Las aflatoxinas son sustancias capaces de provocar graves enfermedades en humanos y animales, entre las cuales se encuentran diversos tipos de cáncer. Ellas son producidas por especies de hongos que se desarrollan, generalmente, sobre órganos vegetales ya recolectados. Estas sustancias mórbidas tienen la propiedad de circular por las cadenas tróficas entre vegetales y animales, de modo que una aflatoxina generada por el hongo Aspergillus flavus viviendo como saprofito sobre granos de maíz recolectados, puede provocar cáncer en una vaca alimentada con dicho pienso y en los humanos que consuman su leche.  Este hecho evidencia la estrecha conexión entre los fenómenos de salud humana, animal y vegetal, y en la necesidad de la armonización que debiera existir entre las respectivas medicinas, armonización que no solo reduciría el sufrimiento y las muertes por cáncer en humanos y animales, sino también disminuir las extraordinarias partidas económicas empleadas contra dichas enfermedades.

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