Las tres principales enfermedades de etiología bacteriana que afectan a la vid son: "tumores de la vid" (Agrobacterium spp.), "necrosis bacteriana de la vid" (Xylophylus ampelinus) y "enfermedad de Pierce" (Xylella fastidiosa).

A pesar de las diferencias existentes entre estas enfermedades, todas ellas tienen en común la dificultad de su control debido a la escasez y falta de eficacia de productos fitosanitarios autorizados en agricultura contra las enfermedades bacterianas, por lo que la principal medida de control es la prevención. El comercio de material vegetal con infecciones latentes (asintomático) es la principal vía de dispersión de los patógenos a largas distancias y de su introducción en nuevas áreas. Resulta, por tanto, esencial el control fitosanitario en viveros.

Un diagnóstico rápido y preciso resulta particularmente necesario para el control de aquellas bacterias consideradas como organismos nocivos de cuarentena, ya que su nivel de tolerancia debe ser cero.

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