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En Tenerife, Bactericera trigonica es la plaga más importante del cultivo de la zanahoria debido a que puede transmitir Candidatus Liberibacter solanacearum y fitoplasmas, que causan la enfermedad llamada amarilleos y enrojecimientos de la zanahoria. En 2012 se tuvo la primera referencia de la bacteria Ca. L. solanacearum asociada a zanahorias y a B. trigonica en las Islas Canarias donde produce pérdidas importantes en el cultivo. No hay productos que permitan el tratamiento directo de Ca. L. solanacearum, por lo que su control se lleva a cabo actuando sobre el vector mediante insecticidas químicos, aunque no existan estudios que lo respalden. Este trabajo evalúa la eficacia de diversos productos en el control de amarilleos en zanahoria transmitidos por la psila de la zanahoria (B. trigonica). Se probaron: clorpirifos, deltametrina, azadiractina, pirimicarb, piretrinas, caolín y extracto de ajo. El diseño del ensayo fue en bloques al azar con 8 tratamientos y 4 repeticiones, utilizando como unidad experimental una bandeja mulitpots en la que se desarrollaron 16 plantas. El ensayo se situó en una parcela próxima a cultivos de zanahorias afectados por amarilleos típicos de Ca. L. solanacearum. Las aplicaciones de los productos se realizaron cada diez días y se efectuaron un total de ocho. Al final del ensayo se registró el peso de las zanahorias y se observó la presencia/ausencia de síntomas. El tratamiento con caolín permitió el mejor desarrollo de las zanahorias que presentaron un peso promedio superior al del resto de los tratamientos y 2,3 veces el del control. También fue el más eficaz en la reducción de síntomas, destacando la reducción en los amarilleos de un 76,1%, las multibrotaciones de un 60% y los acucharados de un 37% respecto al control. Los tratamientos con clorpirifos, azadiractina, pirimicarb, piretrinas, extracto de ajo, y deltametrina no mostraron diferencias significativas respecto al control para ninguno de los síntomas estudiados.

El cultivo de la zanahoria (Daucus carota L.) ocupa una superficie total de 262,6 ha en las Islas Canarias con una producción total de 8.488 t, que supone un valor anual de 6.588 ? (Servicio de Estadística, Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente del Gobierno de Canarias, 2011). En 1999 se citan en Canarias campos comerciales de zanahorias afectados por amarilleos y enrojecimientos foliares, proliferación de hojas y raicillas, afilamiento de raíces, reducción del tamaño y envejecimiento prematuro. Estos síntomas se asociaron por primera vez a fitoplasmas transmitidos por el vector Bactericera trigonica (Font y col., 1999). Más tarde, se observó que Trioza apicalis, una de las plagas más importantes de la zanahoria en Europa, servía como vector de la bacteria Candidatus Liberibacter solanacearum, y producía síntomas parecidos en Finlandia (Munyaneza y col., 2010). Ésta fue la primera referencia de Trioza apicalis como vector de esta bacteria que solo había sido detectada anteriormente en solanáceas, transmitida por el psílido Bactericera cockerelli. En Villena (Alicante) se realizaron estudios para determinar la causa de amarilleos y deformaciones en apio y zanahorias en los que se encontraron mayoritariamente psílidos del género Bactericera sp. (Villaescusa y col., 2011). Los potenciales vectores de este patógeno portadores de la bacteria y citados en España son B. trigonica, B. tremblayi y B. nigricornis. Bactericera trigonica representa el 99% de los psílidos capturados en este cultivo en Canarias, y 75% y 38% en 2011 y 2012 en Villena, respectivamente (Teresani y col., 2015). En las Islas Canarias (Tenerife) Bactericera trigonica es una de las plagas más importantes que afecta al cultivo de zanahorias. Este insecto produce daños de dos tipos: directo e indirecto. El daño directo lo ocasionan las ninfas y los adultos al alimentarse de la savia. El daño indirecto, como se mencionó anteriormente, está causado por bacterias del género Ca. Liberibacter o por fitoplasmas introducidos en el floema por el insecto durante su alimentación. Desde 2012 se tiene la primera referencia de Ca. L. solanacearum en zanahorias afectadas por psílidos de Tenerife y de este patógeno asociado a B. trigonica (Alfaro-Fernández y col., 2012; Teresani y col., 2015).