Las plagas que se relacionan en el enunciado, han estado históricamente, presentes, con mayor o menor intensidad, en el cultivo de la vid, aunque con desigual incidencia a lo largo del tiempo y en distintas zonas. En la actualidad, se aprecia una focalización de la actividad y un incremento de los daños de cada una, en función de condiciones climáticas y del tipo de cultivo. En general, de todas ellas se puede apreciar un cierto incremento que podría llegar a constituir un grave problema en el cultivo para algunos casos y en determinadas condiciones. Dada la importancia que todas pueden tener en el cultivo por los daños causados y la dificultad de su control, resulta interesante mantener una vigilancia exhaustiva sobre su evolución e incidencia.

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