El pasado 13 de diciembre entró en vigor el nuevo Reglamento Europeo para la importación segura de materias vegetales, en el que se establecen nuevos requisitos para prevenir la entrada y propagación de las plagas y enfermedades. La norma, cuyas líneas maestras ya avanzó PHYTOMA en su número de noviembre, implica una profunda revisión de la legislación vigente desde 1977. El Reglamento implanta un marco más sólido, transparente y sostenible para la protección fitosanitaria en el territorio de la UE, centrado en la prevención y en atajar la propagación, asignando más recursos en la fase temprana de una epidemia. La normativa introduce el concepto de "plagas prioritarias" y establece la obligatoriedad del certificado fitosanitario para las especies vegetales, un formato común de pasaportes vegetales y la posibilidad de restricciones totales de importación sobre ciertas especies por motivos científicos. Con todo, la aplicación de la norma se retrasará hasta finales de 2019, a la espera de las alegaciones de los estados, administraciones y empresas.

La nueva regulación tiene lugar tras un diagnóstico negativo de las anteriores normas sobre fitosanidad de la UE, en el que se constató, según el análisis del Consejo de Europa, "la incapacidad para hacer frente a un creciente flujo de nuevas plagas y enfermedades vegetales, que se debe en gran medida a la globalización del comercio". El informe advertía que muchas de estas plagas y enfermedades sobreviven ahora mucho más fácilmente en Europa como resultado del cambio climático y dictaminó la necesidad de nuevas normas uniformes para todos los Estados miembros de la UE. Como respuesta se propone ahora esta norma, que introduce directrices y protocolos más exigentes y uniformes. Según fuentes de la Comisión Europa (CE) "los países ya no podrán actuar unilateralmente con medidas de contención, saltarse la fase de erradicación y limitarse a tomar medidas para restringir la presencia de las plagas en una zona determinada". Más en detalle, el nuevo Reglamento introduce el concepto de ?plagas prioritarias?, entendidas como aquellas tienen repercusiones graves para el territorio de la UE y en el que las nuevas obligaciones serán particularmente severas para todos los actores implicados: autoridades de los Estados miembros, operadores profesionales e incluso los particulares. La lista de plagas, sin embargo, se redactará en los próximos dos años y no se espera hasta finales de 2019.