En la Unión Europea, un herbicida solo es autorizado cuando es eficaz contra malezas aplicado según la etiqueta propuesta, no compromete la salud de los aplicadores ni la seguridad de las cosechas tratadas, y no hay evidencia de efectos adversos sobre organismos “no objetivo” distintos a las malas hierbas en los estudios previos a su comercialización. Estos condicionantes se aplican primero a las sustancias activas y después a cada uno de los formulados desarrollados a partir de las mismas. Y por tanto, han sido también aplicados cuando la sustancia activa glifosato, que ha superado los 45 años de uso comercial, obtuvo en 2017 la última renovación de autorización por la Comisión Europea, limitando su empleo a 5 años y a 3 años en Francia.

El respaldo regulatorio para esta materia activa es difícil de superar, pues ha sido publicado por los técnicos de Alemania (estado miembro ponente), el panel científico sobre fitosanitarios de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y las conclusiones de la Agencia Europea para la Evaluación de Sustancias Químicas (ECCA). Todas estas instituciones –cuya función incluye la evaluación de productos fitosanitarios- coincidieron en afirmar que el glifosato podía seguir siendo aplicado sin problemas de acuerdo con las condiciones descritas en la etiqueta propuesta. Sin embargo, la evaluación por la agencia IARC de la Organización Mundial de la Salud, que en 2004 consideraba que en agua potable los límites de residuos para glifosato en agua podían elevarse hasta 5 mg/L -50.000 veces la tolerancia en la UE-, al ser evaluados como si se tratara un producto químico, lo incluía en la categoría de “probable carcinógeno”. Es probable que esta clasificación despertara la preocupación de las autoridades de Francia, a las que sugerimos leer la lista completa de sustancias clasificadas por el IARC, pues en la categoría de máximo peligro como “carcinógeno” se incluye la luz solar, las carnes rojas y el etanol (aunque sea el del vino francés). Como dijo Paracelso, la exposición es la causa del veneno, y probablemente podamos encontrar bajas exposiciones a la luz solar y otras sustancias que ofrezcan riesgos muy bajos y compensados por otros beneficios.

Comprar Revista Phytoma 321 – Agosto-Septiembre 2020