueden disfrutar debido a la pequeñez de los individuos que los generan.
Contemplar con un estéreo-microscopio el cortejo de una hembra y un macho de Ceratitis capitata puede ser tan admirable como la escena de amor de una obra de ballet clásico: la hembra mueve y alarga el cuello mientras se limpia una y otra vez las antenas, el macho da carreritas a su alrededor y enseña sus alas irisadas? Y mientras observo una colección de estas moscas de formas y colores bellísimos, mi amigo Luis "el Cabrero" se come con fruición un higo cubierto con harina de una muestra de la que he obtenido la colección de estos parásitos.