El mantenimiento del suelo mediante cubiertas vegetales constituye una herramienta útil, en el marco de una viticultura de calidad, sostenible y respetuosa con el medio ambiente, para equilibrar el desarrollo vegetativo y productivo del viñedo, favoreciendo a su vez una mejor exposición y microclima de los racimos y logrando aumentar la calidad del mosto y del vino obtenido. 

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