El control de las malas hierbas en viñedo sigue siendo un reto cuando se tiene en cuenta no sólo la eficacia del manejo sino también el impacto ambiental y económico del mismo. Durante las campañas 2015 y 2016, en los viñedos de Raimat (Lleida), se evaluó la capacidad competitiva de distintas cubiertas vegetales (constituidas por gramíneas anuales,  plurianuales o leguminosas) y el efecto de las labores para instalación de las mismas, a la hora de reducir la infestación de grama (Cynodon dactylon (L.) Pers.). Las labores del suelo, como preparación  para instalar la cubierta, permiten reducir de forma significativa los niveles de infestación de grama (porcentaje de cobertura) independientemente del nivel de infestación inicial, pero favorecen la dispersión de estolones y rizomas de la mala hierba a zonas no infestadas del viñedo (aumenta su presencia). Las cubiertas instaladas dieron un resultado desigual, siendo la cebada (Hordeum vulgare) la más eficaz en reducir la superficie cubierta por grama (56%) y la festuca (Festuca arundinacea) en reducir su nivel de presencia (55%).

El control de las malas hierbas en viñedo sigue siendo un reto cuando se tiene en cuenta no sólo la eficacia del manejo sino también el impacto ambiental y económico del mismo. Durante las campañas 2015 y 2016, en los viñedos de Raimat (Lleida), se evaluó la capacidad competitiva de distintas cubiertas vegetales (constituidas por gramíneas anuales,  plurianuales o leguminosas) y el efecto de las labores para instalación de las mismas, a la hora de reducir la infestación de grama (Cynodon dactylon (L.) Pers.). Las labores del suelo, como preparación  para instalar la cubierta, permiten reducir de forma significativa los niveles de infestación de grama (porcentaje de cobertura) independientemente del nivel de infestación inicial, pero favorecen la dispersión de estolones y rizomas de la mala hierba a zonas no infestadas del viñedo (aumenta su presencia). Las cubiertas instaladas dieron un resultado desigual, siendo la cebada (Hordeum vulgare) la más eficaz en reducir la superficie cubierta por grama (56%) y la festuca (Festuca arundinacea) en reducir su nivel de presencia (55%).

El manejo de malas hierbas en viñedo se ha llevado a cabo tradicionalmente mediante el laboreo y/o uso de herbicidas. Ambos métodos son eficaces para controlar la mayoría de especies de malas hierbas, pero comporta ciertos riesgos dado que pueden provocar erosión del suelo o bien seleccionar biotipos resistentes a herbicidas (Gago y col., 2007). La instalación de una cubierta vegetal se baraja como una herramienta eficaz en el manejo de malas hierbas y aporta, a su vez, una serie de ventajas tanto agronómicas como medioambientales: limita fenómenos como la escorrentía y la erosión hasta en un 99% (Gómez y col, 2011), permite mejorar el microclima de los racimos (Valdés-Gómez y col., 2008), permite un mejor control de las malas hierbas (Baumgartner y col., 2008) y constituye una herramienta sostenible que, en ocasiones, logra aumentar la calidad del mosto y del vino (Ibáñez, 2015). Las cubiertas vegetales pueden ser naturales (formadas por la vegetación natural) o sembradas. En este caso, se utilizan especies anuales cuyo ciclo evite la competencia con la viña y puedan autosemillarse, o bien, especies plurianuales que soporten los frecuentes pases de maquinaria que se llevan a cabo en el viñedo. Un aspecto poco conocido sobre el uso de cubiertas vegetales es su efecto sobre las malas hierbas, y en concreto, sobre una de las especies más problemáticas, la grama (Cynodon dactylon (L.) Pers.). Una correcta selección de una especie como cubierta vegetal, en función de su ciclo y estacionalidad, puede permitir una mayor competencia por luz y generar un efecto opresor sobre la grama. A su vez, las labores preparatorias para la instalación de la cubierta pueden reducir la superficie ocupada por la mala hierba. Los objetivos de este estudio son, por un lado, evaluar el efecto opresor sobre la grama que pueden ejercer distintas especies vegetales utilizadas como cubiertas en viña, y por otro, evaluar en qué medida las labores de implantación de la cubierta son eficaces en el control de la mala hierba, o si, por el contrario, favorecen su dispersión.

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Comprar Revista 297 MARZO 2018