En 2013 se detectó un brote de la bacteria Xylella fastidiosa en Apulia (sureste de Italia) en olivos afectados por una nueva patología que fue denominada "Síndrome de desecamiento rápido del olivo" (OQDS), que surgió repentinamente en 2010 y se caracteriza por una amplia desecación y quemado de hojas y ramas. En un examen preliminar, muchos de esos árboles parecían sufrir a causa de la presencia de tres agentes diferentes: (i) el taladro amarillo o barrenador de frutales (Zeuzera pyrina), que taladra las ramas y troncos del olivo haciendo galerías; (ii) un conjunto de hongos de diferentes géneros (particularmente Phaeoacremonium y Phaemoniella), que invaden la madera , beneficiándose además de las galerías de los insectos; (iii) X. fastidiosa. Con el paso del tiempo se adquiría un mayor conocimiento de la enfermedad gracias a observaciones de campo y de laboratorio, lo cual hizo evidente que el papel del taladro amarillo era menor, ya que sus galerías no estaba presentes en los olivos enfermos más jóvenes, mientras que los hongos podrían jugar el papel de agravantes de los daños, pero que el principal responsable de los mismos era X. fastidiosa.