Con el reto de liderar la “transición de la química de síntesis a la química natural”, cuatro compañeros de máster fundaron en 1997 Kimitec. Y para llevar a cabo esa misión, la biotecnológica levantó en Almería el Maavi Innovation Center, un centro dedicado a la investigación y el descubrimiento de moléculas y compuestos naturales para la agricultura y la industria alimentaria. Alejandro de las Casas, uno de los fundadores y CEO Internacional, repasa la trayectoria y perspectivas de esta multinacional que cerró 2022 con un volumen de ventas de casi 50 millones de euros.

Además de desarrollar sus propios bioplaguicidas y bioestimulantes, a partir de moléculas naturales, microorganismos y microalgas, Kimitec busca alianzas con empresas para poner a su disposición su “innovación disruptiva” y favorecer el cambio de paradigma a la hora de producir alimentos. Como Bayer Crop Science, con la que hace un año selló un acuerdo estratégico para acelerar la creación y comercialización de soluciones biológicas para la protección de cultivos.

Y antes de que todo girase en torno a la inteligencia artificial, Kimitec ya se había anticipado con LINNA, una plataforma propia de IA que se ha convertido en una herramienta fundamental para la búsqueda de nuevos componentes naturales. Este cerebro tiene el potencial no solo de analizar y decodificar el 1% de los compuestos naturales que se conocen, sino de explorar nuevos patrones con el 99% restante.

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